Acerca de cómo sobrevivir a la pérdida de la única mujer que he amado mientras me dedico a escribir tonterías para encontrar algún sentido a la vida que no es vida sin ella.
sábado, 7 de enero de 2023
Nuestra historia de amor: Capítulo 104: El 2010.
Ese fue el año en que Gitty retomó el trabajo luego de estabilizar su tiroides. Luego de casi seis meses de reposo encontró empleo en un ancianato de Westchester donde tenía que cumplir guardias nocturnas; como Graciela tenía mas de 15 podía quedarse sola en casa y se mantenían en contacto a través de mensajes de texto o se llamaban por teléfono.
Cuando regresaba de Seattle y Gitty tenía que cumplir con guardias, la llevaba y traía para que se le hiciera menos pesado el viaje porque ella no quería manejar a pesar de saber hacerlo; así las cosas, cuando yo no estaba usaba el autobús.
Ese año fue uno de los mas tranquilos que tuvimos en nuestra relación; apartando el hecho de las guardias nocturnas, todo lo demás fluyó de manera natural. Graciela siguió adelante con sus estudios, Gitty se sentía bien porque volvía a ganar su dinero, tenía mi rutina firmemente establecida y Lucy fue esterilizada.
Se hizo la cita para la operación un día que yo estuviera en Miami, para así llevarla a la clínica y luego irla a buscar; además de ayudar con los medicamentos que había que darle para el dolor, porque como cosa rara se había pegado mucho conmigo y me dejaba hacerle todo sin protestar, así podía darle las medicinas y si era necesario, limpiarle la herida de la operación y hacerle curas.
Luego que se mejoró de la cirugía, y antes de yo volver al trabajo, la sacamos a pasear por un parque cercano al ancianato y Gitty se tomó unas fotos con ella y un suéter que le estaba tejiendo.
También, Gitty siguió experimentando con sus selfies.
Como dije antes, fue un año bastante tranquilo que nos sirvió de descanso y preparación para lo que se vendría el 2011 y los siguientes. Solamente hubo dos novedades: La primera fue que Gitty no pudo pasar el fin de año con nosotros porque le tocó guardia esa noche a cambio de no tener trabajo ni el 24 ni el 25 de diciembre, lo que nos lleva a la segunda novedad: Fuimos a Charlotte, N.C. entre el 23 y el 25 de diciembre, viaje que voy a narrar en el próximo capitulo..
Eso sí, a las nueve de la mañana del primero de enero la estaba esperando en la puerta del ancianato para darle el feliz año y traerla a casa.
Desgraciadamente, el 2011 no sería anodino sino portador de malas noticias y generador de cambios, aunque de eso no teníamos idea cuando le di el abrazo de año nuevo y nos fuimos a nuestro hogar, llenos de optimismo pensando en lo bueno que sería.
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