sábado, 21 de enero de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 118: La mudanza (Buscando salir de Florida II)

 

El domingo 22 en la mañana nos fuimos del hotel y estábamos supuestos a entrar a Georgia después de mediodía, pero las cosas no sucedieron como estaba previsto. Al llegar a Jacksonville, que es un nudo carretero, el GPS de Garmin que compramos en Brandsmart hizo lo que todas las cosas compradas en Brandsmart acostumbraban hacer: tirarse tres mil en el momento mas inoportuno, se apagó cuando estábamos buscando la ruta para llegar a Atlanta. Tal inconveniente me hizo coger una vía incorrecta y terminamos en una carretera rural del norte de Florida; en algún momento el negro GPS decidió volverse a encender y nos mostró que estábamos alejados del sendero original, así que tendríamos que tomar otro para volver al curso programado.

En el interín Gitty y Graciela fueron a una tienda a comprar algunos suministros mientras yo buscaba un lugar para dar la vuelta en U y así retomar la vía. A todas estas era ya media tarde, se hacía necesario buscar donde comer, entramos a Jacksonville y nos metimos en un Wendy's. Luego tomamos la ruta correcta y llegamos a la frontera entre Florida y Georgia al anochecer; allí tuvimos que pasar por un puesto de control fitosanitario donde el encargado nos preguntó si llevábamos plantas o animales y le dijimos que el único era Lucy. Nos dio la luz verde para seguir camino y por fin salimos de Florida.

Para este momento estaba lloviendo a cántaros y vimos que había llegado la hora de encontrar hospedaje, así que empezamos a buscar hoteles. Mientras manejaba bajo la lluvia Gitty me señaló el anuncio de un motel que tenía habitaciones disponibles y nos metimos directo a ver si tenían buenos precios.

Resultó que eran muy solidarios y alquilamos la habitación de una vez; el hotel era viejo pero bien conservado, y de hecho los cuartos eran como cabañas, así que no estábamos en contacto con otros huéspedes, aunque a decir verdad no había muchos. Una vez instalados salí del cuarto a ver donde estábamos y me fijé que el hotel estaba en una vía que tenía múltiples locales de todo tipo, así que podríamos buscar que comer. Gitty me dijo que prefería quedarse acostada y que yo saliera a buscar la comida, hice la diligencia y llevé pizzas al cuarto, donde hasta Lucy comió.

Nos habíamos detenido en la periferia de Atlanta, lo que quería decir que el primer lugar por el que tendríamos que pasar era esa misma ciudad con su tráfico del lunes en la mañana, algo muy caótico. Al ver esto le dije a Gitty que no iba a coger vía antes de las 11 para así esquivar lo peor de los congestionamientos, porque Atlanta es otro nudo carretero muy importante en el sureste del país.

Ella me dijo que estaba bien y que me fuera a dormir, que eso de manejar un camión cansa mucho. 

Otra cosa que tuvimos que resolver improvisando era que el camión como tal solamente tenía dos puestos y eran dos butacas, no un asiento corrido, y no podíamos dejar a Graciela por fuera. Cuando Gitty vio esto puso manos a la obra e improvisó un asiento con una banqueta y varias almohadas y cojines. La chapuza quedó tan bien que nadie se dio cuenta que era falsa. Tal circunstancia hizo que tuviese que manejar mas despacio y con mucho cuidado para evitar frenazos y aceleraciones bruscas, porque ese asiento no tenía cinturón de seguridad.

El hotel no tenía comedor, por lo que tendríamos que buscar donde desayunar al salir en la mañana del lunes y así proseguir nuestro camino con el estómago satisfecho.

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