viernes, 23 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 91: La conversación (y III)


 ¿Qué tiene que ver un comic con esta historia? Cualquiera que lea esto dirá que terminé de perder la chaveta porque este no es lugar para un comic de DC. Bueno, eso no es tan cierto, hay ocasiones en que pueden servir para explicar un punto.

Kamandi es un personaje relativamente poco conocido del universo DC aunque es uno de los que tienen las historias mas interesantes, a grosso modo, es el último ser humano "normal" en una Tierra que sufrió un enorme desastre de origen desconocido que causó cambios en las especies del reino animal debido al derrame de una sustancia experimental almacenada en un laboratorio secreto combinada con una gran cantidad de radiación. Estos cambios implicaron que gran cantidad de animales no racionales desarrollaran inteligencia humanoide mientras que los seres humanos fueron afectados de forma contraria.

En este planeta Tierra, conocido como Tierra AD, se desarrolla esta historia que abarcó varios años del trabajo de Jack Kirby, su creador. La portada de la foto, en español, desde luego, fue la del comic que me inició en este personaje, suplemento que leí por primera vez circa 1975, cuando tenía ocho o nueve años y su historia me atrapó. En este número, Kamandi es hecho prisionero por los gorilas, que se encuentran en guerra contra los tigres, y es encerrado en un laboratorio de investigación donde tienen una cantidad no determinada de la sustancia que disparó los cambios en el reino animal, llamada cortexina.

Los tigres, sabiendo esto, lanzan un ataque contra ese laboratorio, fuertemente defendido por los gorilas, y durante la refriega Kamandi logra escapar logrando liberar a los humanos que estaban cautivos y escapan de la instalación científica. Un obús de artillería disparado por los tigres cae cerca del lugar donde los gorilas tenían almacenada la cortexina y una buena cantidad de esta sustancia se derrama y corre hasta un arroyo cercano, donde varios humanos se detienen a beber el agua; aquí Kamandi narra que los que tomaron esa agua contaminada "al beberla parecía como si se hubiesen despertado de un profundo sopor."

Allí entra el punto donde las historias coinciden. Luego de "la conversación," Gitty parecía como si hubiese empezado a "despertar de un profundo sopor," casi me veía como a alguien desconocido, era algo interesante porque ella nunca se dio cuenta de tal cosa hasta ese momento. Todavía hoy en día no sé como puede pasarle eso a una persona, ser hipnotizada por otra que manejaba su voluntad a placer, algo como brujería; aunque yo no creo para nada en esas cosas, pero es el mejor símil que se me puede ocurrir.

La mejora de nuestra relación no fue de un solo golpe, fue algo gradual, pero su actitud hacia mí sí cambió esa misma noche; en algún momento de la madrugada me abrazó y sentí su respiración agitada, aunque decidí seguir haciéndome el dormido. A la mañana siguiente encontré una mujer completamente diferente a la que se acostó la noche anterior; lo principal era que su mirada había cambiado, ya no me veía con rabia contenida ni con lástima, esa nueva mirada era muy similar a la que tenía en Venezuela y eso era mas que suficiente para mí.

Desde aquel día se acabaron las salidas repentinas y a toda carrera, se acabaron los días festivos sin ella y las peleas desaparecieron por completo, siempre iban a haber discusiones, pero ni remotamente como las que ocurrían hasta entonces. En cierta forma, nuestro matrimonio se había salvado y esa noche apretamos el botón "reset."

No sé si volvió a ver al viejo o a hablar con él, pero lo cierto es que no volví a saber de su existencia, para bien de todos nosotros.


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