martes, 28 de marzo de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 180: Las patonas.

A mí desde que tengo uso de razón me han gustado los deportes de motor, especialmente la Fórmula 1 y las carreras de resistencia como las 24 horas de Le Mans. A Gitty, en cambio, no le llamaba mucho la atención ver carros y motos dando vueltas a un circuito durante una cantidad X de tiempo; sin embargo existe un espectáculo de motor que le había gustado desde siempre, pero al que nunca había asistido en persona, el de los Monster Trucks que nosotros llamábamos "las patonas."

En diciembre le dije que iba a comprar las entradas para el día sábado 16 de enero, que era el mejor momento que tendríamos para ver a los camiones hacer sus acrobacias y competir entre ellos en la primera prueba del año por el campeonato. Recuerdo que me preguntó:

- ¿Las entradas son muy caras?

- No, que va, son a treinta dólares, mas que bien por cerca de tres horas de espectáculo.

- Yo creía que eran mas caras.

- No, pudimos haber ido desde el 2013, pero no importa, nunca es tarde cuando la dicha llega.

- ¿Y dónde es?

- En el Tacoma Dome, el problema ahí es esa construcción eterna que tienen en la autopista que causa mucho tráfico, pero si salimos temprano tenemos chance.

- ¿Y a qué hora es?

- A las siete de la noche, si salimos a las seis de la tarde llegamos bien.

- ¿Y dónde paramos la camioneta?

- Allá hay puesto y si llegamos temprano encontraremos uno rápido.

- Entonces me voy a acomodar para ver mis patonas.

- Pues claro, esa es la idea.

El sábado 16 a las seis de la tarde ya estábamos rodando hacia Tacoma, llegamos a buena hora, antes que el tráfico se hiciera insoportable y conseguimos un espacio para estacionar sin mucho apuro. Nos ubicamos en nuestros puestos 15 minutos antes del inicio del espectáculo y tomamos algunas selfies.


Tanto el gorro como la bufanda que tenía puestos habían sido hechos por ella misma durante su convalecencia, hizo un montón de tejidos durante esos meses; abrigos para Lucy, gorros y bufandas hasta por encargo.

Decir que las competencias le gustaron no es suficiente, le encantaron; siempre había querido verlas y esta era la primera vez que lo hacía. Desde 2016 iríamos todos los años a ver a las patonas, con la única excepción del año 2021 debido a la pandemia; una vez que no tuvimos chance de ir a Tacoma las vimos en el CenturyLink (ahora Lumen) de Seattle.

Y siempre al salir seguíamos con otra tradición, porque a ella le gustaban mucho las hamburguesas de Burger King; ir al restaurant a comer un combo de Whopper.

Como le había dicho, hay que vivir, si puedes darte tus gustos, dátelos, porque como dijo Simón Díaz en su "Caballo Viejo:" "después de esta vida no hay otra oportunidad." 


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