sábado, 31 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 98: Seattle.

 


El 15 de septiembre de 2008 se produjo el derrumbe del banco de inversión Lehman Brothers, que fue la bancarrota mas grande de la historia, con mas de 600.000 millones de dólares en pasivos; esto había sido precedido por los rescates de Bear Stearns, Fannie Mae y Freddie Mac. A posteriori vendrían las caídas de la aseguradora AIG y el banco Washington Mutual.

Esta crisis financiera se inició, a grandes rasgos, por el excesivo apalancamiento de muchas entidades financieras, apalancamiento que estaba respaldado por bonos de alto rendimiento cuya fuente de ingresos eran hipotecas "subprime" o de alto riesgo. Cuando los prestatarios de estas hipotecas empezaron a fallar en sus pagos se generó un efecto bola de nieve que se llevó por delante a los bonos, los financistas, bancos y las aseguradoras que estaban supuestas a cubrir el dinero faltante por impagos. Así fue que se inició la gran recesión de 2008, por encimita.

El último de marzo de 2009 había terminado mi trabajo en Clovis, entregado mi informe, discutido sus resultados, hecho las correcciones y recibido la aprobación definitiva; me entregaron un cheque por lo que equivalía a tres meses de pago como bonificación y regresé a Miami. En esos tiempos Gitty se sentía muy cansada y quería renunciar a su trabajo, le dije que si quería lo hiciera y se tomara un descanso, después de todo, teníamos suficiente dinero entre mi bono, lo que quedaba de la venta de la casa de Cúa y lo que ella había ahorrado de su sueldo, así que podía darse una pausa durante varios meses.

Para mediados de abril, me llegó un correo electrónico de recursos humanos de J.P. Morgan Chase acerca de una oportunidad de empleo en el proceso de liquidación del banco Washington Mutual; sería contratado para formar parte del equipo de auditoría contable y de sistemas de la entidad que había sido adquirida para luego participar en los procesos de migración de ambos sistemas a la plataforma de J.P. Morgan Chase. Se consideraba que este proceso tomaría aproximadamente dos años y sería en la ciudad de Seattle, que era donde estaba la sede del banco en liquidación.

Respondí que estaba dispuesto, así que sería contratista del banco al finalizar el proceso de verificación de documentos y debería viajar a la ciudad el 11 de mayo para asistir a un curso y luego empezar a trabajar en las oficinas centrales. El entrenamiento duraría tres semanas, al terminar tendría una libre y a continuación trabajaría con un itinerario bastante similar al de Clovis, tres semanas corridas laborando y 10 días de descanso en mi hogar. 

A los especialistas que no éramos de Seattle el banco nos alquiló apartamentos tipo estudio cercanos al centro de la ciudad donde solamente nosotros estábamos autorizados para dormir; sin embargo, como siempre pasa, algunos del grupo no le pararon bolas a las reglamentaciones y se levantaron mujeres que luego se llevaron a vivir con ellos en los apartamentos. Como ese no era problema mío, pues no les iba a echar paja y me dediqué a mi trabajo.


Esas tres primeras semanas de entrenamiento las pasé en Seattle y Eugene, OR, donde aprendí como se manejaban las sucursales del finado Washington Mutual y como se iba a hacer el proceso de migración a Chase.

Cuando regresé a Miami, Gitty me comentó que el cansancio no se le iba y que en ocasiones se sentía letárgica, mientras que en otros momentos sentía como si tuviese ataques de pánico; le respondí:

-¿Por qué no has ido al médico?

- Porque pensaba que se me iba a ir con algo de descanso, pero nada, tengo dos meses sin trabajar y me siento igual.

- Pues ve al médico, para eso están ellos, para ver que es lo que le pasa a uno. Te puede pasar como la vez aquella que te dio una gripe en Caracas y no querías ir al médico y cuando al final fuiste el doctor Pedro Millán te preguntó: ¿estabas esperando a morirte?

- Está bien, voy a pedir cita para la semana que viene.

- Hazlo antes que me vaya para saber que es lo que te causa esos problemas, Graciela tiene todos sus controles de salud al día y tú no te ocupas de la tuya.

- Está bien, no me regañes.

- No me gusta que te sientas enferma y no hagas nada, hay que ver que es lo que tienes y no se puede estar con una mamadera de gallo.

- Bueno, pero ya que hablas de Graciela hay que ver lo de sus dientes que cada día se ponen mas feos y lo de la nueva vacuna contra el VPH.

