domingo, 30 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 213: Las estrellas fugaces.


 - Creo que voy a poner el programa de Blues en la emisora cultural.

- ¿Y eso por qué?

- Es que el conductor del programa, John Kessler, es un verdadero curador de música. El grave problema que hay con muchos programas es que siempre repiten lo mismo, una y otra vez, hasta que la música, por muy buena que sea, te ladilla. Este tipo casi nunca repite canciones y de paso te dice toda la ficha técnica de la canción, músicos, autor, fecha de grabación, todo.

- Yo me fijé en eso y es bien interesante, por eso es que es la emisora cultural.

- Sí, así es. Hoy tenemos de todo; ¿qué vas a querer, vino o cerveza?

- Hoy estamos muy cultos, así que vamos a tomar vino, pero tú siempre con tu chicharrón, esa vaina no pega con eventos culturales.

- Bueno, sí, pero es que ponerse a buscar fondue o jamón serrano, paté o caviar es como mucho con demasiado. Entonces nos quedamos con los chicharrones y los chogüís.

- Menos mal que no es música clásica, porque imagínate, qué iría a decir de nosotros la gente.

- Eso es lo bueno porque no estamos subiendo en vivo esto en YouTube, así que podemos hacer lo que nos dé la gana, desde luego, tampoco es que nos vamos a desnudar ni tener sexo ni cosas así ¿no?


- Claro que no, eso es para otros momentos y tenemos que respetar a Lucy. ¿Te acuerdas cuando vivíamos en Cúa que nos asomábamos por la puerta de la cocina las noches de las lluvias de Perseidas que se podían ver desde la casa?

- Claro que me acuerdo, con todo y que nos pegaba de frente un farol de la calle, pero podíamos ver las estrellas con la Pola echada al frente de nosotros.

- Y se veían las estrellas fugaces en la madrugada.

- Yo me quedaba despierto y tú te parabas como a la una de la mañana para verlas. Nos quedábamos en eso como dos horas y luego nos íbamos a dormir, aquí se nos ha hecho un poco difícil porque siempre está nublado o lloviendo


- ¿Pero aquí no hay dónde ver estrellas?

- Para eso hay que irse a Yakima, al otro lado de las montañas. Toda esa vaina es semidesértica y ahí sí se puede ver de todo. Antes que se me olvide, que hace poco escuchamos a Aretha Franklin ¿sabes que ella fue a Venezuela cuando pegó esa canción y se presentó en un night club llamado "Hipocampo" con Henry Stephen?

- No me jodas, ¿en serio?

- Ya te busco la foto del afiche promocional, lo tengo en el teléfono. 


- ¡Cooooññoooo!

- Y con toda su banda, de paso. Esos eran los tiempos en que la moneda venezolana era tan fuerte que podías llevar una artista de semejante calibre a presentarse en un club nocturno, claro que también fue al show de Renny, aunque no he conseguido videos de esa presentación.

- Pero me enseñaste videos del programa de él en París y en el salto Ángel.


- Hay un montón, pero no del programa donde estuvo Aretha Franklin.

- Que malo, sería bien bueno tener esos recuerdos. ¿Y cuándo fue eso?

- En 1968, después del terremoto de Caracas. Nosotros éramos unos bebés en esos tiempos, yo con dos años y tú con uno.

- Bueno, pero volvamos a la conversa. ¿No hay forma de ver las estrellas fugaces aquí?

- En verano, que llueve mucho menos, si no hay que irse al otro lado de las montañas, no hay de otra.

- Debiéramos hacer eso un día.

- Mas bien una noche, pasar al otro lado de las montañas y llegar donde están los caballos, creo que ahí se pueden tener buenas vistas, y si uno va con un telescopio podría ver cosas interesantes.

- Vamos a hacer eso. Oye, ¿y Ray Charles estuvo en Venezuela?


- Varias veces, y sí tiene una grabación del show de Renny, al igual que Tom Jones.



- ¿Y cuándo te vas a comprar un telescopio?

- Cuando tenga los reales, además es complicado seleccionar uno, mientras mas grandes son mas caros se ponen y hay diferencias de tipos. También hay que meter los lentes para los diversos tipos de observaciones, los filtros y toda esa vaina.

- ¿Cómo es eso de las diferencias de tipos, no son iguales?

- No, están los reflectores, refractores, los que son para astrofotografía y los electrónicos.

- Esa vaina es bien complicada.

- Es que hay unos que son buenos para ver los planetas y sus lunas, otros que pueden ver mejor el espacio profundo, estrellas, nebulosas y galaxias. Y al final todo se ve mejor en un cielo nocturno lo mas oscuro posible, o sea que hay que rodar fuera de las ciudades.

- ¿Y eso incluye las auroras boreales? ¿aquí se pueden ver?

- Por la latitud se deben poder ver cuando hay tormentas solares fuertes, pero para eso el cielo debe estar despejado, es igual que la vía láctea, con cielos despejados y lejos de la contaminación lumínica se ve sin problemas. Una noche la vi allá en Bolívar cuando tu papá se fue a cazar y lo acompañé, el viejo Morales y yo nos quedamos al borde de un río mientras el guía llevaba a tu papá a un lugar donde supuestamente había lapas y como la noche estaba cerrada y no había nada de luz pude ver la vía láctea, era algo hermoso, verdaderamente bello.

- Que lástima que no pude ir, que bonito debió haber sido eso.


- Ya tú sabes, la vaina de que cazar es cosa de hombres. Lo mejor del cuento es que a mí no me gusta eso, me costaría mucho trabajo quitarle la vida a un animal que no me ha hecho nada malo.

- Yo lo sé, si no puedes ni siquiera matar una rata porque te da lástima. Lo que haces es botarlas del lugar como cuando el escaparate de Cúa se llenó de ratones, que lo botaste en el monte con todo y sus habitantes y no mataste ni a uno. Yo escondida en el cuarto y tú con Graciela afuera.

- Tampoco quería que ella me viera matando animales, eso era malo para su crianza.

- Y porque a ti no te gusta matar.

- Solamente mataría si mi vida o las de ustedes estuvieran en peligro, no de otra forma. Ni animales ni gente.

- ¿Y cuándo vamos a ver a la vía láctea?

- No sé, si algún día vamos al lago del cráter en Oregon y nos quedamos en la noche o si vamos al monte Rainier sin que haya nubes, seguro que se puede ver desde esos lugares.

- ¿Y las auroras?

- Eso sí es difícil, tienen que darse varias coincidencias: cielos despejados, noches de fin de semana, que la tormenta solar sea muy potente y así las partículas ionizadas lleguen hasta esta latitud en cantidad suficiente.

- Suena bien complicado.


- Bastante, pero tenemos tiempo de sobra, así que en algún momento todo se alineará a nuestro favor.

- Entonces es cuestión de esperar el momento preciso. A veces me asomo al balcón y veo la luna, Venus y Marte según lo que me has enseñado.

- Como si yo supiera mucho. Venus es un objeto brillante que se ve al anochecer y cuando amanece, especialmente en verano. Marte es rojizo y Júpiter se puede ver durante la noche cerrada. Si es bien de noche y ves un punto brillante en el cielo ese ya no es Venus sino Júpiter.

- Oh, ya sé entonces.

- Sí, en algún momento debiéramos convertir esto en un hobby ahora que vamos para viejos.

- Ver el cielo y las estrellas. Verónica tenía una amiga a la que le pusieron ese nombre.

- ¿Qué nombre?

- Cielo de las estrellas o algo así.


- Coño, un hijo a quien le pongan esa clase de nombre debe tener patente de corso para matar a los padres. A quién se le ocurre semejante disparate ¿en qué estaba pensando esa gente?

