miércoles, 22 de marzo de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 174: Ray Conniff.


 Durante la convalecencia de Gitty se presentó el reto de mantenerla distraída. Ella, como mujer muy activa, no podía estar quieta por mucho tiempo pero sus actividades estaban severamente limitadas debido a su condición. Luego, al iniciarse las quimioterapias, quedaba muy débil luego de las sesiones; si bien se hacía la fuerte era obvio que no podía tener una vida normal, lo que le generaba mucha incomodidad.

Tenía TV por cable en el cuarto y la sala, e Internet en la computadora y el teléfono; pero necesitaba algo mas para ver YouTube porque no podía ponerse la computadora en el regazo y la pantalla del teléfono era muy pequeña. Al final le compré una tablet Samsung junto con un forro que servía como pedestal y así podía ponerla a su lado en la cama para disfrutar los videos.

Durante los meses de convalecencia su afición favorita fue la música de Ray Conniff, prácticamente se paseó por toda su producción discográfica, algo notable porque este artista estuvo activo por mas de 60 años. A veces iba al cuarto y me recostaba en la cama con ella a ver los videos mientras se ponía a describir todos los que había visto antes junto con episodios de la vida del señor Conniff; esta costumbre se le arraigó con el tiempo y desde entonces me comentaba todo lo que veía por televisión o por Internet con pelos y señales, hasta el punto de que luego no necesitaba ver nada porque ya conocía todo lo que había pasado.

Cuando no se recostaba en la sala a ver la TV o los carros pasar, se ponía a cocinar o se iba al cuarto a navegar en Internet con la tablet y finalmente veía sus videos de Ray Conniff. Este artista se convirtió en nuestro aliado para hacer la recuperación de Gitty un poco mas llevadera. Como dije antes, recorrió toda su discografía y se aprendió diversos detalles de su vida, familia y logros profesionales, como por ejemplo cuántos premios Grammy ganó a lo largo de su dilatada carrera (como punto informativo, recibió tres nominaciones y ganó uno por "Somewhere My Love" en 1966) y cuántos discos vendió (mas de 70 millones).

Cuando me dijo todo eso le comenté que se había vuelto una "Rayconniffóloga" y que estaba buena para ir al programa Jeopardy! Se echó a reír y dijo que no era para tanto, pero en realidad sí lo era, porque se convirtió en una verdadera experta.

Al final la música de Ray Conniff sirvió para mantenerle el ánimo arriba cuando se quedaba sola en el apartamento mientras yo estaba en los cursos y Lucy se iba conmigo. En algún momento, meses después, le comentaría que nos inventamos de toda vaina para que ella pudiese cumplir con su recuperación sin novedad.

- Sí, porque yo me quedaba aquí sola, porque hasta el perro se iba. Apenas te acercabas a la puerta del apartamento la Lucy se iba detrás de ti para irse también. Cuando la encontramos no quería saber nada de carros y ahora es de lo mas pata caliente.

- Sí, pero no había otra, así la sacaba a pasear y tú no tenías que forzarte a sacarla.

- Bueno, nada es perfecto.

- No, pero la cosa funcionó, de una forma u otra.

Y sí, pudimos aterrizar a la sexta sesión de quimioterapia.

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