- Ok, pero vamos a salir de lo tuyo primero para luego ver lo de ella, que lo de los dientes va a ser bien complicado, y con lo de la vacuna hay que pedir cita.

- Sí, apenas termine con lo mío vamos a ver lo de Graciela.

Así quedamos e hizo la cita para que la vieran el jueves cuatro de junio. Le mandaron a hacer exámenes de laboratorio y para el martes nueve le dieron la noticia. Sufría de hipotiroidismo, eso era lo que le causaba la fatiga y los desajustes corporales y emocionales, tendría que tomar levotiroxina diariamente por el resto de su vida para así controlar los niveles de hormonas en su tiroides, que no producía las necesarias.

Luego tocaría ocuparse de los dientes de Graciela, además de hacer las citas para las vacunas contra el VPH.

viernes, 30 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 97: Gitty descubre los selfies.

 Para el 2008 ya los teléfonos celulares tenían cámaras con una resolución suficiente como para tomar buenas fotografías, pero todavía no se habían desarrollado las cámaras frontales para selfies; así que si alguien quería tomarse una foto tenía que apuntar la lente del teléfono a ciegas y probar a través de ensayo y error.

Gitty siempre tuvo pasión por la fotografía, y tenía un instinto natural para hacer buenas tomas, así como también era muy buena en las artes gráficas, especialmente en las caricaturas, tenía un talento innato para hacerlas; siempre le decía que debía dedicarse a pintar, dibujar y tomar fotos, y hasta llegamos a planear proyectos cuando se resolviera lo del cáncer.

Cuando Gitty descubrió que podía tomar buenas fotos de sí misma, pues empezó a fotografiarse sola y acompañada. La única persona con la que no pudo retratarse fue con Graciela, porque siempre se le escapaba; de ahí en resto hasta Lucy fue modelo para sus pruebas. Este capítulo es exclusivamente de fotos que ella se tomó probando las cámaras de sus teléfonos, conmigo, una de sus amigas, ella sola y Lucy.

Este no será el único capítulo dedicado a sus selfies, porque con el tiempo se fue perfeccionando y hasta compró un palo para ese tipo de fotos y así mejorar su calidad. También habrá por lo menos otro dedicado a sus instantáneas de flores, a ella le gustaban mucho y cuando veía una que le gustaba la fotografiaba, y hubo algunas que tomó que eran como para ser expuestas en galerías.

La vena artística de Gitty merece ser hecha pública, en otros capítulos mostraré sus creaciones y pinturas para que sean conocidas, su talento era extraordinario y debe ser divulgado.

jueves, 29 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 96: Fin de año 2008.

Esta tarde en el trabajo, mientras estaba leyendo unos documentos, escuchaba música navideña a través de los audífonos y se apareció esta tamborera una vez mas.


Al escucharla caí en una especie de ensoñación y reviví exactamente el momento cuando la bailamos Gitty y yo en la fiesta de fin de año del CONICIT el año 2001, cuando el Gran Coquivacoa la empezó a tocar en vivo. Recordé que cuando el grupo inició los primeros compases, que Gitty reconoció de inmediato, me tomó de la mano y me dijo, mientras se levantaba de la mesa:

- Vamos a bailar.

Me levanté y la seguí mientras ella me halaba del brazo hacia la pista de baile, empezó a bailar y al verme me increpó:

- Cierra la boca.

No me había dado cuenta que la tenía abierta por completo y la cerré de inmediato; y bailó de una forma tal que ese fue el baile mas sexy que he visto en toda mi vida, como seguía el compás de la música y movía su cuerpo como una diosa; estaba estrenando el vestido rojo que se compró en Boston, uno que le llegaba hasta cinco dedos por encima de las rodillas y que le dejaba los brazos al descubierto, junto con un escote redondo y que mostraba parte de su espalda.

Lástima que en aquellos tiempos todavía no existían los teléfonos celulares con cámara, porque me habría cansado de tomarle fotos, se veía increíblemente hermosa y sexy en ese momento. Lo reviví hasta tal punto que me llegó el aroma del perfume que ella estaba usando aquel día.

Cuando terminó la canción recordé lo que conversamos mientras nos dirigíamos a la mesa:

- En la pista de baile me provocaba comerte todita con todo y ropa, de lo buena que te veías bailando.

- ¿Y no me puedes comer después? Como cuando lleguemos a la casa, o solo se va a quedar en una amenaza.

- Claro que te voy a comer en privado, tengo que darme ese gusto.