- Yo no sé, vainas de locos. Se está haciendo tarde, con el vino me está dando sueño, me he tomado como tres copas; creo que me voy a acostar.

- Dale, yo arreglo todo, luego me voy a poner a ver la película de las 24 horas de Le Mans de Steve McQueen.

- Todos los viernes o sábados ves esa película, ya te la debes saber de memoria.



 

Nuestra historia de amor: Capítulo 212: Napa Valley y el regreso.


 Existe un viejo refrán que dice: "una cosa piensa el burro y otra el que lo enjalma." La idea que teníamos al ir a la zona vitivinícola de California era la de ir a un lugar de cata, comer en el restaurant y comprar unas botellas de vino. De eso lo único que pudimos hacer fue lo de comprar un par de botellas, el resto no se pudo.

Y no se pudo por la sencilla razón de que no se admitían mascotas en ninguno de los sitios, y el único en el que las permitían en la terraza la cola de gente que deseaba entrar implicaba una espera de mas de dos horas; pensar en llevar a Lucy a la camioneta estaba completamente descartado porque hacía mucho calor y no había garaje techado en el que pudiéramos estacionar como hicimos en Reno, que entramos en uno y la dejamos en la camioneta con las ventanas medio abiertas.


Ante tal perspectiva lo que nos quedó fue tomar fotos del lugar y regresar a Stockton, donde nos fuimos a cenar a un restaurant italiano llamado "Angelina's" que Gitty vio en una valla publicitaria de la autopista, y la pegó con el lugar, porque la comida era muy sabrosa con porciones abundantes, además de que tenía una buena bodega de vinos californianos; así que pudimos hacer en Stockton parte de lo que no tuvimos oportunidad de hacer en Napa Valley.

Al día siguiente, sábado en la mañana, regresamos a Tukwila, no sin que antes de irnos, mientras me estaba bañando, Gitty filmara un POV de la habitación del hotel y fotografiara a Lucy en la cama.

Llegamos a casa tarde en la noche, los tres cansados del trajín del camino, pero con Gitty feliz al haber hecho su sueño realidad. 


viernes, 28 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 211: Sacramento, Lake Tahoe y Reno en Nevada.

 El jueves en la mañana le pregunté a Gitty si quería regresar a San Francisco y me dijo que no porque el tráfico era muy fuerte y no quería estar metida en colas todo el día, que por qué mejor no íbamos a la capital del estado, Sacramento.

-Ok, está bien, vamos a Sacramento, lástima que ya no está Schwarzenegger como gobernador.

Así las cosas, salimos de Stockton vía Sacramento, que estaba bastante cerca. Esa semana las temperaturas en California estaban anormalmente altas, llegaron a niveles del verano cuando apenas había pasado un mes de primavera.


Las grandes áreas metropolitanas del estado son la de la bahía de San Francisco al norte, con el eje de esta ciudad y Oakland junto con la zona de San José y lo que se conoce como Silicon Valley; la otra es la del sur, que está compuesta por la conurbación de las zonas metropolitanas de Los Ángeles y San Diego, que forma una megalópolis donde habitan mas de 20 millones de personas. En cambio, entre Sacramento y Stockton a duras penas pasan del millón de habitantes, pero esa es la constante en Estados Unidos, donde las capitales de los estados no necesariamente son sus ciudades mas importantes.


Estaba haciendo bastante calor ese día y el sol caía de filo, pero igual nos pusimos a caminar por el centro, donde están las sedes de los poderes públicos estadales. Luego de dejar la camioneta estacionada en el garaje de un edificio, montamos a Lucy en su cochecito para no forzarla a caminar, y resultó que ese cochecito fue una sensación en la ciudad; nos pararon varias veces para saludar a Lucy, tomarle fotos y preguntarnos acerca de ella. Hasta una caravana de motorizados (motociclistas) se detuvo cerca de nosotros y varios se fotografiaron con ella.


