Cuando llegué a la clínica me ingresaron por emergencia, me llevaron a laboratorio y radiología, luego le hicieron mantenimiento a las heridas y me subieron a una habitación donde fui conectado a otra vía IV. Para el momento en que terminaron con los procedimientos ya había amanecido y mi mamá se fue para darle la noticia a Gitty y llevarse la ropa, porque en el hospital de Ocumare no había nada que ponerme, así que estaba vestido con prendas cubiertas de sangre y en la clínica fue que me pusieron una bata hospitalaria.
Como el doctor Viso no llegaba sino hasta las 10 de la mañana, había tiempo para cumplir con algunas diligencias urgentes, de hecho llamé a la oficina a las 7:30 para reportar la novedad del accidente, si bien eso lo sabía hasta el presidente de la compañía. Igualmente la secretaria me dijo que algunos de los auditores pasarían a verme en la clínica antes que me hicieran la cirugía en el pie, supongo que lo hacían para verificar mi estado de salud, no por solidaridad ni aprecio.
Mamá llegó al apartamento de La Pastora poco después de las siete de la mañana cuando Gitty ya se había levantado de la cama, nunca me preocupé por saber qué pasó ni cuál fue la reacción de mi esposa cuando se enteró de la noticia y vio mi ropa y zapatos cubiertos de sangre, así que no tengo idea de lo que sucedió. El mayor problema que se le presentaba en ese momento era Graciela, porque en las instalaciones médicas venezolanas siempre existió la prohibición del ingreso de menores de edad a las zonas de hospitalización. Hasta que no se encontrara quien se hiciera cargo de la niña Gitty no podía entrar a mi cuarto; lo bueno fue que a medida que transcurría la mañana se fue creando una red de personas que empezaron a ayudar a la familia y así Gitty pudo llegar a donde estaba ingresado mientras dejaba a Graciela a cargo de gente de confianza.
Cuando me vio puso la mejor cara posible porque tenía toda la cabeza cubierta de curas y vendajes, además de tener la cara horriblemente hinchada, así que me veía mucho mas feo de lo que era normalmente, y la diferencia era en escala logarítmica, por lo que con no salir corriendo al verme demostraba que me quería bastante. Me habían, por fin, dado calmantes para los dolores y estaba drogado en esos momentos, por lo que no recuerdo mucho de lo que ella me dijo. Para entonces llegó el doctor porque necesitaba evaluar el pie in situ y me confirmó que había que operar esa misma tarde para evitar daño permanente en la extremidad, que si bien mis indicadores preoperatorios no eran los mejores, por mi juventud y fortaleza debía poder aguantar la cirugía que iba a ser hecha bajo anestesia general; se me iba a reducir la fractura y fijar el hueso astrágalo, que se había salido de su lugar, con cuatro varillas de titanio. Luego se me pondría un yeso y si todo iba bien, el pie estaría listo en siete u ocho meses.
La operación estaba pautada a las dos de la tarde y se esperaba que duraría un par de horas; es de hacer notar que nunca recibí sangre, solamente hidratación IV, me tocó recuperarla a todo pulmón, porque nadie me dio una "ayudaíta". No supe cuáles fueron los resultados de los exámenes que me hicieron cuando ingresé porque nunca pregunté, así que no tengo idea de cuán mal estaba.
Al ser llevado al área de cirugía supuse que me iban a dejar puesta la bata, porque la operación era de la rodilla hacia abajo, pero igual me la quitaron y quedé en cueros, por lo que alcé mi voz de protesta y les dije a las enfermeras que eso no era justo, que si alguien iba a ver las joyas de la corona debía darme dinero, no hacerlo de gratis, porque eso estaba bien lejos de donde iban a operar. Al final me quedé dormido por la anestesia y cuando desperté los médicos habían hecho su trabajo.
Estuve en la clínica dos días y luego me dieron el alta para terminar de recuperarme en casa, pero el proceso iba a ser largo porque había quedado muy débil luego de perder tanta sangre y luego mi cuerpo tuvo que soportar el estrés de una cirugía mayor bajo esas condiciones; había abusado de mis límites, eso me cobraría peaje por un largo tiempo.
Como no podía subir escaleras, pues no quedó mas remedio que llevarme a casa de mi mamá, que era el último lugar donde hubiese deseado pasar mi recuperación porque sabía que a la larga se iban a presentar problemas, especialmente porque estaban los procesos de compra de nuestra casa en pleno movimiento y debían terminarse aunque yo estuviera incapacitado; también teníamos la ceremonia de graduación de los postgrados en septiembre y no tenía la mas mínima idea de que hacer, si ir o no ir.
Cuando cogiera fuerzas suficientes tendría que usar muletas para caminar y luego ir a consultas posoperatorias para que el doctor evaluara el progreso del hueso hasta que se pudieran remover las varillas. Mi accidente había complicado mucho mas nuestras vidas que ya estaban suficientemente complicadas para tener inconvenientes adicionales, sin sumar el hecho de que no había carro que manejar y teníamos que viajar a Cúa para todas las diligencias relacionadas con la casa.
No era el mejor momento para tener una persona incapacitada, con una niña pequeña, gastos en aumento, sin carro, compromisos pendientes y una casa recién comprada mas todo lo que va unido al proceso de compra y mudanza. De paso, estaba de reposo y tenía que ir al hospital del seguro social para que un médico revisara mi pierna y mi estado de salud general para así renovar o cerrar ese reposo. De hecho estuve en esa condición durante nueve meses, hasta que la evaluación médica del seguro social determinó que podía reincorporarme al trabajo.
En Venezuela, por lo menos en aquellos tiempos, el empleador pagaba el sueldo al trabajador mientras estuviese de reposo, y luego el seguro social reembolsaba el dinero a la empresa u organización.
Esa era también una condena anunciada a ser despedido en cuanto terminara el reposo. Para no sumar todo ese tiempo a la antigüedad del trabajador, antigüedad acumulada que lo hacía mas caro, las empresas privadas preferían cortar por lo sano y prescindían de los servicios de quien estaba en esa condición, especialmente en mi caso, en el que muy posiblemente alguien fue contratado para que ocupara mi lugar; así que mientras mas largo era el tiempo de baja mayor era la probabilidad de ser despedido, pero me estoy adelantando a los acontecimientos, antes de llegar a ese punto pasaron muchas otras cosas que merecen ser contadas.
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