miércoles, 2 de noviembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 38: En busca de un hogar.

 


Ahora buscábamos casa y solamente teníamos un año para encontrarla, parecía una tarea fácil, pero en realidad iba a ser algo muy complicado. Todos los fines de semana visitábamos lugares donde se estaban desarrollando urbanizaciones nuevas pero los precios de las viviendas eran muy elevados para nuestro presupuesto; en algún momento desechamos la zona de Guarenas-Guatire debido a esa razón, intentamos buscar en el mercado inmobiliario de segunda mano y encontramos un apartamento en Guarenas que podía cumplir con los requisitos, pero cuando se le hizo el avalúo su valor estaba por debajo de los cinco millones del préstamo, así que no se pudo concretar el negocio.

Entretanto, el tiempo seguía pasando.

Para marzo decidimos concentrarnos en la zona de los Valles del Tuy, que era la menos costosa de todas por un montón de razones, y no todas buenas, pero estábamos obligados a encontrar vivienda, y con premura. Nos quedaban siete meses.

En 1996, debido a varias crisis económicas ocurridas en el país, la moneda había perdido mucho valor, y esto se reflejaba en los salarios, que se estaban quedando rezagados respecto a la inflación; Gitty estaba protegida porque su escalafón estaba atado al de PDVSA y sus ingresos eran ajustados con frecuencia. En mi caso no era así, ya lo que ganaba no alcanzaba para cubrir los gastos del hogar a pesar de no pagar alquiler y empecé a pensar seriamente en buscar otro empleo para así poder ganar mas dinero. Adicionalmente, mi jefe me había dicho que aun con el título de postgrado lo mas que recibiría sería un pequeño bono adicional a mi sueldo, pero no un aumento como tal, y para poder ascender a auditor senior tendría que esperar a que uno de los cargos estuviera vacante.

El mes de abril tenía una auditoría programada como primera visita en la sucursal de Puerto La Cruz, que también tenía una planta de llenado; esa sucursal era una de las joyas de la corona por su tamaño y por estar ubicada en la zona mas turística de Venezuela, por estas razones los auditores se peleaban para trabajar allí, sin embargo recibí la asignación directamente, sin pedirla.

Lo mejor del cuento es que la rechacé y la cambié por la sucursal de Ocumare del Tuy, hice eso para poder dormir todas las noches en la casa y repartir curricula en las mañanas mientras me dirigía al trabajo, como actividad colateral podría explorar zonas en construcción para encontrar una potencial vivienda.

Muchas cosas que hacer y poco tiempo para hacerlas, nunca es buena idea asar dos conejos al mismo tiempo, mucho peor es asar tres porque siempre uno de ellos se va a quemar, y el que se me iba a achicharrar era el de la auditoría. Estaba muy distraído como para hacer mi trabajo bien, no le estaba prestando la atención debida, aunque en ese tiempo metí papeles en un montón de empresas. Al mismo tiempo había explorado varias zonas en construcción hasta que una tarde lluviosa, cuando había ido a visitar a un cliente de la empresa, pasé por un sector donde estaban empezando a construirse varias casas; ese sector tiene el nombre de La Pedregosa en la urbanización Santa Rosa del pueblo de Cúa. No pude pedir información porque estaba lloviendo y la oficina estaba cerrada, pero el fin de semana iríamos a visitar el lugar a ver que se podía sacar en claro.


Ese fin de semana Gitty y yo, con la niña y mi mamá fuimos a la oficina de ventas ubicada en la propia urbanización, donde nos atendió el vendedor, un señor de apellido Cabello, que nos entregó todos los documentos necesarios para llevar al banco y solicitar el avalúo. El proceso fue relativamente rápido y en menos de un mes estuvo completado de forma exitosa, el valor de la casa correspondía al monto del préstamo, así que podíamos comprarla. Siete meses después de haber ganado el sorteo Gitty podía decir que estaba a punto de cumplir el sueño de tener un hogar propio, no mas alquileres, en la foto de abajo se puede ver la urbanización donde íbamos a vivir.


El pin rojo señala nuestra casa.


Faltaba que se terminara de construir  y que se conectaran los servicios, lo que llevaría algunas semanas mas, pero ya lo mas difícil había sido hecho.

En cuanto a mi trabajo, lo había descuidado mucho y cometí muchos errores, que recién estaba empezando a corregir, pero igualmente mi jefe me llamó para discutir el proyecto puesto que no estaba siendo ejecutado de manera óptima, especialmente según mis estándares de trabajo. El día 15 de mayo no pude ir a Ocumare debido a problemas con el carro, que apenas logré resolver al caer la tarde, así que cuando mi jefe me llamó el día 16 a mediodía quedamos en reunirnos el viernes 17 en la mañana.

Esa reunión jamás se llevaría a cabo.

No hay comentarios.: