lunes, 15 de mayo de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 227: El confinamiento.

 La cuarentena dura estuvo vigente durante alrededor de cinco semanas, mientras que la blanda se extendió por aproximadamente seis o siete mas. Durante ese lapso no había casi gente en las calles y me ocupé de hacer todas las diligencias caseras para que Gitty corriera el menor riesgo posible, así iba a hacer mercado, lavar la ropa y hacer todo lo que tuviese que ser hecho fuera del apartamento.

Ya bastante tenía ella con tener que usar los autobuses e ir a su trabajo y ese riesgo era mas que suficiente; sus citas para tratamiento y las tomografías trimestrales seguían siendo programadas puntualmente, pero las consultas con todos los médicos se pusieron patas arriba y no se ajustaron sino hasta finales de mayo. Esto presentaba un problema bastante complejo porque los resultados de los exámenes no se podían interpretar con suficiente rapidez y tal cosa podía influir en el futuro.

Mientras tanto, debido a que las actividades humanas habían disminuido considerablemente, se podían ver animales silvestres en todas partes.

Asimismo, una noche que salí a comprar unas hamburguesas me encontré con un pato carnívoro y caníbal, a quien le encantaban las salchichas y alitas de pollo.

Como el centro de la ciudad de Renton estaba casi vacío, los trenes vivían cruzándolo.

Todas esas fotos se las pasaba a Gitty por WhatsApp o mensajería de texto y ella se divertía mucho al verlas. Ese mayo, todavía bajo el confinamiento suave, cumplió años y Graciela fue al apartamento a celebrar la fecha, pero guardando distancia social para que no fuese a contagiar a su mamá.

Para el fin de semana de Memorial Day se habían relajado un poco las cuarentenas, pero para ese entonces ocurrió el asesinato de George Floyd en Minneapolis y todo se fue al diablo.

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