2017 fue un año de muchos cambios. Al Gitty aprender a vivir con cáncer, dejó la depresión de lado y se dedicó a disfrutar la vida; retomamos nuestras fiestas privadas, empezamos a salir a diversos lugares, restaurantes, ver espectáculos, adoptar nuestros lugares favoritos para pasar un rato e inventar paseos de la nada.
También había llegado un nuevo gobierno y empezó de forma caótica. Graciela hizo activismo de oposición inmediatamente, se integró a marchas de protesta y fue una de las primeras personas que fueron al aeropuerto internacional de Sea-Tac cuando sacaron el decreto de prohibición de ingreso al país a las personas de religión musulmana.
También le llegó su título de licenciada en Ciencias políticas por el correo.
Pasaban tantas cosas a la vez que Gitty me decía que íbamos a parar en locos con todo eso, que no se salía de una para entrar en otra, a lo que le respondí que mejor era no pararle a eso y tratar de vivir tranquilos.
La Señora Mojona, o como me acostumbré a decirle, Mojonia a secas. Un tiempo después tendría a su pareja, el Señor Mojón.
Como Gitty buscaba descansar lo mas posible, cerca de uno de los hogares de ancianos vio un salón de belleza para perros y decidió llevar a Lucy a ver que tal, así no tenía que pelarla y se ahorraba ese trabajo. Mientras esperábamos que estuviera lista fuimos a un café al frente de la peluquería y nos tomamos una foto. La dueña del lugar había sido guardacostas durante varios años y tenía un montón de souvenirs y recuerdos de aquellos tiempos.
Y buscaba cualquier excusa para tomarse selfies conmigo, esto se haría costumbre desde ese año.
Otra costumbre que iniciamos fue mandarnos mensajes de todo tipo a través de mensajería de texto o WhatsApp, nos escribíamos especialmente declaraciones de amor, muchos chistes y videos cómicos. Sin darnos cuenta estábamos dejando de ser pareja y nos convertimos en dos mitades de una misma persona, con el tiempo llegó un momento en que hasta nos vestíamos igual, como si fuéramos gemelos.
A partir de enero de 2017 fueron casi seis años en los que fuimos novios una vez mas, donde los fines de semana nos los reservábamos en exclusiva desde la madrugada del viernes hasta el domingo en la noche en el período 17-19 y de ahí en adelante desde el viernes en la noche hasta el lunes en la mañana.
A pesar de la sombra del cáncer, fue quizás la etapa mas feliz de nuestro matrimonio.
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