En el capitolio había una jornada de concientización acerca de los peligros a los que se enfrentan los trabajadores del departamento de transporte de California cuando trabajan en las vías debido a choferes inconscientes, distraídos o bajo la influencia de sustancias diversas. Buscaban con esto que las personas en la capital entendieran la importancia de salvaguardar la seguridad de estos trabajadores durante el desempeño de sus funciones.

Cuando nos sentamos en uno de los bancos de los jardines del capitolio le pregunté a Gitty:

- Estamos relativamente cerca de Lake Tahoe, ¿quieres ir para allá?

- Ya vimos Sacramento y apenas es mediodía, entonces podemos darle ¿es bonito por allá?

- Aparece en muchas películas y se ve como un lugar muy turístico.

- Bueno, vamos para allá.


Regresamos al estacionamiento y nos fuimos a Lake Tahoe que está aproximadamente a una hora y media de distancia de la capital. En esa hora y media se pasa de vegetación desértica a otra de tipo alpino con un desnivel de 6.200 pies, casi 1.900 metros. El lago está rodeado de montañas nevadas y es un lugar realmente hermoso; cuando Gitty lo vio quedó completamente fascinada y tomó unas fotografías muy bonitas.


Las aguas del lago son muy azules y casi que se unen con el cielo, no sabíamos que era así de bello. También es la frontera entre los estados de California y Nevada, así que cuando se lo expliqué a Gitty me hizo la pregunta de rigor:

- ¿Y por qué no vamos a Nevada?


Esa es una de las facetas que mas voy a extrañar de Gitty, su deseo de aventura cuando salíamos de vacaciones o a pasear, ella siempre estaba dispuesta a improvisar sobre la marcha yendo a lugares que no teníamos en el plan.

Después de tomarnos fotos al borde del lago, pasear a Lucy, sentarnos a conversar un buen rato mientras disfrutábamos de esa belleza natural y comprar un par de souvenirs, nos fuimos a Reno en Nevada que estaba a menos de media hora de distancia.


En Reno nos paramos a almorzar, recorrer el pueblo y comprar imanes para pegar en la nevera; como ese es un lugar dedicado casi exclusivamente al juego, su resplandor se ve en las noches, de día no tiene nada de particular, se ve mas bien como un lugar tristón y desangelado. Luego de comer nos regresamos al hotel, una ruta de casi dos horas pero que no se sentía porque gran parte de ella discurría entre montañas que todavía estaban cargadas de nieve, lo que creaba escenas muy hermosas con el cielo completamente despejado y el sol brillante. 

jueves, 27 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 210: San Francisco.

 

El miércoles 24 nos levantamos muy temprano porque Gitty quería llegar lo mas rápido posible a ver el puente Golden Gate; y en realidad no recuerdo muy bien a que hora lo hicimos, pero sospecho que fue como a las seis de la mañana, porque a las siete ya estábamos montados en la camioneta que estaba muy sucia por todo el trajín del día anterior; de hecho el parabrisas y toda la parte delantera estaban llenos de insectos muertos, por lo que le dije que antes de coger vía tenía que pasar por un autolavado para sacar lo mas posible de todos esos restos y así tener una visibilidad aceptable.

Gitty se resignó, pero mientras yo estaba en la faena, porque el único lugar que encontré cerca del hotel era uno donde el mismo conductor lava el carro con mangueras de alta presión; se quejaba constantemente ya que pensaba que el puente y la ciudad se iban a ir antes de llegar nosotros. Tuve que apurarme lo mas posible para que se quedara tranquila y terminé la tarea en tiempo récord.

Estaba tan, pero tan emocionada que tomaba videos de todo, mientras seguía quejándose porque el tráfico no nos dejaba ir mas rápido; esto se debe a que en las mañanas todo el mundo va a San Francisco, como esa ciudad es tan cara, todos los que trabajan allí viven fuera, y las vías de ingreso a la ciudad no pueden manejar la enorme cantidad de vehículos que ingresan a ellas al iniciarse la jornada laboral.

