Luego de las vacaciones en Universal Studios el 2007 vimos que había llegado el momento de buscar una solución a la dentadura de Graciela, ella había empezado a cambiar de la infancia a la adolescencia ese año y había que ocuparse de ello rápidamente antes que las cosas se complicaran mas.
Gitty y yo visitamos muchos dentistas en Miami, y cada uno tenía una opinión diferente; de hecho uno que tenía su consultorio por los lados de Dadeland en South Miami tenía una aproximación radical, quitarle ocho dientes y ponerle una plancha en su lugar por casi 15.000 dólares. Cuando Gitty oyó esa barbaridad puso su mejor cara de póquer y le dijo que lo pensaría, luego salió corriendo del lugar.
Entre tantas vueltas que dimos nos recomendaron un técnico dental, por cierto venezolano, que tenía su oficina en la calle ocho cerca de Westchester, fuimos allá y le hizo unos moldes a la niña. Duramos varios meses en eso pero no se resolvía el problema de fondo, solo ayudaba a enderezarle la dentadura, así que se necesitaba algo mucho mas completo.
Gitty había estado buscando soluciones hasta que un día de julio de 2009, cuando yo estaba en uno de mis ciclos de descanso, nos levantó a todos a las cinco de la mañana y dijo que íbamos a ir a un lugar en North Miami que pertenecía a la Universidad Nova donde hacían revisión de dentaduras y dependiendo de la condición del paciente lo referían a la facultad de odontología, donde los estudiantes de postgrado hacían lo necesario para reparar los daños por precios relativamente módicos.
Como supuestamente iba mucha gente a esa oficina en North Miami, nos fuimos para allá a las seis de la mañana y así llegar antes de las siete, porque abría a las ocho; cuando llegamos no había nadie, así que nuestra hija fue la primera paciente nueva, como había otros que tenían cita previa la atendieron después de las nueve, la revisaron, evaluaron y refirieron a la facultad para la semana siguiente.
La universidad estaba ubicada en Davie, en el condado Broward al norte de Miami, un lugar ubicado a 35 millas de Coral Gables. Cuando llegamos la examinaron durante una hora y dieron el diagnóstico, tenían que operarla para sacar un colmillo de leche que se había trabado e impedía la salida del permanente que estaba moviéndose hacia la nariz; al mismo tiempo había que alinear todos los demás dientes y se necesitaría ponerle frenos de los mas fuertes que tendría que usar durante dos años.
El presupuesto que nos dieron era de casi 5.000 dólares, mas económico que en cualquier otro lugar y en una institución académica donde su odontólogo tratante era un candidato a PhD en endodoncia supervisado por su tutor; el mejor tratamiento que se podía conseguir por el mejor precio posible. Gitty y yo nos pusimos de acuerdo y lo pagaríamos a través de un plan de financiamiento sin intereses de 24 meses que ofrecía la propia universidad; contando todo lo que había que hacer las mensualidades quedaban en poco mas de 200 dólares, así que podíamos pagarlas. Gitty me dijo que se haría cargo de esos pagos y que yo siguiera con el resto del presupuesto para que así no tuviera que adquirir nuevas responsabilidades.
La operación no podía hacerse de inmediato, primero tenían que enderezarse los dientes para que así los espacios disponibles fueran los correctos, lo que llevaría varios meses, hasta que en agosto de 2010 se pudo ejecutar. Las fotos siguientes muestran la evolución de Graciela, desde una dentadura hecha un desastre hasta una sonrisa de un millón de dólares, gracias al empeño y esfuerzo de su mamá.
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