viernes, 28 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 211: Sacramento, Lake Tahoe y Reno en Nevada.

 El jueves en la mañana le pregunté a Gitty si quería regresar a San Francisco y me dijo que no porque el tráfico era muy fuerte y no quería estar metida en colas todo el día, que por qué mejor no íbamos a la capital del estado, Sacramento.

-Ok, está bien, vamos a Sacramento, lástima que ya no está Schwarzenegger como gobernador.

Así las cosas, salimos de Stockton vía Sacramento, que estaba bastante cerca. Esa semana las temperaturas en California estaban anormalmente altas, llegaron a niveles del verano cuando apenas había pasado un mes de primavera.


Las grandes áreas metropolitanas del estado son la de la bahía de San Francisco al norte, con el eje de esta ciudad y Oakland junto con la zona de San José y lo que se conoce como Silicon Valley; la otra es la del sur, que está compuesta por la conurbación de las zonas metropolitanas de Los Ángeles y San Diego, que forma una megalópolis donde habitan mas de 20 millones de personas. En cambio, entre Sacramento y Stockton a duras penas pasan del millón de habitantes, pero esa es la constante en Estados Unidos, donde las capitales de los estados no necesariamente son sus ciudades mas importantes.


Estaba haciendo bastante calor ese día y el sol caía de filo, pero igual nos pusimos a caminar por el centro, donde están las sedes de los poderes públicos estadales. Luego de dejar la camioneta estacionada en el garaje de un edificio, montamos a Lucy en su cochecito para no forzarla a caminar, y resultó que ese cochecito fue una sensación en la ciudad; nos pararon varias veces para saludar a Lucy, tomarle fotos y preguntarnos acerca de ella. Hasta una caravana de motorizados (motociclistas) se detuvo cerca de nosotros y varios se fotografiaron con ella.


En el capitolio había una jornada de concientización acerca de los peligros a los que se enfrentan los trabajadores del departamento de transporte de California cuando trabajan en las vías debido a choferes inconscientes, distraídos o bajo la influencia de sustancias diversas. Buscaban con esto que las personas en la capital entendieran la importancia de salvaguardar la seguridad de estos trabajadores durante el desempeño de sus funciones.

Cuando nos sentamos en uno de los bancos de los jardines del capitolio le pregunté a Gitty:

- Estamos relativamente cerca de Lake Tahoe, ¿quieres ir para allá?

- Ya vimos Sacramento y apenas es mediodía, entonces podemos darle ¿es bonito por allá?

- Aparece en muchas películas y se ve como un lugar muy turístico.

- Bueno, vamos para allá.


Regresamos al estacionamiento y nos fuimos a Lake Tahoe que está aproximadamente a una hora y media de distancia de la capital. En esa hora y media se pasa de vegetación desértica a otra de tipo alpino con un desnivel de 6.200 pies, casi 1.900 metros. El lago está rodeado de montañas nevadas y es un lugar realmente hermoso; cuando Gitty lo vio quedó completamente fascinada y tomó unas fotografías muy bonitas.


Las aguas del lago son muy azules y casi que se unen con el cielo, no sabíamos que era así de bello. También es la frontera entre los estados de California y Nevada, así que cuando se lo expliqué a Gitty me hizo la pregunta de rigor:

- ¿Y por qué no vamos a Nevada?


Esa es una de las facetas que mas voy a extrañar de Gitty, su deseo de aventura cuando salíamos de vacaciones o a pasear, ella siempre estaba dispuesta a improvisar sobre la marcha yendo a lugares que no teníamos en el plan.

Después de tomarnos fotos al borde del lago, pasear a Lucy, sentarnos a conversar un buen rato mientras disfrutábamos de esa belleza natural y comprar un par de souvenirs, nos fuimos a Reno en Nevada que estaba a menos de media hora de distancia.


En Reno nos paramos a almorzar, recorrer el pueblo y comprar imanes para pegar en la nevera; como ese es un lugar dedicado casi exclusivamente al juego, su resplandor se ve en las noches, de día no tiene nada de particular, se ve mas bien como un lugar tristón y desangelado. Luego de comer nos regresamos al hotel, una ruta de casi dos horas pero que no se sentía porque gran parte de ella discurría entre montañas que todavía estaban cargadas de nieve, lo que creaba escenas muy hermosas con el cielo completamente despejado y el sol brillante. 

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