- Ya lo prometiste, no me vayas a fallar esta noche cuando lleguemos a casa y te recuerde lo que dijiste, no te vayas a hacer el loco que me estas acelerando.  

- No, te voy a cumplir porque me muero de ganas, pero ya tenemos que dejar a un lado la conversa erótica no vaya a ser que la escuchen mi mamá y la niña.

- Ok, pero ya sabes.

Y me guiñó un ojo mientras sonreía muy pícaramente y nos sentábamos a la mesa.

Salí de la ensoñación y regresé a la realidad, es agridulce que lo único que nos queda de una persona amada 
cuando se va son los recuerdos, el único tesoro que no se nos puede robar.

En diciembre de 2008, luego de navidad, tal día como ayer, el 28 de diciembre, nos fuimos a Cayo Hueso, o Key West; el punto mas meridional de los Estados Unidos, apenas a noventa millas de la costa de Cuba.


Recorrimos toda la US1 y nos tomamos fotos en el puente de las siete millas:


Paseamos por todo el cayo, la casa de Hemingway estaba cerrada, pero igual nos tomamos fotos en el pueblo.


También le tomé a Gitty fotos como modelo, después de todo tenía con qué serlo...


Regresamos tarde en la noche del paseo, pero valió la pena, todos lo disfrutamos; hasta Lucy, que comió jamón y atún ese día, lo que mas le gustaba comer.

Para el 31 de diciembre Gitty quiso que recibiéramos el 2009 en un local de la calle ocho muy famoso, una tasca llamada Casa Panza, pero antes en la tarde fuimos al Fairchild Tropical Botanic Garden en Coral Gables. Graciela había recibido entradas familiares que se vencían el primero de enero y decidimos usarlas el 31 de diciembre para no perderlas. En ese jardín le tomé a Gitty unas fotos rodeada de flores y vegetación donde se veía realmente linda.


 Acerca de la velada nocturna, Gitty pagó una mesa para los tres y todo se desarrolló de forma bastante chévere; llegamos a las nueve de la noche y salimos a las dos de la mañana del primero de enero de 2009, luego de haber disfrutado de una buena cena, un espectáculo muy variado y tres horas de baile con una orquesta muy buena, con mucho swing latino..


Recibimos el 2009 de buena manera, pero ese nuevo año presentaría muchos retos y bastante actividad; además iba a ser, aunque no lo sabíamos todavía, el año en el que empezaría a trabajar en la ciudad que terminaría siendo nuestro hogar definitivo, Seattle.

miércoles, 28 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 95: La campaña electoral.

 


En agosto de 2008, Barack Obama fue electo candidato a la presidencia de los Estados Unidos por el partido demócrata. Desde ese momento Graciela quiso hacer campaña por él, así que Gitty y yo empezamos a buscar la oficina del partido para llevarla y hacer campaña con ella en nuestro tiempo libre, también reclutamos a Lucy para que nos ayudara.

Los días que estaba en Miami, me los pasaba en campaña, y Gitty y Graciela iban casi todas las tardes a la oficina; allí conocimos a nuestra gran amiga Kokoa, que formaba parte del equipo coordinador. Hacíamos de todo en la campaña, llamar por teléfono, tocar puertas, pararnos en esquinas con pancartas, servir de apoyo en eventos, etc.


La oficina hacía reuniones nocturnas de activismo político donde podía entrar cualquier persona y se asomaba bastante gente porque había un montón de comida; llevamos a Lucy a una de esas reuniones porque era la mascota de la campaña y ella sola se comió una bandeja de cochino frito. Comió tanto que terminó tirada cuan larga era en el salón de reuniones, no se podía mover de lo llena que estaba, parecía que la barriga le iba a estallar. Recuerdo que le dije a Gitty:

- Esa atorada va a liquidar a la pobre Lucy.

- No, que va, la naturaleza es sabia, esa aguanta.

Y Gitty tenía razón, Lucy aguantó ese atracón de cochino frito, nunca creí que una perra tan chiquita pudiera comer tanto.

Al final nuestros esfuerzos dieron frutos y Obama ganó, no solo las elecciones, sino el estado de Florida y el condado Miami-Dade; la noche de las elecciones, cuando dieron los resultados, Graciela se emocionó tanto que se puso a llorar, y también Gitty y yo soltamos nuestras lágrimas de emoción ante ese hecho histórico.

Y claro que se celebró la victoria.


