jueves, 25 de mayo de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 236: La cena de acción de gracias de 2020.

 El año 2019 tuvimos una cena de Acción de gracias muy animada porque Graciela invitó a dos de sus amigas para que la compartieran con nosotros y la pasamos de lo mejor. Como Gitty y yo le teníamos mucho aprecio a Yvette y Venus, pues estuvimos muy agradecidos de que aceptaran nuestra invitación.

El año 2020 fue el de la pandemia y no se pudo celebrar ese día de la manera como estábamos acostumbrados, especialmente porque ahora Graciela iba a traer un invitado especial, el muchacho que era, como se acostumbraba a decir en Venezuela, su conquista.

Gitty estaba de lo mas emocionada con la visita y quería darle muy buena impresión, pero había un problema, a pesar del frío de la época no había otro remedio sino estar con las ventanas abiertas de par en par para que el aire circulase libremente y debíamos comer lo mas alejados posible, puesto que nosotros dos no teníamos contacto con otras personas mas allá de los compañeros de trabajo y los pasajeros del autobús, en el caso de Gitty.

Finalmente, coordinamos con Graciela que ellos llevarían una mesa plegable que se pondría en el balcón, donde comerían. mientras nosotros usaríamos un par de mesitas pequeñas para hacerlo en la sala; Lucy comería su poquito de pavo donde siempre lo hacía y todos tendríamos que estar bien abrigados, ni modo.

Llegó el gran día y alrededor de las siete de la noche llegaron los muchachos. Graciela nos presentó a Jeffrey, que de ahora en adelante sería conocido como Jeff, y nos dijo quién era y que hacía. Graduado de UW como Ingeniero Electricista experto en sistemas electrónicos aeroespaciales y empleado de Boeing en el equipo a cargo del diseño de la aviónica de los aparatos comerciales. Obviamente eso quería decir que el joven era experto en matemáticas y cálculo.

También es de ascendencia vietnamita, su familia llegó a EEUU como exiliada política luego de la guerra; sus padres se habían casado aquí y formaron a todos sus hijos para que fueran profesionales universitarios. Con toda esta información era mas que suficiente para que Jeff cubriera todas las expectativas de Gitty, que deseaba que su bebé encontrara un hombre trabajador, inteligente, estudioso, sano y de buena familia. En cuanto a mí, lo único que me importaba era que el muchacho no fuera un malandro, y desde luego que Jeff estaba muy por encima de tal cosa.

Luego de las presentaciones de rigor y pasadas las formalidades de la cena, Gitty sacó a relucir su lado travieso y se dedicó a fastidiar al pobre Jeff; como vio que no terminaba de comerse su ración de pavo, fue a la cocina, buscó un cucharón de madera y le dio una nalgada con él, para horror y espanto de Graciela, mientras le decía:

- Si no comes te voy a dar "pao pao."

Luego puso música festiva para que bailáramos, y como Jeff había hecho varios viajes a latinoamérica, especialmente a Colombia, conocía bastante de la música caribeña, así que nos pusimos a bailar salsa, y si no me equivoco, la primera canción que puso Gitty fue esta:

Con todo y el frío que pasamos por tener todas las ventanas y el balcón abierto, pasamos la noche de lo mejor, mientras Gitty se ponía a enseñarle a Jeff palabras negras en español, lo que escandalizaba a Graciela.

Al final de la velada, luego de que se habían ido, le pregunté a Gitty qué tal le había parecido Jeff.

- Se ve un muy buen muchacho, muy respetuoso y decente ¿y a ti?

- Me gusta, no es un malandro y para mí de ahí en adelante todo es ganancia.

- Tus expectativas no son muy altas.

- No es eso, es que al final las mujeres son las que deciden con quien se van a quedar y lo mejor es apoyarlas en su decisión a menos que sea algo absolutamente impresentable.

- Y Jeff no lo es.

- Claro que no, se ve que es un muy buen partido. Lo único que me preocupa es que le tenga paciencia a nuestra hija, porque tú sabes como es el personaje.

- ¡Ay, que Graciela no vaya a cagarla! Se ve que es muy buen muchacho, que no lo vaya a volver loco, que ella es experta en volver loca a la gente.

- Bueno, espero que esa vaina no vaya a pasar, sería una verdadera cagada. Hay que tratarlo bien para que no se vaya.

- Eso es lo que voy a hacer, lo voy a tratar bien para que no se asuste con la Graciela.

Y Gitty, que siempre fue muy cariñosa, pues le cogió aprecio de inmediato, lo veía como el  yerno ideal.


 

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