viernes, 23 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 89: La conversación (I)


 Durante nuestra etapa en Miami casi no he transcrito diálogos, esto se debe a que la casi totalidad de ellos no eran conversaciones sino peleas, casi nunca tuvimos pláticas serenas y mucho menos amorosas. Durante los tiempos difíciles los insultos y descalificaciones menudeaban, y luego, al mejorar las condiciones, la tensión continuaba. 

Existieron múltiples razones que causaron y empeoraron estas situaciones y la determinante mayoría fueron responsabilidad mía; debí ser mas cuidadoso en muchas decisiones que tomé y tenía que ser mas prudente en lo que se refería a tomar riesgos, no es bueno arriesgarse mas de la cuenta cuando se está en el extranjero.

Mis errores, si bien no fueron deliberados, igual causaron problemas que pudieron haberse evitado; fueron errores no forzados y ellos hicieron que Gitty se decepcionara de mí, por lo que se convirtió en pasto fácil de un oportunista cuyo objetivo final era convertirla en su amante como una forma de sentirse él mas joven, sin importar que el matrimonio de ella se destruyera en el proceso.

Esa relación duró casi cinco años, y si no hubiese sido por lo que sucedió el día de la conversación, tal vez el viejo habría logrado completar sus propósitos.

Es muy fácil envolver a alguien cuando se encuentra en una situación vulnerable y luego explotar esas vulnerabilidades a favor del manipulador. Ese individuo se dedicó a minar nuestra relación haciéndole ver a Gitty que yo era una persona muy inferior a ella y que no merecía ni siquiera estar en su cercanía; fue tan fuerte la campaña que ella llegó a sentir asco de mí y por eso dejamos de tener relaciones por varios años, simplemente me tenía asco y ni siquiera quería quitarse la ropa en mi presencia. Luego de 2005 ella buscó cambiar esa actitud, pero le resultaba muy difícil.

En los videos y fotos de los viajes se nos veía muy bien, pero eran lo que se conoce como "photo ops," para que nadie en Venezuela sospechara lo que estaba pasando; hubo una noche en el segundo viaje a Disney que me fui a un bar del hotel a tomar unos whiskies porque no podía con la tensión que me causaba andar con Gitty. En algún momento pensé en mandarlo todo al diablo, pero tenía esperanzas de que eso cambiara, aunque ese cambio nunca aparecía.

Para 2006 retomamos la intimidad, pero los resultados eran malos, se veía que ella se sentía forzada a hacerlo y eso era frustrante; era natural que se sintiera así porque todavía me tenía asco, y no se puede sentir placer con alguien que te repugna. Esa situación persistiría hasta el año 2008, cuando por fin su mente se liberó por completo de esas influencias tan nefastas.

Alguien se preguntará por qué eso duró tanto y no se resolvió antes; es muy fácil, mi sentimiento de culpa exigía una expiación, y mientras mas dolorosa y larga fuera, pues mejor; la culpa debe ser castigada, y debe ser castigada severamente, por tanto tenía que aguantar la pela sin quejarme porque lo tenía muy merecido, así que verdugo no pide clemencia. Sin embargo, todo llegó al llegadero esa tarde de octubre de 2007.

Y la conversación fue en la noche.   


 

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