miércoles, 30 de noviembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 66: ¿Y para dónde nos vamos?

 Gitty y yo desarrollamos nuestra propia forma de comunicarnos, cosa que supongo ocurre en todas las parejas, especialmente si han durado mucho tiempo juntos. Es toda una serie de gestos, palabras y expresiones faciales que tienen un significado específico para ambos y que cuando se usan no se necesita nada adicional. Por ejemplo, dependiendo del tono de su voz al ella pronunciar mi nombre podía saber si  estaba molesta, contenta o si necesitaba algo. Asimismo, si me decía "haz lo que quieras" era señal que mejor me desaparecía y buscaba resolver el problema como pudiera sin molestarla; ni hablar del típico "si quieres," que significaba que tenía que hacer algo de inmediato y sin protestas.

Estos recuerdos me vienen a la mente porque últimamente he visto casos de hombres que no parecen querer a sus mujeres, que no les hacen caso y les tiene sin cuidado lo que a ellas les pase; como si no hubiesen llegado a crear una verdadera relación con ellas o como si no existiera una pareja real, sino un simple arreglo para tener sexo y mas nada; cuando la mujer ya no puede cumplir con ese papel, chao pescao, me busco otra.

Estos individuos cuando la mujer se enferma la abandonan como si fuera un trasto viejo, se quejan por tener que hacer tareas domésticas como si eso los fuese a incapacitar o robarles fuerza vital; y en otros casos, la mujer apenas acaba de fallecer y el hombre ya tenía otra en el círculo de espera lista para entrar al terreno de juego. No soy un santo, pero eso me parece algo horrible y espantoso. 


Una mujer no se abandona en su momento de mayor necesidad, y ninguna excusa es válida. El deber del esposo es cuidar de ella y hacer todo lo que esté en sus manos para que pueda recuperar su salud o ayudarla a sobrellevar su enfermedad; si está hospitalizada debe acompañarla la mayor cantidad de tiempo posible, estar en sus procedimientos médicos, ayudarla en casa y hasta relevarla en todas las labores domésticas. Un hombre de verdad no deja a su mujer sola, bajo ninguna circunstancia.

Luego de todo lo que pasó en la semana del 7 al 14 de abril nos tocaba investigar y analizar los lugares a donde podríamos ir en el futuro próximo. Descartamos de inmediato Asia, África, Australia, Nueva Zelanda, Canadá y toda Latinoamérica; esto se debió a múltiples razones: Los dos primeros simplemente iban a ser muy complicados, shock cultural, distancias y países pobres y en crisis; Nueva Zelanda, demasiado lejos; Australia y Canadá, procedimientos muy largos y no teníamos tiempo para eso, además de la lejanía en el caso del primer país; Latinoamérica, CRISIS, no hay garantías de estabilidad política y/o económica en el mediano plazo en ninguno de los países de la región.

Esto nos dejaba con los sospechosos habituales, EEUU y Europa. ¿Cuál escoger?

De Europa teníamos un mal precedente, mi cuñado, el hermano menor de Gitty, tuvo una muy mala experiencia cuando vivió un tiempo en los Países Bajos; además, ciertas cosas que en Venezuela uno veía como normales no lo eran tanto en ese continente, y el shock cultural podría ser muy fuerte para los tres al emigrar a un país que no se pareciera en nada al que dejamos atrás; este tipo de shock puede destruir fácilmente una familia y causar graves daños emocionales a sus miembros, así que descartamos Europa porque no íbamos a poder lidiar bien con el cambio cultural y como si esto fuera poco, tampoco teníamos posibilidad de legalizar nuestra situación migratoria en el mediano plazo, porque no éramos descendientes directos de ningún ciudadano europeo, ni padres ni abuelos.

Así que el país que nos quedaba en la lista era EEUU, teníamos la ventaja de las visas para los tres y lo conocíamos, pero como turistas, que no es la misma experiencia que cuando se es migrante. Por otro lado, si bien de los paises desarrollados o "centrales," el mas parecido a Venezuela era EEUU porque buena parte de la modernidad venezolana fue introducida por las transnacionales petroleras estadounidenses y la familia Rockefeller; igual estaba el obstáculo del idioma, así que habría que ir a un lugar donde se hablara bastante español y en el que los cambios de estaciones no fuesen muy bruscos, nos serviría de transición para luego instalarnos en otro punto del país y sumergirnos de un todo en la sociedad estadounidense.

La ciudad estaba clarísima desde un principio, una que nunca me gustó, pero era la única que reunía todas esas características: Miami.

Así que ese sería el lugar, pero ahora venía la otra pregunta: ¿Cómo mantenernos legales? Es cierto que se puede vivir indocumentado en EEUU, por eso es que hay tantos allá, y no solamente latinoamericanos, pero la vida se podría hacer mas difícil, especialmente para una pareja de profesionales jóvenes con una niña pequeña.

Lo que nos restaba era hacer un viaje de prueba para ver el lugar y hablar con abogados de inmigración a ver que se podía sacar en claro para no caer en la ilegalidad.

Así que decidimos que había que hacer un viaje a Miami y Gitty me dijo que fuera yo el que volara para allá e hiciera la investigación necesaria.

En mayo tendría que viajar a esa ciudad, la capital de latinoamérica, para buscar un potencial sendero que nos llevara a vivir en EEUU.



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