Para dar una idea, sin tráfico el tiempo que se tarda de ir desde Stockton al centro de visitantes del puente Golden Gate es de poco mas de 45 minutos vía autopista; en las mañanas de día de semana es de casi tres horas.

Por fin, luego de tanto tiempo metidos en tráfico, incluyendo cornetazos, cambios bruscos de canal, unas cuantas muy sabrosas mentadas de madre y problemas en los peajes porque todas las vías que van a la ciudad tienen peajes y los pagos son hechos a través de aparatos que se pegan en los parabrisas de los vehículos. Pero como el nuestro era alquilado y no éramos del lugar pues no teníamos forma de pagar porque en las casetas no se recibe efectivo; después de todo ese peo, logramos entrar a la autopista que nos llevaría al puente.

Y en ese momento, sin nosotros buscarlo ni tener nada preparado, empezó a sonar "Night in Tunisia," la versión grabada en el Massey Hall de Toronto, Canadá el 15 de mayo de 1953 por "El Quinteto;" compuesto por Dizzy Gillespie, Charlie "bird" Parker, Bud Powell, Charles Mingus y Max Roach. Este concierto y el álbum subsiguientes son considerados por todos los entendidos como obras de arte en si mismas y forman parte de las 100 mejores grabaciones en la historia de la música.

Que esa sublime pieza musical empezara a sonar en aquel momento hizo que ambos nos quedáramos callados mientras cruzábamos el puente.

Luego llegamos a la zona de visitantes y pasamos cerca de tres horas en el lugar.


De allí nos fuimos a la ciudad, ni se me ocurrió hablarle a Gitty de las excursiones a la isla de Alcatraz porque sabía que iba a recibir un ¡NO! rotundo; a cambio de eso paseamos por todo el centro y lo único que nos faltó fue la zona que da al mar porque ella me dijo que se sentía muy cansada como para caminar por ese boulevard.


Pero de ninguna manera iba a dejar de pasar por la calle Lombard, esa que se hizo famosa en la película "Bulitt" de Steve McQueen.


El camino de regreso a Stockton no fue tampoco muy fácil, nos fuimos a la hora en que todo el mundo sale de sus trabajos para regresar a sus casas fuera de San Francisco y el tráfico es infernal. Recuerdo que para salir tuvimos que coger por el puente de la bahía y fue una de esas raras veces en que me asusté manejando; ese puente es de dos pisos, el de arriba es el de entrada y el de abajo es el de salida; el detalle está en que ambos pisos estaban completamente full de carros y la altura respecto al mar es muy considerable, como de 50 o 60 metros.

En lo único que pensaba, pero que no le iba a decir a Gitty era: "que los ingenieros que diseñaron esta vaina hayan hecho muy bien sus cálculos; porque si hay un movimiento sísmico aquí con todo este peso, todos nos vamos a matar par coño y no sé si va a ser ahogados, por el coñazo contra el agua o el coñazo de toda la estructura y los carros y camiones que tenemos encima. O las tres vainas."

Todos esos pensamientos los tenía mientras mostraba cara de póquer y hablaba cualquier cosa con Gitty, no me pude relajar sino hasta que salí de ese puente.

Dimos vueltas y revueltas durante las dos horas que nos tardamos en regresar a Stockton, aunque no llegamos directo al hotel sino que nos fuimos a comer a un Applebees que estaba en la vía, porque en San Francisco no es recomendable tomar ni agua, todo es sumamente caro, lo mas que se puede comprar son souvenirs y va que chuta.
  

miércoles, 26 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 209: Nos vamos a California.


