Para finales de mayo Graciela estaba de regreso en Seattle luego de su estancia en Washington D.C. y trajo una foto con la Senadora, el certificado de finalización y un montón de felicitaciones.
Respecto a la intervención quirúrgica, fue igual que en la ocasión anterior; todos fuimos al edificio de cirugía del UWMC a las 10:30 de la mañana porque la operación estaba programada a mediodía, se esperaba que el proceso en pabellón no durase mas de una hora, así que Gitty debería estar en el área de recuperación a las dos de la tarde a mas tardar. Además quien la iba a operar era un robot dirigido a control remoto por la doctora Swisher.
Cuando le prepararon las líneas IV para los fluidos, Graciela se fijó en algo interesante; todas las conexiones eran de color azul y verde en tonos similares a los del equipo de fútbol americano de la ciudad, los Seattle Seahawks.
Así que le dijo a los asistentes de la doctora que se acordaran que Gitty iba a tener una cirugía laparoscópica porque todas las conexiones de ella tenían los colores de los Seahawks.
Al estar lista Gitty para el quirófano, hice lo mismo que el año anterior, la besé muy suavemente en la boca y le dije al oído:
- Te amo.
Se la llevaron y mientras pasaba el tiempo sacamos a Lucy a pasear por los jardines posteriores del hospital para que se desahogara y estar ocupados. A la una de la tarde regresamos a la sala de espera de cirugía y poco después llegó la doctora, quien nos dijo que todo transcurrió sin novedad y que Gitty estaba en recuperación.
Minutos mas tarde fuimos a verla y estaba despierta mientras esperaba el traslado a hospitalización. A diferencia del año anterior no tuvo problemas gástricos y tenía mucho mejor semblante, tampoco se me olvidaron los lentes. Luego de un rato nos avisaron que la iban a subir a su habitación, nos dieron el piso y número para que la esperáramos allá.
Fuimos al cuarto y a los pocos minutos llegó en su camilla; en este caso tampoco hizo falta cargarla sino que pudo cambiarse de cama por sí misma. En cuanto a huellas físicas lo que tenía eran dos pequeñas incisiones en su abdomen que pasaban casi completamente desapercibidas, mas cuando no le pusieron puntos ni grapas, sino que pegaron los bordes.
Quedamos en que yo pasaría la noche con Gitty y al día siguiente me la llevaría al apartamento puesto que el período de hospitalización era de 24 horas por motivos de observación y al terminar ese tiempo la paciente era dada de alta. Graciela y Lucy junto con todo lo que la segunda necesitaba (comida, platos, cobija, ropa, etc.) se irían a la residencia de la primera a pasar la noche y nosotros buscaríamos a Lucy el sábado en la tarde cuando le dieran el alta a Gitty para irnos al apartamento de Tukwila.
La estancia en el hospital pasó sin novedad alguna y Gitty estuvo descansando casi todo el tiempo. Le dieron el alta y nos fuimos a buscar a Lucy que no estaba para nada contenta, nos vio enfurruñada y no nos saludó, cuando la pasé al asiento trasero de la camioneta ahí se quedó sin hacer el mas mínimo gesto y Graciela nos contó que durante la noche una de sus amigas fue a sacarla y nuestra querida perra la orinó mientras bajaban las escaleras.
Resultaba que Lucy no quería que la estuvieran sacando de su casa y prefería quedarse ahí porque ella era una persona seria con su carácter a quien no le gustaba esa guachafita de que la tuvieran del timbo al tambo.
Gitty se recuperó rápidamente de la cirugía y no hizo falta consulta para sacar puntos o grapas porque la pega que le pusieron se absorbía por el organismo y eso era todo. Quedaba la cita para la tomografía el nueve de junio, el día en que empezaban las ceremonias de graduación de Graciela.
La tomografía fue programada a las 10:35 de la mañana y la ceremonia empezaba a las 11, simplemente no se iba a poder asistir porque el conflicto de horarios era evidente. Tuvimos que hacer todo un drama para que nos cambiaran la fecha y de esa forma logramos que cambiaran la cita para el martes 14 de junio a la misma hora.
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