viernes, 11 de noviembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 47: Selección, encrucijadas.

 Cuando le comenté la idea a Gitty, me dijo que no sonaba mal en teoría, pero habría que ver como se ponía eso en práctica.

Era la luz verde que necesitaba y me bastó para iniciar el proceso a ver que pasaba. El primer filtro sería el examen standard de Fundayacucho, debido a que esta fundación era la que iba a financiar a los participantes, ellos debían participar en el mismo proceso de selección al que eran sometidos todos los que aspiraban a recibir becas.

La prueba se llevó a cabo en el salón principal de un edificio de oficinas en la urbanización La Castellana, la cantidad de asistentes fue considerable, por lo que vi había mas de 200 personas presentes, y por la pinta, mucha de esa gente era de clase media alta; de hecho quienes me rodeaban tenían un background curricular muy interesante, con postgrados en universidades como la de Manchester, por ejemplo.

Al ver todo eso y compararlo con mis modestos logros me dí cuenta que mis probabailidades serían ínfimas, y como cargaba un radio portátil en el bolsillo con unos audífonos, pues me puse a escuchar un juego de beisbol profesional venezolano; Leones del Caracas y Navegantes del Magallanes estaban jugando y no iba a dejar de escuchar la transmisión, sobre todo a sabiendas que había ido a perder el tiempo codeándome con gente mucho mas capacitada que yo.

Así que respondí todas las preguntas mientras escuchaba el juego de pelota; como  las secciones del examen estaban cronometradas, había que completarlas en un tiempo determinado para que así todos los participantes iniciaran la próxima simultáneamente. Empezamos a las seis de la tarde y finalicé la última parte aproximadamente a las 8:45 de la noche, entregué mi prueba y me fui. Cuando llegué a casa de mi madre a recoger la familia para irnos a Cúa le dije a Gitty que no tuve vida en esa vaina y que no me iban a llamar porque había gente muy preparada en el grupo.

Como un par de semanas después me llaman por teléfono los organizadores para decirme que debía asistir a la segunda fase del proceso porque había aprobado el examen, así lo hice y luego me enteré que fui el que sacó la nota mas alta, lo que no dejaba de ser un poco loco, y desde luego que no comenté nada acerca de la transmisión radial del juego de pelota.

Finalmente, quedé en el grupo de los seleccionados, con lo que al menos aseguraba un ingreso de tres millones de bolívares el año 1999, mientras se definían las cosas, porque para el momento en que se completó el proceso, ya las elecciones presidenciales de Venezuela habían pasado y el ganador fue el que había intentado un golpe de estado seis años antes. Cuando se hicieron públicos los resultados, al atardecer del domingo seis de diciembre de 1998, el mismo día que Graciela cumplía cuatro años, le dije a Gitty:


- Mañana lunes debemos iniciar el procedimiento para sacarnos los pasaportes, a este país se lo va a llevar el diablo y mejor que vayamos un paso adelante.

- ¿Tú crees que Chávez vaya a montar una dictadura?

- Sí, y cuando lo haga ya no podremos salir del país, así que tendremos que ser proactivos y estar listos para cuando se presenten las primeras señales, porque cuando aparezcan tendremos que irnos. Las dictaduras son horribles, y criar hijos bajo una bota militar es algo espantoso.

- ¿Y cómo vamos a hacer con la casa y nuestras cosas?

- Tendremos que actuar a lo Eudomar Santos - célebre personaje de la telenovela "Por estas calles" que transmitió RCTV varios años atrás -, como vaya viniendo vamos viendo.

- Eso va a ser horrible, tener que empezar de cero en otro país, sin casa y sin saber qué hacer.

- Claro que sí, pero si la dictadura se instala, será mucho peor vivir en Venezuela, estos tipos la van a montar, tarde o temprano.


De hecho, el curso estuvo a punto de no iniciarse debido a la incertidumbre política, pero al final decidieron continuar y su fecha de inicio sería el lunes 15 de febrero de 1999, 13 días después de la toma de posesión del nuevo presidente. El periodo académico arrancaría con un retiro de cinco días en las instalaciones de la  UTAL (Universidad de los trabajadores de América Latina) en un lugar llamado Pozo de Rosas, muy cerca de la población de San Antonio de los Altos, para luego continuar en el edificio Centro Seguros La Paz en Caracas, lugar que conocía muy bien porque trabajé en varias empresas instaladas allí.


Parecía que si bien 1999 no iba a empezar tan bien como 1998, por lo menos no prometía ser un año catastrófico, eso porque al menos podría aportar tres millones de bolívares para la casa, que si bien no eran lapa, tampoco eran mala cacería.

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