jueves, 6 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 189: Llega el 2017.

 2017 fue un año de muchos cambios. Al Gitty aprender a vivir con cáncer, dejó la depresión de lado y se dedicó a disfrutar la vida; retomamos nuestras fiestas privadas, empezamos a salir a diversos lugares, restaurantes, ver espectáculos, adoptar nuestros lugares favoritos para pasar un rato e inventar paseos de la nada.

El invierno fue bastante frío y nevó mas de lo normal, porque a pesar de la latitud de Seattle las nevadas son escasas debido a una serie de condiciones climáticas que causan inviernos relativamente tibios y con mucha lluvia; esto quiere decir que se necesita una cantidad de circunstancias que se presenten a la vez para que se produzca nieve. Tal cosa sucede unos pocos días durante la estación y a veces no pasa en todo un invierno, pero en otros se generan las condiciones perfectas por mas de una semana y es cuando la cosa se pone buena.

Este año no fuimos al Tacoma Dome a ver las patonas porque el clima lo hacía muy dificultoso, así que iríamos en abril al CenturyLink (ahora Lumen) y fue cuando se nos ocurrió la idea de reiniciar nuestras fiestas privadas para así pasar bien el fin de semana. También nos entreteníamos paseando a Lucy por el hotel que está al frente del edificio y en el complejo deportivo Starfire (al que Gitty bautizó como "Los Sounders" porque en ese lugar el equipo de fútbol tiene su campo de entrenamiento) que está al otro lado del río Verde. 

También había llegado un nuevo gobierno y empezó de forma caótica. Graciela hizo activismo de oposición inmediatamente, se integró a marchas de protesta y fue una de las primeras personas que fueron al aeropuerto internacional de Sea-Tac cuando sacaron el decreto de prohibición de ingreso al país a las personas de religión musulmana.

También le llegó su título de licenciada en Ciencias políticas por el correo.

Pasaban tantas cosas a la vez que Gitty me decía que íbamos a parar en locos con todo eso, que no se salía de una para entrar en otra, a lo que le respondí que mejor era no pararle a eso y tratar de vivir tranquilos.

Finalmente se dedicó a alimentar su vena artística y se puso a dibujar, pintar, tomar fotografías, hacer manualidades y tejer en sus ratos libres; de hecho habrá varios capítulos dedicados exclusivamente a sus creaciones porque vale la pena que sean conocidas, especialmente porque era una caricaturista excepcionalmente buena. También, con su sueldo, se puso a comprar adornos para el apartamento como este.

La Señora Mojona, o como me acostumbré a decirle, Mojonia a secas. Un tiempo después tendría a su pareja, el Señor Mojón.

Como Gitty buscaba descansar lo mas posible, cerca de uno de los hogares de ancianos vio un salón de belleza para perros y decidió llevar a Lucy a ver que tal, así no tenía que pelarla y se ahorraba ese trabajo. Mientras esperábamos que estuviera lista fuimos a un café al frente de la peluquería y nos tomamos una foto. La dueña del lugar había sido guardacostas durante varios años y tenía un montón de souvenirs y recuerdos de aquellos tiempos.

Y buscaba cualquier excusa para tomarse selfies conmigo, esto se haría costumbre desde ese año.

Otra costumbre que iniciamos fue mandarnos mensajes de todo tipo a través de mensajería de texto o WhatsApp, nos escribíamos especialmente declaraciones de amor, muchos chistes y videos cómicos. Sin darnos cuenta estábamos dejando de ser pareja y nos convertimos en dos mitades de una misma persona, con el tiempo llegó un momento en que hasta nos vestíamos igual, como si fuéramos gemelos.

A partir de enero de 2017 fueron casi seis años en los que fuimos novios una vez mas, donde los fines de semana nos los reservábamos en exclusiva desde la madrugada del viernes hasta el domingo en la noche en el período 17-19 y de ahí en adelante desde el viernes en la noche hasta el lunes en la mañana.

A pesar de la sombra del cáncer, fue quizás la etapa mas feliz de nuestro matrimonio.

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