Cuando se habla de Miami se habla de playa. Es una de las ciudades de Estados Unidos con mayor cantidad de playas en su línea costera que además se pueden disfrutar la mayor parte del año, a diferencia de otras mas al norte, cuyas aguas se empiezan a enfriar a finales de septiembre.
Las mas conocidas son todas las de Miami Beach que se extienden a lo largo de la costa atlántica del condado Miami-Dade, pero tienen en contra las fuertes corrientes que se generan al caer la tarde; la única vez que fui a South Beach me asusté con la resaca, si uno se descuidaba podía ir a parar a las Bahamas en un santiamén. Hay otras playas mucho menos peligrosas, y son las que están en la ensenada que se forma entre Miami y sus islotes y cayos, la mas cómoda de todas, al menos para nosotros, era Crandon Park en Key Biscayne, sin olas ni resaca y el agua siempre estaba a una temperatura agradable.
Es un lugar muy bonito, con cocoteros y mucha arena, tranquilo y sin el gentío que va a Miami Beach. Desde 2004 la convertimos en nuestro destino regular. Hace varios capítulos comenté que Gitty a veces se iba a la playa en días de semana después de dejar a Graciela en la escuela; se montaba en el autobús de la ruta ocho, llegaba a la estación del metrorail en Brickell y allí esperaba el bus que iba a Key Biscayne, se bajaba en la parada de Crandon Park y listo. Luego hacía la ruta en vía contraria y buscaba a Graciela a la hora de salida de clases.
Otras veces se iba Graciela con ella y cuando la niña se lesionó los pies la llevábamos a que cogiera baños de agua marina con todo y silla de ruedas. Luego, cuando compramos la camioneta y Lucy vivía con nosotros íbamos cada vez que teníamos chance.
La última vez que fuimos a Crandon Park fue en octubre de 2011. Muy lejos estábamos de imaginar, ni en nuestras peores pesadillas, que esa sería la última vez que Gitty se bañaría en una playa marina. Teníamos planes este año 2023 de ir a San Diego para disfrutar de su costa, pero desventuradamente esos planes quedaron truncados el 15 de septiembre de 2022.
Eso fue lo único que realmente extrañamos de Miami, la playa de Crandon Park en Key Biscayne. En los últimos años le hicieron una serie de mejoras y la convirtieron en un balneario al que para acceder hay que pagar. Cuando íbamos era gratis y el único costo era el peaje en la Rickenbacker Causeway, la vía que cruza la ensenada, porque tanto el estacionamiento como el acceso al lugar eran gratis.
Nos queda el consuelo que Gitty disfrutó muchísimo sus días de playa y fue bastantes veces sola para relajarse y saborear la experiencia sin nadie que la estorbara. Creo que fue muy feliz en esos días y me reconforta saberlo, porque siempre que alguien tan amado muere, especialmente si es de una manera tan prematura, siempre surge la pregunta: ¿Fue feliz conmigo?.
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