martes, 29 de noviembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 65: Y volvió, volvió, volvió.

Luego que el hombre presentó su renuncia, todo lo que pudo salir mal salió mal; fue como una comedia de equivocaciones hecha a propósito, donde los que tenían el deber de intentar algún tipo de transición respaldada constitucionalmente se dedicaron a hacer el peor trabajo posible. Las cosas salieron tan mal que se escogió al presidente de Fedecámaras, sin ningún tipo de consulta con el parlamento ni los restantes poderes públicos, para que se autojuramentara como presidente de la república.



El viernes ninguno de nosotros fue a trabajar por razones obvias, así que pudimos ver por televisión todo lo que pasó con el nuevo gobierno que no duraría ni 48 horas.

- Al menos parece que terminó la pesadilla, pero no estoy 100% seguro, no vi a nadie del parlamento y no veo muy clara la ruta constitucional aquí, veremos si logran consolidar el poder.

- ¿No crees que Carmona se estabilice?

- No sé, no lo veo muy firme, no voy a negar que me gusta el decreto ese que se inventaron, pero una cosa es que me guste y otra es que esté respaldado constitucionalmente.

- Entonces los militares tienen la última palabra.

- Así es, si se pliegan a Carmona, tendrá el piso político necesario para salir del chavismo, pero si no lo apoyan este gobierno va a ser nonato.

- ¿Y si eso pasa qué hacemos?

- Huir por la derecha, porque el depuesto va a regresar buscando venganza y se va a atornillar en el poder, no va a cometer el mismo error y se va a blindar.

- Entonces si Carmona no se estabiliza...

- Estamos jodidos.

- Que vaina, solo nos queda esperar que los militares lo apoyen.

- Así es.

El sábado 13 en la mañana, el comandante de la principal unidad del Ejército, el General Raúl Isaías Baduel, empezó a tener dudas acerca de la constitucionalidad de lo ocurrido entre el jueves en la noche y ese día, e indicó que el presidente legítimo seguía siendo el que estaba en ejercicio el jueves en la tarde. Allí se inició el derrumbe del gobierno interino y para la madrugada del domingo ya el presidente depuesto regresaba al palacio de Miraflores, de donde Carmona y su gente hacía rato que habían puesto pies en polvorosa.



El sábado después de mediodía fui a hacer unas diligencias a Charallave y no las hice porque había fuertes disturbios causados por partidarios del presidente depuesto, lo que causó que todos los comercios de la población cerraran sus puertas.

Al día siguiente le dije a Gitty:

- Bueno, esto se lo llevó quien lo trajo.

- ¿Entonces tenemos que irnos?

- Hay que preparar el plan B muy en serio, esto va para una dictadura.

- ¿Tan seguro estás?

- El tipo descubrió a todos sus enemigos en la milicia y los va a descabezar a todos, con la purga va a meter gente adicta a él y eso le va a asegurar el poder per secula seculorum.

- ¿Entonces tú crees que se tiró un autogolpe?

- No sé, a lo mejor fue una situación de riesgo que le salió bien, después de todo puso a Baduel a cargo de la unidad mas importante del Ejército como un seguro de vida, porque ese general supuestamente era el conjurado número cuatro del Samán de Güere.

- Entonces tenía un seguro de vida.

- Claro, su propio plan B, y ahora viene desatado, recuerda los famosos decretos del cuatro de febrero.

- Eso quiere decir que estamos jodidos.

- Mas o menos, pero si no nos movemos rápido nos vamos a joder de verdad.

Por cierto, el general Baduel, que lo ayudó tanto, al final recibió su pago en frutas del mar muerto, porque así paga el diablo a quien bien le sirve. Hace poco murió preso en una de las ergástulas de la dictadura, lugar en el que estuvo durante los últimos 15 años.

El lunes en la mañana regresamos a nuestros trabajos con nuestras caras de póquer muy bien administradas mientras pensábamos en los próximos pasos a seguir.

Nos llegó la hora de activar el plan B.

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