Luego hubo otra reunión del equipo de la oficina de la pequeña Habana y cuando se liquidó la campaña nos llevamos varias cajas de agua mineral que no llegó a ser usada, fueron tantas que esa agua nos duró hasta abril de 2009. 

Sin embargo el año no había terminado y todavía teníamos actividades por hacer, el 2008 fue el mejor que habíamos pasado desde que llegamos a Miami, viviendo nuevamente nuestro romance y disfrutando un poco mas de la vida.

martes, 27 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 94: Lucy Carlina Núñez Pargas.

 


Hay seres llenos de luz y amor que se aparecen en nuestras vidas de forma casi accidental, y muchas veces los dejamos atrás sin darnos cuenta, perdiendo la oportunidad de ser tocados por su perfección. Lucy fue uno de esos seres, y tuvimos la suerte de tenerla por casi 13 años; nos llenó de amor y armonía, creó ella sola un hogar perfecto y nos convirtió en mejores personas sin darnos cuenta.

¿Cómo la encontramos? He contado la historia bastante, pero es la primera vez que la escribo. La noche del 21 de mayo llegué del trabajo y Gitty me dijo que había que hacer mercado al día siguiente, jueves 22; le dije que estaba bien pero que fuéramos al supermercado al final de la tarde, para así descansar durante el día.

Aproximadamente a las seis de la tarde fuimos al supermercado Presidente en la calle ocho e hicimos casi toda la compra, pero faltaban algunas cosas que había que buscar al Publix de la avenida 27 a dos cuadras de Coral Way; así que nos fuimos a ese mercado e hicimos el resto de la compra. Cuando íbamos por la 27 rumbo norte, Gitty me dice que le faltó algo de Presidente cuando ya eran mas de las ocho de la noche, por lo que teníamos que regresar.

En vez de seguir derecho por la 27 norte y doblar a la derecha en la calle ocho, preferí meterme por las calles interiores para no coger semáforos, la ruta sería ir por Coral Way este, doblar a la izquierda en la avenida 19 rumbo norte hasta llegar a la calle ocho, tomar la izquierda y entrar al estacionamiento del supermercado. Cuando íbamos subiendo por la 19, en el cruce con la 16, veo como a tres cuadras mas arriba que un carro blanco se para en una esquina y luego continúa rumbo norte; luego, cuando nos estamos acercando a esa esquina, Gitty me dice:

- Ramón, hay un perrito caminando por la calle.

- ¿Dónde?

- Ahí, al frente, parece que está perdido.

- Ya lo vi, lo puede pisar un carro.

- ¡Párate!

Eso hice y con la misma ella se bajó de la camioneta, se detuvo frente al perrito y le dijo "psst, psst" y el animalito levantó una de sus paticas delanteras como preguntando, ella de inmediato lo agarró por la otra y lo cargó para montarse de regreso en la camioneta, mientras me decía:

- Es una perrita, se ve que está asustadita, y tiene sus paticas hinchadas.

- Bueno, ¿y qué hacemos ahora?

- Vamos al mercado, busco lo que hace falta y nos regresamos a la casa, tú te quedas en la camioneta con la perrita y me das la tarjeta para pagar.

- Ok, está bien.

Llegamos a Presidente, Gitty se bajó a comprar lo faltante y me quedé en la camioneta con la perrita, en ese tiempo llamé a Graciela para decirle que íbamos a llegar con una acompañante. Gitty salió con la compra y nos fuimos; al llegar a la casa Graciela abrió la puerta apenas oyó la camioneta pararse y fue corriendo a ver a quien habíamos traído, la cargó y la metió mientras nosotros nos ocupábamos de las bolsas del mercado.

Le pusimos agua y jamón del que teníamos en la nevera, comió y bebió porque tenía hambre y sed. Luego Gitty improvisó una cama y una cuerda para amarrarla de la pared y que tuviera un lugar donde dormir mientras decidíamos que hacer con ella; le lavamos las patas para que también se refrescaran y la cepillamos para sacarle polvo de la calle, luego durmió un poco y empezó a llorar, le solté la cuerda, se fue derecho al cuarto de Graciela y se acostó al pie de su cama.

Ese viernes la sacamos a que hiciera sus necesidades y vimos que estaba educada para salir a la calle y ocuparse de esos menesteres; lo complicado iba a ser la comida, porque no podíamos darle jamón todo el tiempo, necesitaba una dieta balanceada. Nos pusimos de acuerdo en llevarla el sábado a Humane Society a ver si la dejábamos allá.

