Vargas Llosa narra de forma magistral el proceso de deshumanización del personaje, de como pierde por completo su voluntad y se convierte en una especie de zombie hasta el momento de su muerte a manos del hijo del dictador. Los otros personajes decían que parecía como si hubiese sido "montado," expresión que se usaba para describir a alguien que había sido víctima de un hechizo y estaba controlado por un brujo.
Guardando las distancias, durante ese período comprendido entre el 12 de marzo y el 8 de abril de 2015 estuve en una situación muy parecida, me sentía como si estuviese fuera de mi cuerpo viendo transcurrir una obra de teatro o como si fuese una pesadilla. En esos días, a pesar de ser todavía muy joven, la ayuda de Graciela fue invalorable, porque si bien yo seguía actuando "normalmente" en mi rutina diaria, en realidad estaba completamente perdido en un laberinto del que no sabía como salir.
Esa tarde del 12 de marzo de 2015 llegamos al consultorio del doctor faltando 10 minutos para las tres de la tarde y pasamos a consulta menos de 20 minutos después; cuando nos recibió le dijo a Gitty (conmigo como intérprete) que la iba a referir al Centro Médico de la Universidad de Washington (UWMC) para que le hiciesen exámenes adicionales y la atendieran en la clínica de la mujer que era una subdivisión de la clínica Roosevelt perteneciente a ese hospital.
Nos dijo que debíamos salir de inmediato puesto que la estaban esperando en emergencia. No diagnosticó nada sino que nos indicó que los resultados de los exámenes anteriores eran muy confusos y por lo tanto se hacía menester realizar otras pruebas.
A partir de allí mis sospechas de que algo muy malo estaba sucediendo se convirtieron en certezas, pero no podía decírselo a Gitty, ella era la paciente, yo no era médico y no hacía falta angustiarla mas de lo que ya estaba; por suerte las medicinas que le habían prescrito controlaban el dolor y así no estaba en una situación tan precaria.
Nos dirigimos al UWMC y efectivamente la estaban esperando, nos llevaron a un cubículo de emergencia que tenía una cama y un par de sillas y allí nos instalamos a esperar que se iniciaran los procedimientos. Llamé a Graciela para decirle donde estábamos y un par de horas después ella llegó a acompañarnos. Estuvimos en el hospital hasta las 10 de la noche, cuando le dieron el alta a Gitty y la citaron en la clínica Roosevelt para el día siguiente a mediodía.
En el camino de regreso a casa Gitty me preguntó:
- ¿Qué crees que tengo?
- No sé, no soy médico, puede ser algún quiste o algo similar, la verdad que no tengo idea, pero aquí se ve que son buenos, así que te deben resolver eso.
- ¿Y crees que esto sea algo largo?
- El diagnóstico no creo, supongo que para mañana tendrán alguna información fiable.
- ¿Tan pronto?
- No sé, pero algo nos dirán para ese entonces y veremos de que va la cosa, por ahora lo mejor que podemos hacer es como lo que dijo el Conde de Montecristo al final de la novela, confiar y esperar.
- Ojalá no sea algo grave y así pueda regresar rápido a mi vida normal.
- Eso espero yo también, no me gusta verte así con esos dolores y sin yo poder hacer nada para que se te alivien.
- Lo que quiero es que me quiten esos dolores como sea.
- Eso sí creo que lo van a hacer, el quid es cómo y cuándo, pero de que lo hacen lo hacen.
-Dios te oiga y los ángeles digan amén.
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