Cuando leo una biografía, al acercarme al final del libro me voy poniendo triste; eso siempre me ha sucedido, desde mi infancia. Tal cosa se debe a que sé que me aproximo al final de la vida de la persona que protagoniza el libro y no puedo evitar tal sentimiento.
En esta historia, que es la biografía del amor que una mujer fuera de serie sintió por mí, me voy acercando inexorablemente a su final; han transcurrido 35 años y de aquella jovencita bella y pizpireta hemos pasado a una mujer madura, madre y esposa, que está enfrascada en una pelea contra el cáncer que finalmente perdería, pero no sin antes demostrar su temple y voluntad de vivir.
Este relato me hace pagar un peaje tanto emocional como sentimental, y hay capítulos que no puedo abordar de inmediato o una vez que los escribo quedo exhausto mentalmente y necesito al menos un día para recuperarme. Como vivo solo, trato de despejar la mente saliendo a mirar el cielo nocturno y tomando fotografías de los objetos celestes; apenas soy un principiante y me falta mucho camino por andar, pero al menos he tomado algunas gráficas en bruto que necesitan ser procesadas, algo que debo aprender a hacer, y ese aprendizaje me ayudará a distraer la mente de todo lo que voy a escribir en los próximos capítulos de esta historia, que se irá haciendo mucho mas dura a medida que transcurran sus dos últimos años, desde septiembre de 2020 hasta septiembre de 2022.
En todo caso, aquí dejo los primeros borradores de las fotografías que he estado tomando en un pequeño campo que hay en el conjunto residencial donde vivo. Cuando tenga las fotografías procesadas las pondré también para que se vea la diferencia entre el material en bruto y el ya mejorado.
Este es un sistema binario de dos estrellas que parecen ser una gigante roja y otra azul, pero eso lo sabré después de completar el procesamiento, además de ubicar la constelación en la que están.
Aquí está la estrella Arturo.
Hacia la esquina inferior derecha se encuentra una galaxia que no he identificado aun.
En esta foto, abajo hacia la derecha, está una galaxia que apenas puede verse.
Aquí se puede ver la galaxia Remolino con otra de menor tamaño que la acompaña.
En las siguientes dos fotos está el gran cluster de Hércules.
En esta última foto hay otra galaxia en el centro, que es la del Sombrero, pero debo repetir el proceso porque no se ve de manera correcta.
Así busco lidiar con el desgaste emocional que me representa saber que estoy ingresando a la última etapa de mi vida con Gitty; habrá algunos días en los que no pueda escribir, si bien estos hiatos no serán de mas de una jornada, pero creo que mis fieles lectores se merecen una explicación acerca del por qué de estas interrupciones.
Y les agradezco profundamente que me estén acompañando en este viaje, porque así me siento menos solo. Muchas gracias.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario