domingo, 25 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: 24 de diciembre.

 


La navidad de 1985 fue la primera que compartimos. Recuerdo que a las 12:05 de la noche la llamé por teléfono para desearle feliz navidad y quedamos en ir al cine esa tarde a ver la película Santa Claus, que no era una gran cosa pero servía para pasar el rato con espíritu navideño.

Lo que mejor recuerdo de nuestra conversación telefónica fue cuando ella me dijo con un acento de niñita malcriada: ¡No quiero que se acabe la navidad!, y me enamoré un poquito mas de ella cuando dijo eso; yo era muy racional y analítico y no tenía ese tipo de arranques tan espontáneos, mientras que a ella le salían de una forma completamente natural.

Durante 37 años recibimos al Niño Jesús juntos. Esta es la primera navidad que no la tendré y el dolor es indescriptible, aunque esa no fue razón para no hacerle un regalo; puse un ramo de rosas rojas en el altar que tengo en su lado de la cama para mostrarle mi amor eterno, y así será hasta el último día de mi vida. Todas las navidades tendrá un ramo de rosas rojas en su altar.

En la cultura venezolana se celebra la llegada del 25 mas que el día mismo, por eso se habla del 24 porque es la nochebuena; el momento previo al nacimiento del hijo de Dios y en esa noche se hacen fiestas de cumpleaños en muchos hogares, mientras que al amanecer la celebración es de los niños al descubrir los regalos que les dejó el propio Niño Jesús durante la noche mientras dormían.

Ahora no veo razón para celebrar porque quien era mi compañera ya no está, y ese vacío es imposible de llenar. Adornamos el apartamento porque ella adoraba verlo así y le gustaban las navidades alegres, así que seguimos la tradición, todo lo hicimos igual que ella, hasta forramos la puerta con papel de regalo como era su costumbre. La navidad fue dedicada a ella, así como será de ahora en adelante.


Sé que de una u otra forma ella quería que siguiéramos con sus costumbres festivas y eso es lo que haremos. Aunque no nos acompañe físicamente eso no quiere decir que dejemos de hacer lo que le gustaba, así nuestro dolor por su muerte haga que no tengamos ánimo para tener unas felices navidades, porque quien las hacía felices ya no nos acompaña.

Si bien la tristeza por su ausencia es inmensa, recuerdo un par de gaitas que le gustaban mucho, y ese es el cierre de este capítulo, con música que adoraba bailar.


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