Ese sábado nos levantamos temprano y fuimos a North Miami, a la sede de Humane Society de Miami para que le hicieran una revisión médica y le chequearan a ver si tenía un microchip de identificación porque pudo haberse perdido.


Para ese entonces todavía no teníamos claro qué íbamos a hacer con ella, decidiríamos sobre la marcha. Cuando nos pasaron a la consulta médica, la doctora la revisó y nos dijo que estaba en buen estado de salud, solamente una hinchazón menor en las patas por haber caminado mucho en asfalto, no le encontró microchip y nos hizo la pregunta clave:

- No tiene identificación ni microchip, así que pueden dejarla aquí o mejor todavía ¿no quieren adoptarla?

Los tres nos vimos las caras y Gitty dijo: - Está bien, nos podemos quedar con ella. 

Así que la doctora nos indicó:

- Tiene entre tres y cuatro años, lo único que van a tener que hacer es vacunarla para que esté al día y eso es todo.

Le mandamos a poner las vacunas contra la rabia, parvovirosis, los gusanos del corazón y la triple, mas la revisión médica. Al terminar nos la llevamos a casa y en el camino decidimos el nombre que le íbamos a poner, que se le ocurrió a Gitty:

- Como estaba perdida, pues la podríamos llamar Lost o Losty, pero mejor rima Lucy, así que vamos a ponerle ese nombre, Lucy.

Y parece mentira, pero al escuchar el nombre Lucy, la nueva integrante de la familia volteó a ver a Gitty, por lo que reconoció su nombre de inmediato.

Así Lucy pasó a formar parte del grupo familiar y se convirtió en nuestra compañera inseparable hasta el día de su deceso, el 8 de abril de 2021. Fue nuestro ángel de la guarda de cuatro patas. Y Gitty, que no tenía una especial inclinación a querer a los animales, se convirtió en una verdadera perramamá que vivía tomándose fotos con su perrhija.





Valga la ocasión para recordar una anécdota que pasó durante una de las navidades de los tempranos años 90, estábamos viendo la televisión en Caracas y en un corte publicitario transmitieron un spot navideño de General Electric donde aparecía una familia preparando la cena navideña, y el perro se asomaba al horno de la cocina a ver el pernil que se estaba haciendo, recuerdo que Gitty me dijo:

- Que cochinos, con un perro metido en la cocina, que asco.

Luego de adoptar a Lucy, como ella paseaba libremente por toda la casa y entraba y salía de la cocina como y cuando mejor le parecía, le pregunté a Gitty:

- ¿No ique hay que ser bien cochino para dejar un perro entrar a la cocina?

- No es un perro, es Lucy y ella puede entrar...

lunes, 26 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: Capítulo 93: 2008.

 Iniciamos un año que nos traería muchos cambios, una mudanza y un nuevo miembro de la familia. El día martes 8 me tocaba irme a Clovis para regresar el 23. El lunes 7 era el primer día de clases de Graciela, la fui a llevar a la escuela y cuando regresé al apartamento por fin Gitty y yo pudimos disfrutar del tan deseado momento de intimidad que estaba pendiente desde hacía varios años; lo necesitábamos y lo disfrutamos al máximo, como en nuestros tiempos en Venezuela. 

Luego de recuperarnos, nos quedamos conversando mucho tiempo mientras nos abrazábamos, así como lo hacíamos en nuestro noviazgo; ambos nos pedimos perdón y nos perdonamos por todos los errores que cometimos en esta etapa. Renovamos nuestro compromiso de no permitir, bajo ninguna circunstancia, que nadie se interpusiera en nuestra relación y nos volvimos a jurar amor hasta que la muerte nos separara, todo esto mientras seguíamos abrazados y nos besábamos. Luego de tiempos tan terribles habíamos vuelto al romance con mas fuerza que antes. Sorteamos el último obstáculo que enfrentó nuestro matrimonio, el mas formidable de todos y que estuvo a punto de destruirlo; de ahí en adelante seguiríamos unidos hasta el final.

Luego nos ocupamos de resolver algunas diligencias, entre ellas, enviarle varias cosas a mi mamá en Caracas.

Al día siguiente me fui y regresé el 23 para volver al trabajo el primero de febrero. Al regreso del periodo de ese mes, el 22, nos mudamos a una casita de dos habitaciones en Coral Gables en un alquiler con opción a compra; ya que no sabíamos si nos íbamos a quedar en Miami por lo que no quisimos meternos en un negocio de compra, mas todavía con una crisis económica que se veía inminente. Gitty había terminado el curso de inglés en Miami Senior y la transfirieron al Miami Dade College donde debía seguir estudiando el idioma para hacerse bilingüe.

