lunes, 19 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 85: Segundo viaje a Disney.


 En julio de 2006 regresamos a Disney, pero ahora con un plan integral que incluía todas las comidas; salía mas caro que el anterior, pero se ahorraba tiempo y dinero al no tener que salir de los parques a buscar donde comer ni tener que pagar precio completo en los restaurantes del complejo recreacional.

Para aquel momento nuestra relación había mejorado un poco, pero la falta de mujer estaba causando estragos en mí y decidí que muy posiblemente esto ya estaba por terminar y era tiempo de ver si podía encontrar alguna nueva pareja; así que me metí en unos portales web de citas en busca de mujeres. Como era de esperarse, me fue muy mal, estuve en eso dos meses y no encontré nada; mi perfil no generó ningún tipo de interés entre las chicas inscritas, ni siquiera como aventura de una sola noche. Lo único que llegué a conseguir fueron estafadoras de Europa oriental y las famosas modelos atrapadas en Nigeria, ante estos resultados tan decepcionantes no quedaba otro remedio sino reconocer que no tenía la mas mínima probabilidad de encontrar otra pareja; que mientras Gitty tenía (otra vez) un montón de zamuros pululando a su alrededor, yo era un fracaso en ese aspecto y solamente me quedaba buscar la recuperación de mi matrimonio, porque no había alternativa alguna, estaba como dicen aquí, entre una piedra y un lugar bien duro.

Sirva como anécdota que cuando manejaba carros de renta, el año 2003, me enviaron a comprar comida a un Burger King cerca de la escuela donde luego daría clases, fui con otro chofer, un cubano, y él hizo el pedido; como casi todo el mundo en esa ciudad habla español, le habló a la chica del autoservicio en ese idioma y hasta se pusieron a conversar por un momento; resulta que en el pedido se le había olvidado algo y me vi obligado a decirle a la joven lo que faltaba, y ella preguntó de inmediato:

- ¿De quién es esa voz tan horrible? ¿Dónde está el caballero con el que estaba hablando?

Me disculpé y le dije que ya se lo ponía, que mi intervención había sido únicamente para llamar la atención acerca de unos productos faltantes, me despedí y no hablé mas mientras estuvimos en el autoservicio del Burger King para no herir los tímpanos de mas nadie. Siempre es bueno no tener ego, eso evita traumas.

Iniciamos la vacación en el parque de agua Wet n'Wild de Orlando, donde pasamos todo el primer día. Salimos de Miami temprano esa mañana y llegamos directo al parque, de donde nos fuimos pasadas las seis de la tarde; nos divertimos bastante, especialmente Graciela, que se montó en casi todas las atracciones. En mi caso, tenia un enorme problema, anduve descalzo por todo el parque porque no tenía zapatillas para usar en el agua, así que cuando intenté ir a los baños a orinar tiré la toalla porque si me metía allí, con lo sucios que estaban, iba a salir con quien sabe que infección en los pies.

Cuando llegamos al hotel en el que nos quedaríamos por esa noche estaba completamente agotado y tenía la vejiga a punto de estallar, pero había que llevar las cosas a la habitación y salir a comer; recuerdo que pude resolver lo de la orina, pero igualmente debía terminar lo de la comida, por suerte el restaurante del hotel parecía ser bueno y comimos allí. De hecho preparaban un hígado encebollado realmente sabroso que a Gitty le encantó. Recuerdo que al final de todo me eché un baño y caí como una piedra desde las nueve de la noche hasta las 10 de la mañana del día siguiente.

El paquete de Disney era de seis días y cinco noches con cenas en seis restaurantes de lujo y tickets para desayunos y almuerzos junto con encuentros con las princesas Disney. Relativo a las cenas, Gitty reservó todas a las siete de la noche y había que estar a esa hora para evitar retrasos en la atención porque los restaurantes se llenaban rápidamente y esa era la hora pico, si llegábamos tarde tal vez tendríamos que esperar horas para tener una mesa disponible.

El paseo fue básicamente igual que el del año anterior, con nuevas atracciones como la montaña rusa del Everest, mas los restaurantes, que eran espectáculos a su manera. En Epcot fuimos a dos, uno en el parque de las naciones, que estaba ubicado en la parte de Noruega y que como cosa interesante estaba atendido por noruegos; de hecho, el joven que atendía nuestra mesa era un estudiante oriundo del Cabo Norte. El otro estaba en la atracción de Finding Nemo y tenía un acuario enorme.

Fuimos al restaurante que estaba en el hotel mas lujoso del complejo, donde nos atendió un señor marroquí que realmente nos trató de manera excelente y nos dio como dos galones de jugos porque no había límites en lo que podíamos pedir; así que para salir de eso, nos llenó la mesa de botellas, lo que para nada nos cayó mal, porque uno terminaba deshidratado luego de tanto dar vueltas y hacer colas bajo el calor floridano.

En todos los restaurantes comimos bastante, porque el precio cubría hasta las propinas, y aprovechamos para quedar bien llenos, luego seguíamos visitando los parques hasta la medianoche cuando regresábamos al hotel. Uno de ellos, que estaba en lo que era el parque Disney MGM, que ahora se llama Disney Studios, era un autocine en el que pasaban cortometrajes.

El hotel en el que nos quedamos era diferente al del año anterior y estaba dedicado al cine.

Con esta vacación cerramos nuestro ciclo de Disney y planeamos ir a los parques de Universal Studios y SeaWorld el año siguiente. 2007 sería un año muy movido, complicado y de cambios a todo nivel.

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