Acerca de cómo sobrevivir a la pérdida de la única mujer que he amado mientras me dedico a escribir tonterías para encontrar algún sentido a la vida que no es vida sin ella.
martes, 15 de noviembre de 2022
Nuestra historia de amor: Capítulo 51: El herrero.
Hoy se cumplen dos meses de su partida, nunca pensamos que esta iba a ser la uĺtima foto que nos íbamos a tomar nosotros dos juntos:
Y que esta sería nuestra última foto en familia:
Sin embargo así fue, dos meses han pasado y se siente igual o peor que el primer día.
¿Cuándo fue que me di cuenta que me había enamorado de una mujer completamente fuera de lo común?
Fue un domingo de 1987, cuando la fui a buscar a su casa a las tres de la tarde, porque esa era la hora a la que siempre salíamos todos los domingos. Ese día la estaba esperando en una de las entradas laterales del conjunto residencial donde ella vivía, montado en el carro. Cuando la vi caminar por el pasillo me deslumbró.
Íbamos a ir a un espectáculo y debíamos vestirnos acorde a la ocasión, ella se había puesto una falda larga de blue jean abierta por un lado con unos zapatos altos rosados y una blusa fucsia, complementada con una cartera rosada. Vestida así, iba caminando por el pasillo con un movimiento de caderas y un ritmo tan particular en su paso que parecía una reina, tanto así que me dejó sin habla. Allí me dí cuenta que una mujer fuera de serie, una verdadera princesa, se había fijado en mí.
Fue tal mi estupor que cuando ella entró al carro, la besé y le dije:
- Eres mi reina bella.
Y era así, una mujer fuera de serie, como lo cantaba Gilberto Santa Rosa con la orquesta de Willie Rosario.
Luego de la vacación de año nuevo, regresamos a la casa para retomar nuestras actividades. Gitty tenía mas de un año trabajando en Ocumare del Tuy, pero no la tenía fácil con su jefa, que por alguna razón no la dejaba en paz y siempre se quejaba por cualquier cosa, sin importar cuán bien ella hiciese su trabajo ni cuanto empeño pusiera.
Gitty se la llevaba bien tanto con sus compañeros de trabajo como con los visitantes, pero no había forma que estuviera en buenos términos con la jefa de la oficina; ese problema persistió hasta el año 2001, cuando la señora fue ascendida y tuvo que irse a trabajar a Caracas, cosa que coincidió con la mudanza de Ocumare a Charallave.
Mi suegro quería que yo fuera cazador, y por esa razón tuve que comprar una escopeta de cacería, que para nada me gustaba, pero por seguirle la corriente la compré, a sabiendas que nunca iba a cazar nada. Era una escopeta Stevens muy similar a este modelo:
En la armería pude negociar también un backup para mi 92F que necesitaba desde hace tiempo y escogí otra Pietro Beretta modelo 9000:
Con eso ya el arsenal estaba completo. Dos escopetas calibre 12 y dos pistolas 9 mm, mas que suficiente.
Todas las semanas iba al club de tiro donde el Profesor Arcaya me enseñaba diversas técnicas de defensa personal y luego practicaba lo aprendido durante un par de horas, normalmente llegaba a las cinco de la tarde y salía a las nueve de la noche, cuando llegaba a la casa me iba a bañar y dormir para limpiar las armas el sábado en la mañana en el porche, como habíamos cambiado las rejas por unas de alta seguridad, no se podía ver hacia adentro y me resultaba mas cómodo limpiarlas allí porque tenía mas espacio libre que en la parte de atrás.
Hace varios capítulos hablé de los zamuros que revoloteaban por la casa debido a lo buena que estaba Gitty y que todos ellos la veian como un fly de foul por tercera base, aunque en realidad era un jonrón. Uno de ellos era un herrero que se la pasaba buceándola y visitándola a ver si la sonsacaba; dio la casualidad que el individuo se asomó un sábado en la mañana cuando yo estaba en mi rutina, estiraba un coleto grande y allí ponía todas las armas junto con el aceite, trapos y cepillos, las descargaba, me aseguraba que estuviesen completamente descargadas y luego las desarmaba para empezar a limpiarlas hasta que quedaban relucientes, para luego volver a armarlas.
Cuando el hombre llegó yo estaba en plena faena, lo saludé y seguí en lo mío, luego me preguntó:
- ¿ Y todo eso es suyo?
- Sí, es para protegernos nosotros y la casa.
- ¿Y usted sabe manejar todo eso?
- Sí, todas las semanas practico en el club de tiro y me dice mi instructor que soy bueno en eso, en algo tengo que ser bueno.
- ¿Y usted alguna vez se ha caído a plomo?
- Un par de veces, pero es mejor no hablar de esas cosas, eso no es algo de lo que uno se sienta orgulloso.
- ¿ Y usted siempre anda armado?
- Siempre que lo considero conveniente, no todo el tiempo necesariamente.
A todas estas el hombre estaba nervioso y se apareció Gitty con sus mini shorts y su top, pero el sujeto apenas habló un poco con ella, se despidió y no supe mas de él. Gitty me comentó semanas después:
- Ví al herrero en el pueblo y cuando me vio casi que salió corriendo ¿Qué le dijiste el otro sábado?
- ¿Yo? Nada. Me hizo unas preguntas y se las respondí.
- ¿ No lo amenazaste ni nada de eso?
- No, claro que no, yo no soy de ese tipo de hombres. Tú sabes cuidarte muy bien sola y sabes poner a todo el mundo en su lugar. Será que se asustó porque vio que tengo armas.
-¿De verdad no le dijiste que le ibas a pegar un tiro?
- No, chica, claro que no, eso es que a lo mejor estaba trabajándote y cuando me vio en esos menesteres se dijo que si seguía velando mujer ajena podía amanecer pegado de una alcantarilla con mas huecos en el cuerpo que un colador, pero esas son vainas de él, porque yo no voy a cometer un crímen así, ni que estuviera loco. Yo no soy como el vasco que liquidó a la mujer y al querido y se perdió.
¿ Cómo es que se llamaba el vasco ese?
- Era de apellido Arrizabalo y se hizo ojo de hormiga, ese carajo como que era de la ETA.
- Entonces el herrero dijo, que va oh, este tipo me puede hacer como le hizo el vasco al primo de Luis Herrera.
- Bueno, esas son vainas de él, pero meterse con mujeres ajenas puede ser nocivo para la salud.
- Sí, como nie - Y se echó a reír con ganas.
En realidad no supimos mas nunca del fulano herrero ni de ninguno de los otros zamuros, porque como que se corrió la voz y todo el mundo se pintó de colores. por lo menos Gitty se quitó de encima a ese montón de sujetos tan molestos.
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