Graciela seguía sus estudios en Shenandoah Middle y participó en varios proyectos, especialmente en uno referido a la ciudad de Coral Gables; además viajó con sus compañeros de clase a Washington D.C. y gracias a su profesor de artes se desarrollaron sus talentos histriónicos y literarios. Fue una enorme fortuna que tuviese tal grupo de excelentes profesores que la estimularon para que desarrollara todo su potencial. No puedo recordar todos sus nombres, pero siempre estuvimos agradecidos por lo que hicieron por nuestra hija, eso valía lo que sacrificamos cuando emigramos.




Algo interesante acerca de la obra de teatro "Antígona" donde participó Graciela, es que el día de la función tenía un fuerte catarro con fiebre y a pesar de sentirse tan mal, interpretó su papel con gran profesionalismo.

Ahora vivíamos un poco mas cómodos y Gitty vivía muy tranquila y relajada; cuando no trabajaba dejaba a Graciela en la escuela, se iba a la playa y luego la pasaba buscando cuando salía de clases. En mi caso, cuando regresaba de trabajar, durante los días en casa también me empataba en los viajes playeros, siempre en Key Biscayne, que era una bahía y no tenía las corrientes de Miami Beach. Esa fue nuestra mejor época en esa ciudad, entre 2008 y 2012.

En febrero fuimos al centro de la ciudad a escuchar un concierto de jazz callejero y una exposición de carros clásicos donde Gitty modeló en una sesión fotográfica.


Igual siempre había problemas que resolver, y era tiempo de ocuparse de los dientes de Graciela, estaban convertidos en un completo desastre y empezamos a pensar en alguna forma de arreglarlos; no podía seguir así, tal proceso nos llevaría casi un año, hasta que encontramos la solución.

domingo, 25 de diciembre de 2022

Nuestra historia de amor: 24 de diciembre.

 


La navidad de 1985 fue la primera que compartimos. Recuerdo que a las 12:05 de la noche la llamé por teléfono para desearle feliz navidad y quedamos en ir al cine esa tarde a ver la película Santa Claus, que no era una gran cosa pero servía para pasar el rato con espíritu navideño.

Lo que mejor recuerdo de nuestra conversación telefónica fue cuando ella me dijo con un acento de niñita malcriada: ¡No quiero que se acabe la navidad!, y me enamoré un poquito mas de ella cuando dijo eso; yo era muy racional y analítico y no tenía ese tipo de arranques tan espontáneos, mientras que a ella le salían de una forma completamente natural.

Durante 37 años recibimos al Niño Jesús juntos. Esta es la primera navidad que no la tendré y el dolor es indescriptible, aunque esa no fue razón para no hacerle un regalo; puse un ramo de rosas rojas en el altar que tengo en su lado de la cama para mostrarle mi amor eterno, y así será hasta el último día de mi vida. Todas las navidades tendrá un ramo de rosas rojas en su altar.

En la cultura venezolana se celebra la llegada del 25 mas que el día mismo, por eso se habla del 24 porque es la nochebuena; el momento previo al nacimiento del hijo de Dios y en esa noche se hacen fiestas de cumpleaños en muchos hogares, mientras que al amanecer la celebración es de los niños al descubrir los regalos que les dejó el propio Niño Jesús durante la noche mientras dormían.

Ahora no veo razón para celebrar porque quien era mi compañera ya no está, y ese vacío es imposible de llenar. Adornamos el apartamento porque ella adoraba verlo así y le gustaban las navidades alegres, así que seguimos la tradición, todo lo hicimos igual que ella, hasta forramos la puerta con papel de regalo como era su costumbre. La navidad fue dedicada a ella, así como será de ahora en adelante.


Sé que de una u otra forma ella quería que siguiéramos con sus costumbres festivas y eso es lo que haremos. Aunque no nos acompañe físicamente eso no quiere decir que dejemos de hacer lo que le gustaba, así nuestro dolor por su muerte haga que no tengamos ánimo para tener unas felices navidades, porque quien las hacía felices ya no nos acompaña.

Si bien la tristeza por su ausencia es inmensa, recuerdo un par de gaitas que le gustaban mucho, y ese es el cierre de este capítulo, con música que adoraba bailar.