- ¿Cómo es eso?
- ¿Nunca lo has pensado? Tienes dos madres, Marvelia Salas de Pargas, la que te parió el 3 de mayo de 1967 y la doctora Elizabeth Swisher, quien te arrancó de las garras de la muerte el 8 de abril de 2015.
- La verdad que tienes razón, con todo y lo poético de "las garras de la muerte."
- Bueno, pero no me quedó tan mal la figura, ¿o sí?
- No, si te quedó muy bien, le añadió dramatismo a la oración.
- Bueno, de todas formas es cierto, ella es tu segunda madre.
- No te quito la razón, porque de verdad me salvó la vida, si no fuera por ella no estaría aquí.
- Dentro de todo lo malo lo bueno fue que eso te vino a dar aquí, quién sabe que habría pasado en otro lugar.
- En eso tienes razón, al menos me descubrieron el cáncer aquí. En Miami las cosas hubieran sido mas complicadas y ni hablar en Venezuela.
El jueves 19 de marzo Gitty recibió por escrito todo lo que había que hacer, la cita con la doctora había sido agendada para el martes 24 a las nueve de la mañana en el Seattle Cancer Care Alliance, piso 3.
Ese día llegamos al edificio bastante temprano, alrededor de las 8:30, para así buscar puesto en el estacionamiento, que no conocíamos porque era la primera vez que íbamos a ese lugar; recuerdo que Gitty me comentaba mucho que "siempre que veía ese edificio desde la autopista pensaba que era un lugar donde iba gente muy especial, y ahora soy yo la que lo visita."
El estacionamiento del instituto es bastante pequeño y los puestos son muy estrechos, tanto que se me hacía difícil estacionar la camioneta, que era de ocho asientos. Había que ser muy diestro para maniobrar ese mastodonte en tal miniatura de garaje sin mandarle un coñazo a los demás carros, siempre que iba era un desafío encontrar puesto.
Afortunadamente por haber llegado temprano logré estacionar sin apuros y arribamos temprano a la consulta. Luego de unos 15 minutos de espera nos hicieron pasar al consultorio donde nos iba a atender la doctora junto con un intérprete que Gitty había pedido; así sería desde ese momento en adelante, siempre habría un intérprete con nosotros en todas las consultas y procedimientos médicos.
Luego de las presentaciones de rigor la doctora fue directo al grano y nos explicó detalladamente el caso: Gitty tenía un cáncer de endometrio que se había extendido al útero y al lado derecho de todo su sistema reproductivo, existiendo la posibilidad de que hubiese afectado ganglios linfáticos; ante tal situación se hacía imperativo operar lo antes posible, por lo que la operación había sido programada para el miércoles ocho de abril. Así que el tiempo corría y todos los procedimientos previos debían ser hechos rápidamente, se sumaba la necesidad de hacer una colonoscopia para verificar que el colon no estuviese afectado porque a veces ese cáncer se va para allá.
Entonces se abrió oficialmente la mini farmacia de Gitty. La doctora le prescribió varias medicinas para el dolor, otras para la colonoscopia, para prepararse antes de la cirugía y relajantes musculares. Cuando salimos de la consulta tuvimos que pasar por la farmacia a recoger todos esos medicamentos mientras las enfermeras programadoras preparaban el calendario de actividades hasta el día de la operación.
Recibimos las medicinas y el calendario hasta el día ocho de abril, luego llegarían las facturas por los saldos restantes que me tocaría pagar. Con el tiempo llegué a un acuerdo para que los últimos de mes hicieran un corte con todas las actividades realizadas y los montos a pagar por cada una para así hacer los pagos durante los diez primeros días del mes siguiente.
Al salir del SCCA le dije a Gitty.
- Es tiempo de arreglar todo, ya para el último de mes tienes que dejar tu empleo y hay que ocuparse de que tomes tus medicinas cuando te toca.
- Sí, tenemos que empezar una nueva vida.
Y así fue, nuestras vidas cambiaron por completo.
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