Una de las grandes escenas de la serie, entre muchas, se presenta en el mismo primer capítulo, cuando Walter White recibe el diagnóstico de cáncer; el estupor del personaje y su reacción ante tal noticia son tan reales que parece como si hubiesen sido filmadas en un consultorio real durante la interacción entre un médico y su paciente.
- "Tengo cáncer."
Todavía a ocho años de aquel momento no sé describir lo que sentí, todo el universo se redujo a la pantalla del teléfono, fue como si el tiempo se hubiese detenido y mis sentidos dejaron de trabajar; no oía ni sentía nada, solamente podía ver esas dos palabras, mas nada. No sé cuanto tiempo transcurrió hasta que pude reaccionar y pedí permiso para salir, lo hice y me fui a un baño, donde me encerré en un cubículo mientras intentaba ponerme en orden. Luego de eso lo primero que hice fue contestarle a Gitty:
- ¿Dónde estás?
- Estoy yendo al apartamento.
- Está bien, te veo allá.
El intercambio de mensajes fue muy breve, pero conociendo a Gitty sabia que no podía ser de otra manera; a ella nunca le gustó mostrarse débil, y mucho menos que la vieran con lástima, así que de nada iba a servir ponerme a escribir pendejadas, lo mejor sería hablar personalmente con ella, y eso tampoco sería fácil.
Ya medianamente recompuesto salí del baño y le pedí al instructor que necesitaba hablar con él en privado, le expliqué la situación y me dijo que me fuera a casa, luego nos pondríamos al día con las clases; a continuación llamé a mi jefe y le dije lo mismo, su respuesta fue:
- Ve con tu mujer y toma el tiempo que necesites, luego nos ponemos de acuerdo.
Al llegar al apartamento encontré a Gitty acostada en la cama, la saludé, le di un beso y le dije que iba a hablar con ella después de bañarme; no había otra forma de hacer las cosas porque no iba a permitir que me sentara en la cama con ropa de calle y sin haberme bañado, así que tenía que cumplir con las reglas.
Me bañé lo mas rápido posible y pude regresar al cuarto para conversar detenidamente con ella.
- ¿Qué te dijeron?
- Me llamaron de la clínica para darme el diagnóstico, cáncer de endometrio etapa cuatro, tienen que operarme lo mas pronto posible para hacerme una histerectomía completa, hay que sacarlo todo y luego habrá que empezar un tratamiento de quimioterapia, me refirieron al Seattle Cancer Care Alliance y todos los datos me los van a pasar vía correo electrónico mañana, pero ya sé el nombre de la doctora que me va a atender, se llama Elizabeth Swisher, que es oncóloga en el área de ginecología.
- ¿Y qué te dijeron del cáncer como tal?
- Está avanzado, en etapa cuatro, por eso tienen que actuar rápidamente.
- ¿Y qué necesitas que haga para ayudarte?
- Que no me dejes sola.
- No te voy a dejar sola, entramos juntos en esto y saldremos juntos de esto, tú eres la paciente, pero yo soy quien va a estar a tu lado aguantándote para que no te caigas, cuenta con eso; bajo ninguna circunstancia te voy a abandonar, ni siquiera si me botas.
- ¿Y cómo vamos a hacer si no puedo trabajar?
- Bueno, yo le sigo echando bolas, lo que sí es cierto es que tengo que conservar el trabajo porque el seguro médico es vital, no lo podemos perder.
- Tienes que agarrarte de ese trabajo con garra y colmillo, si no voy a tener problemas con los tratamientos.
- Por lo demás vas a tener que renunciar a tu trabajo, cuando te operen tendrás que guardar reposo por un buen tiempo, y luego vienen las quimioterapias.
- Sí, supongo que me iré el último de mes, porque tengo que dar preaviso.
- Sí, luego resolvemos al estilo Eudomar Santos.
- Como vaya viniendo vamos viendo.
- Lo que nos queda es saber cuándo va a ser la cita con la doctora Swisher para que nos dé la fecha de la operación y prepararnos para eso.
- Todo me lo van a mandar mañana por el correo electrónico.
- Bueno, esperaremos, ahora toca que te prepares para esta guerra, ¿vas a decirle a alguien mas?
- Por ahora solo tú y Graciela, luego veré a quién mas se le dice, pero a mi familia ni una palabra de esto.
- ¿No vas a decirle a ellos? Deberías hacerlo.
- No, no lo voy a hacer, y ustedes tampoco digan nada. Yo veré si les digo en el futuro.
- Bueno, está bien.
A todas estas me le había acercado y le pregunté:
- ¿Quieres que te abrace?
- Sí, por favor.
Entonces allí fue que por fin pude abrazarla y le dije:
- No sé como va a terminar esto, pero siempre me vas a tener a tu lado.
- Gracias, Ramón. - y se puso a llorar entre mis brazos.
No me quedó otra sino abrazarla mas fuertemente y besarla para que supiera que estaba con ella. Así nos quedamos un rato hasta que se quedó dormida, la acomodé en la cama para que descansara y me pidió que no me fuera, así que me quedé acostado pensando.
Luego de la muerte de mi madre terminé de volverme agnóstico, no soy ateo porque es posible que haya algo mas grande que nosotros aunque no existan pruebas científicas al respecto, pero a pesar de haber sido criado en la iglesia católica ya no me siento afiliado a ninguna religión organizada, sin embargo esa noche le hice una propuesta a Dios, si en verdad existe.
"Hagamos lo siguiente, si necesitas una vida, toma la mía, que bastantes veces tuviste la oportunidad de reclamarla y no lo hiciste; si era porque esperabas este momento para hacerlo, pues ha llegado. Deja a Gitty tranquila y llévame a mí."
"Si es que quieres poner a sufrir a alguien por simple gusto, pues pásame ese sufrimiento que con gusto lo llevaré, pero no hace falta que ella sufra, y si quieres obligarme a hacer sacrificios a cambio de su salud, pues lo haré. Si se cura del cáncer haré la peregrinación del camino de Santiago por la ruta mas larga y en la peor época del año para pagarte por su curación; así sea mi vida el monto a pagar, no me importa, lo que quiero es que viva muchos años y deje esa enfermedad atrás, quien debe recibir todo el castigo soy yo, no ella."
Ese monólogo mental lo hice mientras Gitty descansaba luego de recibir esa noticia tan brutal y nunca se lo comenté a nadie, ni siquiera a ella; esta es la primera vez que hago público todo eso que lancé al viento aquella noche, mi vida a cambio de la suya.
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