Precisamente durante la pandemia nos pusimos un sábado a conversar acerca de la familia, no fue porque el tema saliera a colación sino porque ella estaba molesta por mis contactos.
- ¿Se puede saber por qué tú sigues y estás en contacto con la gente de España?
- Bueno, porque es necesario que alguien esté en contacto con ellos.
- ¡Pues yo no quiero que lo hagas!
- No se trata de eso, no me pongo a hablar mal de ti con ellos a tu espalda, se trata de tener un canal abierto en caso de que se produzca alguna situación que amerite hablar con ellos, son quienes están mas en contacto con tu mamá y siempre es necesario mantener el flujo de información, mas nada.
- Ellos lo único que quieren es saber que me está yendo mal.¿Ya saben de mi cáncer?
- No, la única persona que puede hablar de eso eres tú y eso lo decidirás tú cuando tú quieras, yo no tengo vela en ese entierro.
- Me haces el favor y que nadie se entere de mi enfermedad sino hasta después que me muera si este cáncer me mata.
- Pues eso no va a pasar todavía, pero en el supuesto negado de que ocurra, es mi deber respetar lo que dices.
- Yo no quiero que nadie se ponga a hablar güevonadas ni que se alegre por lo que tengo, y debieras cortar relaciones con esa gente.
- No lo voy a hacer, pero tampoco se trata de que esté pendiente de ellos todo el tiempo, como te dije es una línea de información en caso de emergencia.
- Bueno, que se mantenga así, ya le dije a Graciela lo mismo, porque no me voy a calar a nadie buscándome para saber los detalles y alegrándose porque estoy enferma.
- No te preocupes y no les pares bolas, no tienes que perder tu tiempo pendiente de terceros que muy posiblemente no estén pendientes de ti, disfruta tu vida y deja que ellos vivan la suya.
- Eso es lo que hago, pero quiero asegurarme que tú no te pongas a sacar la lengua a pasear.
- Déjate de esas vainas, acuérdate que después de lo que pasó en 1989 me convertí en una tumba, ahora soy una caja fuerte y lo que me cuentan entra ahí y de ahí no sale. Aprendí a ser hermético de la peor manera posible.
- Menos mal, porque no quiero que nadie de mi familia sepa nada de mi cáncer, que me vean siempre contenta y sana.
- Así será, pero ya que estamos claros con eso debiéramos cambiar de tema, este tipo de conversaciones es muy malo y siempre deja un sabor amargo. Acuérdate que los sábados son para pasarlo bien.
- Bueno, inventa algo a ver.
- ¿Sabes que Héctor Lavoe y Willie Colón se presentaron en el Carnegie Hall de Nueva York?
- No lo sabía, ¿esa no es una sala de gala?
- Sí, solamente se presentan artistas clásicos y algunos populares que reúnan ciertas condiciones, como Frank Sinatra, los grandes jazzistas, Tony Bennett o el caso de Gilberto Santa Rosa.
- A principios de los años 70, cuando la salsa mandaba en NY.
- ¿Y cómo te enteraste?
- Un pana me mandó por WhatsApp un video de una de sus canciones que resultó ser tremenda descarga, Guajira ven.
- ¿Y no me la puedes mandar?, tú siempre te guardas las cosas buenas y yo no me entero.
- Bueno, ahí la tengo a ver que te parece.
- ¡Cooooññññooooo! Qué lástima que no vivimos esa época como adultos, llegamos tarde a todo.
- Bueno, al menos quedaron registros de todos esos espectáculos, y al menos uno puede disfrutar de la música.
- Y ahora estamos en pandemia y no hay donde ir porque todo está cerrado y uno se puede contagiar. Que cagada.
- Sí, tremenda cagada. Menos mal que aquí no pegó tan duro, con todo y que el virus entró al país por este estado, ese es un punto para Inslee.
- Pues sí, menos mal. Y no sabemos cuánto va a durar el confinamiento, cada vez que me monto en el autobús es todo un rollo porque no tienen mas de veinte puestos disponibles.
- El confinamiento no va a durar mucho, especialmente porque tú sabes quién está en la Casa Blanca, a ese sujeto y sus sigüises bien poco les importa que la gente se muera de esa vaina.
- Yo no me quito la máscara ni por equivocación.
- Yo tampoco, eso me recuerda la canción de Ray Barretto, pero porque dice lo contrario.
- Claro, esa fue la versión que ponían en Radio Aeropuerto, que fue la que causó sensación en Venezuela.
- ¿Y cuándo fue eso?
- El concierto como tal fue en 1976, en el teatro Beacon de NYC, pero en Venezuela se popularizó en 1979.
- Y yo ni enterada.
- Pues claro, si te hubieses puesto a escuchar esa emisora en tu casa te habrían botado por el balcón hacia abajo y si sobrevivías a la caída te iban a desheredar.
- Me acuerdo que en mi casa todos creían que si me casaba contigo me ibas a llevar a vivir a un cerro.
- Ni de vaina iba a hacer eso, nunca viví en cerro y no iba a empezar a hacerlo después de casado, y tampoco iba a hacer pasar trabajos a mi mujer viviendo en un barrio, con todo y que nuestros dos primeros meses viviendo juntos los pasamos literalmente en un rancho.
- Sí, pero salimos rápido de ahí.
- Teníamos que hacerlo, imagínate, dos profesionales graduados viviendo en un rancho, aunque no en un cerro.
- Y mira hasta donde hemos llegado, y nunca pasamos una noche a la intemperie ni nuestra hija se acostó en algo que no fuera una cama y sin comer.
- No, sacamos otra profesional universitaria, valieron la pena nuestros sacrificios.
- Y nadie de mi familia se puede poner a hablar paja, como pasó con la maledicente que se puso a decir esas mentiras cuando nos fuimos a Miami, que Graciela estaba pasando trabajos, sin comer y que no estaba estudiando.
- Esta conversación me está recordando mis clases de religión en el Fray Luis.
- ¿Por qué?
- Porque empezábamos hablando de Jesucristo, del mar de Tiberíades, de la Biblia, los milagros y toda esa vaina y todavía no entiendo cómo, terminábamos hablando mal de Fidel Castro. Empezamos hablando de tu familia y mira donde llegamos. eso debe ser el vino.
- O que me está dando sueño.
- Bueno, es mejor irse a dormir y cerramos la velada con esta canción, que es la tuya.
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