Nuestra historia de amor: Capítulo 229: La última celebración de cumpleaños de Lucy.

 Hace muchos años, cuando trabajaba en la empresa de la que me botaron ignominiosamente al regresar de mi luna de miel, uno de los compañeros de trabajo, en medio de una conversación mientras estábamos bebiendo unas cervezas en un bar del primer piso del edificio sede, dijo algo que se me quedó grabado a fuego: "Sabemos donde estamos ahora, pero no sabemos donde vamos a estar dentro de cinco minutos."

Mi mamá lo decía de otra manera: "Somos hijos de la muerte."

Al final, lo que ambos querían decir era que nos podemos morir en cualquier momento y no sabemos cuándo ni cómo nos visitará la parca, por eso tantos "especialistas" en autoayuda se llenan los bolsillos mientras separan a los incautos de su dinero escribiendo libros y dictando conferencias que le dan vueltas a lo obvio:

- La vida es una sola y hay que disfrutarla mientras se pueda y como se pueda.

Cuando adoptamos a Lucy no sabíamos su edad, y la veterinaria que nos atendió en la Humane Society de Miami nos dijo que debía tener aproximadamente de 3 a 4 años. Como no podíamos saber su día de nacimiento porque los perros no hablan, decidimos que su cumpleaños sería el día en que la encontramos, el 22 de mayo. Así que se lo celebraríamos ese día de allí en adelante.

Debido a las veleidades del calendario, a veces se lo celebrábamos días después cuando llegaba el fin de semana, se le compraba una torta (pastel) o Gitty se lo hacía, le cantábamos el cumpleaños feliz, le poníamos galletas de vainilla con helado, que le encantaban, y todos quedábamos contentos.

Al adoptarla nos decantamos por la menor edad y supusimos que tendría tres años, así que como del 2008 al 2022 transcurrieron 12, mas los tres que ya tenía la cuenta daba 15, así que podríamos celebrar sus 15 años. Le compramos un lindo vestido y lo dejamos todo listo para la celebración, en la que deberíamos estar los tres, Graciela, Gitty y yo. La fecha ideal era el fin de semana de Memorial Day de 2020 porque el 22 caía viernes y la fiesta se le haría el sábado 23.

No recuerdo que pasó pero Graciela dijo que no podía ir ese sábado, así que pospusimos la celebración para el siguiente, pero nadie sabía que se iba a presentar el lamentable acontecimiento del asesinato de George Floyd y todo lo que aconteció después; por todo eso Graciela no pudo ir al apartamento ese otro día y al final la celebración la hicimos entre nosotros dos y Lucy.

Si bien todos sabemos que los perros tienen una vida muy corta comparada con la nuestra, no creíamos que Lucy se nos podía ir tan rápido y que este, su cumpleaños número 15 que al final muy probablemente era el 16, sería el último que le celebraríamos.

Y así es, se trata de vivir la vida antes de que se nos vaya, y compartir todos los momentos posibles con nuestros seres queridos, porque nunca sabemos cuándo se irán y luego no podremos recuperar las oportunidades perdidas.