Esta crisis financiera se inició, a grandes rasgos, por el excesivo apalancamiento de muchas entidades financieras, apalancamiento que estaba respaldado por bonos de alto rendimiento cuya fuente de ingresos eran hipotecas "subprime" o de alto riesgo. Cuando los prestatarios de estas hipotecas empezaron a fallar en sus pagos se generó un efecto bola de nieve que se llevó por delante a los bonos, los financistas, bancos y las aseguradoras que estaban supuestas a cubrir el dinero faltante por impagos. Así fue que se inició la gran recesión de 2008, por encimita.
El último de marzo de 2009 había terminado mi trabajo en Clovis, entregado mi informe, discutido sus resultados, hecho las correcciones y recibido la aprobación definitiva; me entregaron un cheque por lo que equivalía a tres meses de pago como bonificación y regresé a Miami. En esos tiempos Gitty se sentía muy cansada y quería renunciar a su trabajo, le dije que si quería lo hiciera y se tomara un descanso, después de todo, teníamos suficiente dinero entre mi bono, lo que quedaba de la venta de la casa de Cúa y lo que ella había ahorrado de su sueldo, así que podía darse una pausa durante varios meses.
Para mediados de abril, me llegó un correo electrónico de recursos humanos de J.P. Morgan Chase acerca de una oportunidad de empleo en el proceso de liquidación del banco Washington Mutual; sería contratado para formar parte del equipo de auditoría contable y de sistemas de la entidad que había sido adquirida para luego participar en los procesos de migración de ambos sistemas a la plataforma de J.P. Morgan Chase. Se consideraba que este proceso tomaría aproximadamente dos años y sería en la ciudad de Seattle, que era donde estaba la sede del banco en liquidación.
Respondí que estaba dispuesto, así que sería contratista del banco al finalizar el proceso de verificación de documentos y debería viajar a la ciudad el 11 de mayo para asistir a un curso y luego empezar a trabajar en las oficinas centrales. El entrenamiento duraría tres semanas, al terminar tendría una libre y a continuación trabajaría con un itinerario bastante similar al de Clovis, tres semanas corridas laborando y 10 días de descanso en mi hogar.
A los especialistas que no éramos de Seattle el banco nos alquiló apartamentos tipo estudio cercanos al centro de la ciudad donde solamente nosotros estábamos autorizados para dormir; sin embargo, como siempre pasa, algunos del grupo no le pararon bolas a las reglamentaciones y se levantaron mujeres que luego se llevaron a vivir con ellos en los apartamentos. Como ese no era problema mío, pues no les iba a echar paja y me dediqué a mi trabajo.
-¿Por qué no has ido al médico?
- Porque pensaba que se me iba a ir con algo de descanso, pero nada, tengo dos meses sin trabajar y me siento igual.
- Pues ve al médico, para eso están ellos, para ver que es lo que le pasa a uno. Te puede pasar como la vez aquella que te dio una gripe en Caracas y no querías ir al médico y cuando al final fuiste el doctor Pedro Millán te preguntó: ¿estabas esperando a morirte?
- Está bien, voy a pedir cita para la semana que viene.
- Hazlo antes que me vaya para saber que es lo que te causa esos problemas, Graciela tiene todos sus controles de salud al día y tú no te ocupas de la tuya.
- Está bien, no me regañes.
- No me gusta que te sientas enferma y no hagas nada, hay que ver que es lo que tienes y no se puede estar con una mamadera de gallo.
- Bueno, pero ya que hablas de Graciela hay que ver lo de sus dientes que cada día se ponen mas feos y lo de la nueva vacuna contra el VPH.
- Ok, pero vamos a salir de lo tuyo primero para luego ver lo de ella, que lo de los dientes va a ser bien complicado, y con lo de la vacuna hay que pedir cita.
- Sí, apenas termine con lo mío vamos a ver lo de Graciela.
Así quedamos e hizo la cita para que la vieran el jueves cuatro de junio. Le mandaron a hacer exámenes de laboratorio y para el martes nueve le dieron la noticia. Sufría de hipotiroidismo, eso era lo que le causaba la fatiga y los desajustes corporales y emocionales, tendría que tomar levotiroxina diariamente por el resto de su vida para así controlar los niveles de hormonas en su tiroides, que no producía las necesarias.
Luego tocaría ocuparse de los dientes de Graciela, además de hacer las citas para las vacunas contra el VPH.