 La fecha que escogimos para el viaje fue la última semana de abril, entre el lunes 22 y el domingo 28. Normalmente tendíamos a improvisar las vacaciones, pero en este caso todo lo planeamos cuidadosamente; lo mas complicado fue el proceso del hospedaje, como Gitty quería conocer primero San Francisco tuvimos que ponernos a buscar un hotel que valiera la pena, pero debido a lo costoso de la ciudad las tarifas eran realmente prohibitivas; pasar la noche en un antro lleno de chinches frecuentado por drogadictos y prostitutas costaba 200 dólares. Ante tal realidad tuvimos que ir ampliando el radio de búsqueda hasta que encontramos un hotel bastante aceptable de la cadena Best Western Plus en Stockton, poco mas de 100 dólares diarios con desayuno incluido y en una zona comercial donde no había muchos desamparados pululando por los alrededores.

Una vez que reservamos el hotel por un total de cuatro noches lo demás se hizo fácil y Gitty se alegró porque sabía que el viaje se iba a dar. Para no meterle millas adicionales al carro decidimos alquilar una camioneta, y si bien ella prefería una Toyota u Honda, le dije que la diferencia entre ellas y una Cadillac por la semana entera no llegaba a los 100 dólares, así que mejor era darse el gusto de viajar en carro de lujo porque no sabíamos si tendríamos esa posibilidad en el futuro; quedamos de acuerdo y alquilamos nuestra nave.

Saldríamos la madrugada del martes 23 para que nadie se diera cuenta en el edificio. Desde que empezamos a vivir juntos Gitty preparaba planes para que nuestras salidas fuesen hechas de la manera mas subrepticia posible y nadie se enterara que el lugar donde vivíamos estaba vacío. En este caso el procedimiento fue el siguiente: pasé buscando la camioneta al aeropuerto de Sea-Tac a las seis de la tarde del lunes, fui a buscar a Gitty al trabajo a las ocho de la noche, llegamos al apartamento, subí a buscar el equipaje que ya estaba listo, lo metí en la camioneta y nos fuimos a dormir; nos levantamos a las 2:30 de la madrugada, nos bañamos, arreglamos y preparamos las cosas que no habíamos bajado, que básicamente eran todos los artículos de aseo personal, agarramos a Lucy, bajamos las escaleras, nos montamos en nuestra camioneta y a las 3:30 salimos del estacionamiento para entrar a la autopista I-5 rumbo sur.


Llegamos a Stockton a las 5:30 de la tarde luego de recorrer 800 millas, equivalentes a 1.300 kilómetros, y haciendo varias paradas en la vía como es de imaginarse, para comer, pasear a Lucy, estirar las piernas, etc. Aun con esas pausas el viaje fue demoledor, porque a pesar de andar en la autopista I-5 todo el tiempo, había mucho tráfico pesado y una enorme cantidad de locos manejando; como si esto fuera poco, salimos bajo un torrencial aguacero y la lluvia nos acompañó hasta Salem en Oregon.


Gitty, como es de imaginarse, estaba emocionadísima porque uno de sus mayores deseos era conocer el estado de California, así que todo le llamaba la atención.  

Esa tarde llegamos a la habitación del hotel, nos dimos un buen baño, le pusimos su comida a Lucy, salimos a buscar algo de comer en un oso Panda express que estaba en las cercanías del hotel y caímos como piedras para levantarnos a las siete de la mañana, desayunar y coger vía a San Francisco; el lugar que Gitty deseaba tanto conocer.

martes, 25 de abril de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 208: Llega el 2019.


 El cuatro de febrero cayó una nevada tan intensa con la que no pudimos hacer mucho, simplemente quedarnos encerrados en el apartamento porque toda la vialidad de la zona se volvió un completo caos. A pesar de la latitud en la que vivimos, las nevadas son poco frecuentes debido al microclima del Puget Sound, que abarca todo el territorio desde Portland, OR al sur hasta Vancouver, BC al norte; esta particularidad causa que nadie esté acostumbrado a las cantidades de nieve invernal que se ven en las Dakotas, Minnesota, Wisconsin o Michigan, por lo que los mamadores de gallo de esos estados sacan memes como este:

