domingo, 2 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 185: Mis 50 años.

 Gitty siempre se alegraba cuando se acercaban mis cumpleaños, aun cuando yo no les hacía mucho caso. Se ponía a buscar recetas de tortas (pasteles) y de comidas especiales, si tenía la oportunidad también reclutaba invitados para hacer una pequeña recepción, y si no, pues me convencía de ir a algún lugar a celebrar y esa costumbre la mantuvo hasta su último año de vida.

En realidad era así con todos los cumpleaños, ella me decía que su motivación venía porque a ella muy pocas veces se los celebraron en su casa, y como desde que la conocí le daba regalos y la sacaba a pasear, pues se acostumbró y se animaba mucho al acercarse esas fechas. A Graciela, por ejemplo, siempre le cantó el cumpleaños y le picó una torta, así fuera entre nosotros tres solamente, lo que no hacía muy feliz a nuestra hija; como la vez en Miami que se deslizó debajo de la mesa mientras cantábamos el "Cumpleaños feliz" cuando cumplió 11 años.

Al llegar el día Gitty había reclutado a Guillermo y su familia para que nos acompañaran a picar la torta y comer un quesillo que ella había preparado. Ese mes estaba cumpliendo el torneo de fútbol mas antiguo del mundo, la copa América, 100 años y los organizadores decidieron hacer esa edición centenaria en Estados Unidos; para mayor coincidencia, el 16 en la tarde iba a jugar la selección anfitriona contra Ecuador en el estadio CenturyLink (Lumen) de Seattle.

Graciela compró dos entradas porque aspiraba que fuera con Gitty, pero como ella quería arreglar todo en el apartamento, pues me fui a ver el juego con Guillermo y luego nos iríamos a Tukwila. Al final Estados Unidos ganó 2-0.


Cuando llegamos al apartamento todo estaba listo y Gitty estaba mas contenta que yo. Se puso a tomar fotos y poner música hasta que llegó el momento de picar la torta.

En una ocasión años después le pregunté que por qué se entusiasmó tanto y me dijo:

- Porque solo se cumplen 50 años una vez en la vida y quería que tuvieras una buena celebración para que la recordaras si algún día te falto. Además, cuando cumples años a mí me gusta celebrarlos, así mas nadie se acuerde, eso me hace muy feliz.

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