El lunes 23 de enero a las 11 de la mañana estábamos en la vía y al menos esta vez el GPS se portó bien. Cruzamos Atlanta sin novedad y Gitty quedó impresionada con el aeropuerto de la ciudad, pasamos muy cerca y se quedó loca con el movimiento de aviones que vio (Hartsfield - Jackson es el aeropuerto con mas tráfico en el planeta) y le encantaron la ciudad y sus autopistas.
Ese día el dedo lesionado me estaba matando y me afectaba para manejar, la solución fue pararnos en un Walgreens que estaba al borde de la I-75 para comprar una pomada que Gitty iba a usar para masajearlo e inmovilizarlo con una férula para dedo. Luego de esta parada pude manejar mejor y seguimos la ruta.
Entre Chattanooga y Nashville nos paramos a comer en un restaurante chino que no era tan malo, aunque Gitty se quejó de la comida, pero como le dije, por lo menos llenamos las barrigas y lo que no mata engorda.
Para ese entonces llevábamos recorridos tres estados: Florida, Georgia y Tennessee. Ahora entrábamos al cuarto, Kentucky, que a Gitty le gustó mucho, tanto así que nos paramos en una oficina turística para que ella tomara algunas fotos. Seguimos camino y llegamos a Illinois, donde buscamos un lugar para quedarnos porque ya era noche cerrada.
En las afueras de Mount Vernon encontramos un hotelito bastante aceptable y nos detuvimos a pasar la noche, aunque no sin antes pasar un susto porque caí en una trampa de barro en la que casi quedo atrapado, la suerte fue que el camión era de tracción integral y pude empujar con la rueda que quedó libre, si no todo pudo complicarse sobremanera y los gastos de viaje habrían aumentado considerablemente al tener que pagar una grúa para que me sacara del fango.
Del hotel se salía directo a la I-64 oeste, así que no tendríamos que dar vueltas para ir a St. Louis y cruzar Missouri el martes.
Era tiempo de descansar, habíamos cruzado tres estados ese lunes y estábamos en el cuarto. Con Illinois llevábamos ya cinco en tres días, y los que faltaban.
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