- A ver, ¿cómo es que tú dices que nos hicimos novios?
- Bueno, eso lo sabemos ambos, ¿o no?
- Es que tú dices que yo te pregunté si tenías novia y yo no me acuerdo de eso.
- Pues yo sí, ese es uno de esos recuerdos que tengo grabados a fuego en mi memoria y que no voy a olvidar nunca.
- Echa el cuento a ver entonces.
- Tú te lo sabes muy bien, fue en la fiesta, todo el mundo se paró a bailar y nos quedamos solos y ahí nos pusimos mas íntimos. Empezamos a hablar de nuestros sentimientos.
- De eso me acuerdo muy bien, te pregunté que como te sentías conmigo a tu lado y luego te pregunté otras cosas.
- Una de esas preguntas fue ¿y tú tienes novia?, yo te dije que no y con la misma te hice la misma pregunta ¿tú tienes novio? y me respondiste que nunca habías tenido uno, te dije que tampoco había tenido una novia y te lancé la pregunta definitiva: ¿quieres ser mi novia? Así fue.
- Siempre pensé que tú me habías preguntado primero, pero si tú dices que no fue así, entonces quedará como la historia oficial.
- Yo me la volví a jugar, me dije ahora o nunca.
- Y te iba a decir que no, pero me estabas mirando y yo a esos ojos tuyos no les podía decir que no, me hechizaban, tienes unos ojos brujos, como dice la canción.
- Deja ver si Amazon tiene esa canción. ¡Alexa, ojos brujos!
- La tenía, esa es una pieza clásica cubana, de las mas bellas de la isla con forma de caimán, la mas grande de las antillas.
- Mi papá ponía esa canción a veces en la casa, cuando le daba por poner tangos y cosas así.
- ¿Y tu papá escuchaba tangos?
- Sí, yo creo que eso lo hacía para quedarse solo con mi mamá,con cinco muchachos encima no es fácil para la pareja.
- A lo mejor, es una buena forma de espantar muchachos, parece que el tango es cosa de viejos, porque ahora me gustan algunos.
- ¿Como cuáles?
- Como este: ¡Alexa, Malevaje de Roberto Goyeneche!
- ¡Coño! Ese es un tango para cortarse las venas.
- Pues sí, cuando se trata de eso nadie le gana a los pibes, un tango es una obra de teatro cantada en menos de cuatro minutos.
Bueno, ahora volvamos a lo nuestro: ¡Alexa: canciones de Django!
- Ya sé por qué no me besaste cuando te despediste de mí la noche que nos hicimos novios, que fue muy loca porque hasta fuimos a una discoteca.
- Sí, yo me acuerdo, y eso que a mí no me gustan porque son muy ruidosas y oscuras, siempre me gustaron mas los piano bares o los lugares donde tocan bandas en vivo.
- A mí también me pasa lo mismo, siempre me gustó algo mas sosegado.
- Esa noche fue un poco disparatada, luego el domingo en la tarde te llamé y nos citamos el lunes en la tarde en la plaza Madariaga frente a la universidad.
- Y ahí sí nos dimos nuestro primer beso.
- Y el segundo, el tercero, el cuarto; creo que llegamos al décimo.
- ¡Ay, sí, que rico fue eso!
Cuando a Gitty algo le gustaba mucho, hacía un gesto que no dejaba dudas al respecto; le daba vuelta a los dos brazos mientras los pegaba del cuerpo, se estremecía, volteaba los ojos hacia arriba y sonreía de tal forma que se iluminaba el rostro mientras hablaba.
- Que bien que te gustaron tanto esos besos, porque a mí también, ya sabes, los besos en la boca son como una casa de dos pisos, lo que se hace arriba se siente abajo.
- Es que estábamos llenos de hormonas, siempre que nos besábamos sentía que el cuerpo se me desmayaba.
- ¿Cómo es eso? porque a mí me pasaba lo contrario, el cuerpo mas bien se me despertaba de un todo.
- No sé, eso habrá que preguntárselo a un psicólogo o siquiatra.
- Pregúntale a Monika en la próxima consulta, a lo mejor ella sabe a qué se debe esa discrepancia.
- Imagínate, preguntarle sobre vainas que pasaron hace casi 40 años.
- Eso no importa, a lo mejor te lo explica.
- Dime una cosa: ¿a ti te gustaba ser mi novio? Porque yo era muy loca, a veces no quería ver a nadie.
- A mí me encantaba, con todo y tu loquera tú eras muy dulce y cariñosa, además de lo que me gustabas.
- Tú eras tan tierno conmigo que me hacías sentir como una reina, una princesa, no sé, me hacías sentir como la única mujer en el mundo. Tú dices que no sabes enamorar y eso es mentira, porque me enamoraste por completo, lo único malo es que no me decías palabras bonitas y todavía hoy en día no lo haces, todo lo pasas por escrito.
- Es que desde que me escuché la voz por primera vez, como a los 12 años, quedé con un trauma y me dije que no podía decirle cosas bonitas a una mujer con esta voz porque iban a sonar ridículas o se iba a reír al escucharlas, y ese complejo no se me va.
- Bueno, ni modo, eso es lo que hay, y loro viejo no aprende a hablar.
- Además, creo que a ti no te hubiese gustado un tipo así, porque todos emplean esas palabras para enamorar a las mujeres, en cambio tuve que usar una técnica heterodoxa para conquistarte.
- Siempre que salía contigo me sentía tan especial, por eso no dejé que ningún otro se me acercara.
- Y eso que tenías varios zamuros que te rondaban.
- Sí, pero a mí no me gustaba ninguno de ellos, aunque por lo menos uno sí le gustaba a mi mamá, que lo veía como un buen partido.
-Y tú le saliste con un tipo como yo. Es que eso sí es cierto, las mujeres cuando se enamoran no ven para los lados.
- Y mi elección fue buena, muchos tipos dejan a sus mujeres cuando se enferman y en cambio tú estás a mi lado todo el tiempo, eres mi sombra.
- Porque así es como tiene que ser.
- Y le doy gracias a Dios por eso. ¿qué tal si nos vamos al cuarto a ver qué hay en Netflix? Ya nos tomamos cuatro cervezas y acabamos con los pasapalos.
- Bueno, vamos a arreglar todo, saco a Lucy a hacer pipí y nos vamos al cuarto.
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