Esa mañana cuando sacamos a Lucy todo estaba lleno de nieve y seguía cayendo, así que tomé la foto de arriba y la subí a Twitter. Quedó tan bien que la rebotó un montón de gente, y entre quienes hicieron tal cosa estuvo una famosa actriz de Hollywood que de pasó me siguió la cuenta. Cuando Gitty se enteró, que le enseñé todo lo que pasó con la foto, me dijo:

- Mira las vueltas que da la vida, cuando estábamos de novios que te veía que se te salían los ojos en lo que ella aparecía en pantalla y tú me dijiste que no tenía por qué ponerme así porque las dos nos dábamos un aire y porque "jamás ni en mis sueños mas locos voy a conocer a esa actriz, ni tendré la posibilidad de tener lo mas remotamente parecido a un contacto así sea por correo con ella"; y mira la vaina, ahora te sigue en Twitter y son panas burda.

- Bueno, sí, tienes razón. Y no era que se me salían los ojos, es que en verdad se daba un aire a ti, solamente se diferenciaban en el color de pelo y ojos, pero de ahí en resto eran muy parecidas, de hecho tú eres mas alta que ella.

- Bueno, en algo tenía que ganarle, además yo estaba mas cerca.

- En esos tiempos ella estaba ocupada grabando para cine y TV, que si Falcon Crest, Flamingo Road, Dinastía, Norte y Sur, y era la mala en todas esas series.

- Coño, sí, era bien mala, y resulta que es muy buena gente porque te sigue.

- Es que compartimos ideas políticas, así que podemos hablar mal del tipo que está metido en la Casa Blanca.

También ese mes empezamos a ir a conciertos. Durante 2019 y principios del 2020 fuimos a un montón de ellos, siendo el primero de todos el de Herb Alpert y Lani Hall.

Luego vendrían  Al di Meola, Eddie Palmieri, Wynton Marsalis, Cubanismo (una big band cubana de Londres), Chucho Valdés, Stan Getz y los Rolling Stones. Nos perdimos a Juanes porque nos enteramos muy tarde, así como nos pasó dos veces con Paul McCartney.

Desgraciadamente, también recibimos una muy mala noticia ese trimestre y fue la ceguera de Lucy. En 2018 su médico le diagnosticó glaucoma en el ojo izquierdo que luego se le extendió al derecho, nos refirió a un centro oftalmológico en Renton donde nos confirmaron que el glaucoma era irreversible y no se podía hacer nada porque era de origen genético, así que era cuestión de tiempo para que perdiera la vista. Estuvo bajo tratamiento para eliminar el dolor en los ojos y disminuir un poco la presión interna, pero al final se quedó ciega.


Tuvimos que cambiar las rutinas de paseo y también bajarla cargada por las escaleras; sin embargo, se adaptó bastante bien a su nueva realidad y con ayuda pudo retomar su vida normal, ahora con mas cariño de parte de nosotros para compensar la pérdida de su visión. A Gitty le afectó mucho emocionalmente la ceguera de Lucy porque uno de sus talentos era hacer "ardillitas" como ella le decía a esa forma especial de pararse en dos paticas que se le fue haciendo mas difícil de hacer al no poder ver.

También 2019 fue el año en que Graciela se mudó de un todo para hacer su vida aparte, el año en que decidimos ir a California y continuamos la costumbre de ir al espectáculo de nuestras patonas en el CenturyLink (ahora Lumen).


En marzo se casó la hermana de Guillermo, la hija de la señora Isabel, Isabella, y fuimos invitados a la boda que se celebró en Tacoma.


Por último fuimos a un concierto de música clásica y folklórica mexicana en Burien, ejecutado por la orquesta sinfónica de Seattle que fue completamente gratis, por cierto.


Así nos preparamos para el gran acontecimiento, el viaje a California.

Antes que se me pase por alto, la actriz de Hollywood es Morgan Fairchild, una luminaria que me sigue en Twitter al igual que Nancy Sinatra.