La única forma que tenía Gitty de saber el estado de salud de su papá era a través de su familia, así que no le quedaba mas que tratarlos a regañadientes, aunque yo le decía que no era momento para recordar malas experiencias de tiempos pasados sino estar pendientes de su mejoría.
Sin embargo esto no llegó a suceder, el cansancio no se le iba y su estado general de salud se iba complicando sin conocerse las causas de tal situación. Hay que recordar que estaba en la Venezuela del año 2011, donde ya existía una crisis económica presente desde el año 2007, así que los diagnósticos se hacían mas complicados al no tener los médicos todas las herramientas disponibles para hacer análisis.
Si en Caracas no era fácil la cosa, en el interior del país todo era 10 veces peor, y Ciudad Bolívar no estaba precisamente a la vanguardia en cuanto a disponibilidad de sistemas médicos avanzados.
Para mediados del mes de marzo, por fin se tuvo un diagnóstico confiable acerca de esa fatiga permanente, y fue de la enfermedad conocida como Miastenia Gravis; aquí el sistema inmune de la persona produce anticuerpos que bloquean muchos de los receptores de los músculos para un neurotransmisor llamado acetilcolina. Como estos disponen de menos receptores, pues reciben menos señales nerviosas, lo que causa debilidad y fatiga.
Para un hombre como mi suegro, que siempre fue activo y fuerte, tal enfermedad resultaba devastadora; si bien existen diversos tratamientos para aliviarla, no es curable y la persona afectada debe vivir con las limitaciones que ella trae, y en un país con un sistema de salud haciendo aguas por todas partes, y para colmo, en una ciudad de la provincia, simplemente todo se hace muy cuesta arriba para alguien afectado por este flagelo.
Gitty muchas veces me contó una anécdota de su papá cuando practicaba artes marciales, que se había enfrentado él solo a un grupo de marineros que estaban acosando a un anciano que era vecino de la familia. Según me contaba, a punta de patadas y coñazos los noqueó a todos y luego fue a la instalación militar donde estaban destacados a presentar la queja. Por cierto, nunca dudé de esa anécdota porque uno de sus nietos salió con esa vocación de tirar patadas y coñazos.
También era un cazador muy bueno, de esos de los que donde ponen el ojo ponen la bala, y si bien nunca me sentí atraído por las actividades cinegéticas, reconozco su destreza en ese sentido. Además, no era de esos que se dedican a acumular trofeos, todo lo que cazaba se comía.
Una persona tan activa no puede enfrentar una enfermedad así fácilmente, y eso se reflejó en su estado de ánimo. Gitty pudo conversar varias veces con él y eso la afectaba mucho, porque escuchaba la fragilidad de su voz e imaginaba lo mal que se sentía. Luego, en el mes de abril, sufrió un accidente cerebro vascular y todo se vino abajo.
Como estaba en Ciudad Bolívar lo llevaron al hospital principal de la ciudad, que no tenía lo necesario para un paciente de ese tipo y aunque lo ingresaron a la zona de cuidados intensivos, daba igual, porque no se diferenciaba para nada del resto del hospital. Tampoco podía ser trasladado a Puerto Ordaz porque debido a su condición médica se corría el riesgo de que muriera en la vía, así que no quedaba otro remedio que dejarlo donde estaba a ver si mejoraba lo suficiente para trasladarlo.
Para entonces, recibíamos actualizaciones diarias de su estado de salud a través de mi concuñado Flavio que estaba en el hospital junto con mi suegra, así al menos nos manteníamos al tanto, Gitty en Miami y yo en Seattle.
En algún momento le propuse a Gitty que se fuera a Venezuela para que estuviera con su papá, y ella fue donde el sacerdote que le dio la primera comunión a Graciela para pedirle consejo, a lo que éste le dijo, según ella me comentó:
- "Hija, si usted se va para Venezuela va a dejar a su hija sola, su esposo va a tener que ir a cuidarla y perder su empleo, usted va a perder el suyo, va a estorbar porque usted no es médico y no va a poder llevar mucho dinero porque se va a necesitar para mantener su casa porque los dos quedaron desempleados. Usted sabe que todo se mueve por la voluntad de Dios, así que si Su voluntad es que su papá se cure, eso va a pasar esté usted o no, y si Su voluntad es llamarlo a su seno, también eso va a pasar esté usted o no. Rece por la mejoría de su papá y quédese con su familia, que tiene una hija que la necesita".
Gitty me lo comentó y le dije:
- Si estás conforme con el consejo, está bien, si no, puedes irte y en el camino enderezamos las cargas. Tu pasaporte venezolano está vigente y tienes residencia, así que no tienes problemas ni para salir ni para entrar.
- Voy a hacerle caso al cura, él sabe lo que dice y Graciela me necesita, además no soy médico y nada voy a hacer allá sino complicarnos la vida aquí, no me queda de otra.
- Lo que decidas al respecto estará bien para mí y te voy a apoyar en cualquier decisión que tomes, es tu papá y tienes todo el derecho del mundo a decidir lo que mejor te convenga sin que yo me atraviese.
- Lo sé, y también sé que me estas ayudando, pero no iré a Venezuela, hago mas falta aquí.
- Ok, estoy contigo, hagas lo que hagas.💋💋💋
- Gracias por estar conmigo ahora que lo necesito tanto. 💋
A pesar que la situación era verdaderamente crítica, teníamos esperanza en una mejoría, mejoría que nunca se presentó.
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