miércoles, 31 de mayo de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 240: Arranca el primer tratamiento experimental.

El caso de Gitty fue transferido al centro de investigación contra el cáncer Fred Hutchinson la segunda semana de enero, en aquellos tiempos el SCCA estaba separado del ala investigativa y recién se fusionaron a finales del 2022.

Una vez que el grupo de terapias experimentales dirigido por el Dr. Banda recibió el expediente de manos de la Dra. Swisher se inició el primero de los dos tratamientos que Gitty recibiría. Era oral, no inyectado ni como suero y consistía en una pastilla que debía ser tomada en ayunas al levantarse todos los días; estaba supuesta a tener menos efectos secundarios que los otros tipos de tratamientos y la acción que debía tener sobre las células cancerosas era la de disolver sus membranas citoplasmáticas destruyéndolas de manera efectiva, o al menos eso era lo que debían hacer en teoría.

La razón por la que el cáncer de Gitty se hacía tan difícil de tratar era que tenía origen mixto, una de sus causas era hormonal y la otra genética; por tanto, una droga que podía resolver lo primero no podía con lo segundo y viceversa. Ante tal anomalía se usaban terapias combinadas en su caso, pero ellas traían sus propias limitaciones.

Así las cosas, se inició el tratamiento experimental y en un principio mostró buenos resultados, de hecho luego de las tres primeras semanas la evaluación fue positiva y las lesiones pulmonares desaparecieron casi por completo, mientras que las del hígado y la glándula suprarrenal derecha detuvieron su crecimiento. Sin embargo, para la segunda evaluación, pasadas cinco semanas, la tomografía mostró señales de crecimiento en todos los frentes, era lento pero perceptible y eso se reflejaba en el marcador CA 125 que había subido también.

Durante los tiempos en que la Keytruda hizo efecto, el marcador CA 125 llegó a caer a niveles tan bajos como 8, y lo máximo que llegó a subir fue a poco mas de 20. Cuando dejó de ser efectiva el marcador se disparó a poco mas de 40 y allí fue que se detuvo el tratamiento.

En el caso del primer estudio, CA 125 llegó hasta los bajos 20 y luego tuvo un rebote que lo llevó a niveles de 80. Para la séptima semana era mas que evidente que la medicina experimental no estaba trabajando y al mismo tiempo generaba muchos efectos secundarios como diarreas, nivel elevado de fatiga e inapetencia. 

A mediados de marzo el equipo investigador, luego de reunirse con la Dra. Swisher, decidió que el tratamiento no surtía los efectos deseados en la paciente y decidió transferirla a otro que estaba iniciándose para el que Gitty también era buena candidata; el nuevo apuntaba a un tipo de cánceres del cual el mas conocido es el de células no pequeñas de pulmón, que es muy similar al de endometrio, por lo que se evaluaría su efectividad en este último.

Ese mismo mes de marzo, el médico internista de Gitty, el Dr. Cristopher Behrens, fue el primer médico que le dijo de manera oficial que su cáncer era incurable, que lo mas a lo que se podía aspirar era a hacerlo crónico y que al mantenerlo a raya con tratamientos ella podría tener una posibilidad de sobrevivencia por tiempo indefinido, pero que definitivamente con las herramientas existentes no podía ser curado.

Gitty me llamó al trabajo para darme la noticia, estuvimos conversando un buen rato al respecto y lo que concluimos fue bastante simple:

- Podemos vivir con una enfermedad crónica como la diabetes o la hipertensión, Si el cáncer puede mantenerse a raya por bastante tiempo vale la pena que eso pase, es la alternativa menos mala.

Desgraciadamente, al desaparecer la posibilidad de la curación ya solamente quedaban dos, la cronicidad y la terminalidad, con lo que las probabilidades de la segunda aumentaban sin ponderación alguna de 33% a 50%, y eso al final no era muy halagüeño que digamos.


Y a mediados de ese febrero cayeron unas nevadas tremendas que prácticamente paralizaron la ciudad por varios días, tan así que a ambos se nos hizo difícil ir a trabajar porque las vías se volvieron intransitables en muchos lugares.

Pero a pesar de todo Gitty seguía bien clara en que debía seguir teniendo ES-PE-RAN-ZA. Y con esa esperanza llegó la única buena noticia de ese periodo, la tan deseada vacuna para prevenir el COVID-19.
 

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