miércoles, 5 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 188: Se va el 2016.



El fin de año de 2016 estuvo pleno de actividades para Gitty, su salud había mejorado considerablemente luego de los tratamientos mataburros que le había puesto la doctora y llevaba una vida relativamente normal. También había empezado a trabajar haciendo suplencias y labores puntuales a través de la red de ancianatos en los que trabajó, los cuales siempre necesitaban a alguien que cubriera imprevistos.

Como le quedaba tiempo libre, fuimos a nuestro modesto Cascanueces de Centralia y luego Graciela la llevó al de Seattle, con la orquesta sinfónica de la ciudad y el ballet profesional del Pacífico Noroeste, presentación que se hizo en la sala de conciertos del Seattle Center llamada McCaw Hall.


Ese año el equipo de fútbol de la ciudad ganó el título de la MLS y fuimos al desfile de los campeones.


Gitty se esmeró en adornar el apartamento y Lucy disfrutaba esconderse entre los muñecos navideños.


Mientras tanto, me dediqué a hacer mis panes de jamón el 24 y el 31.


Las festividades, desde Acción de gracias hasta año nuevo las pasamos en el apartamento; hubo mucho agite durante el 2016 y de paso las elecciones no habían resultado como se esperaba, así que existía una gran incertidumbre. Estábamos agotados, estresados y Gitty necesitaba descansar para recuperar energías, todo había sido muy cuesta arriba.

En algo sí estábamos claros, el cáncer podía volver igual como lo hizo en el 2016 y no se podía bajar la guardia, de hecho la doctora tenía planes de contingencia en caso de que se produjera esa eventualidad. Gitty tenía que controlarse cada tres meses para atajar cualquier nuevo crecimiento; además su médico internista, el Dr. Behrens, estaba muy pendiente de todos los procedimientos y exámenes que ella debía realizarse para así comunicarle a la doctora cualquier novedad; también la terapeuta estaba enseñándole como vivir con esa nube negra sobre su cabeza sin que le fastidiara su vida cotidiana, sino mas bien incorporándola a esa vida para que así pudiera disfrutar un cierto grado de normalidad.

También para Graciela hubo cambios. Al final del año colapsó la relación entre ella y Guillermo, si bien él es un muy buen muchacho, tranquilo y de familia, no era compatible con nuestra hija; ella se la podría llevar mejor con alguien mas maduro que pudiese entender sus cambios de carácter y su misma forma de ser que es mucho mas complicada que la de su mamá y tiende a parecerse a la de mi difunta madre. Le teníamos aprecio a Guillermo, de hecho Gitty lamentó que no se hubiesen podido entender, pero al final esa decisión le correspondía a Graciela; en todo caso eso no significaba que íbamos a dejar de tratar a su familia, porque una cosa somos nosotros y otra nuestra hija, así que la amistad entre la señora Isabel y Gitty no tenía por qué verse afectada.

Nos habíamos preparado lo mejor posible para recibir el 2017 y que Gitty pudiera tener una buena vida a partir de ese año, sin importar que tuviese cáncer o no. Como dijimos cuando hicimos el brindis de año nuevo en el apartamento:

- Porque este año nuevo nos traiga muchas experiencias nuevas con o sin cáncer y que vivamos una vida que valga la pena de ser vivida. ¡Feliz año nuevo y Salud!

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