Al llegar el mes de junio se hizo patente, al ser hecha la tomografía, que el tratamiento con Doxil no estaba funcionando, hubo un retroceso inicial, pero luego los tumores siguieron creciendo. Como era necesario detener tal crecimiento se llegó básicamente a lo que se podría denominar como las últimas armas disponibles en el arsenal, si ellas no daban resultado el juego habría terminado.
Es de hacer notar que el cáncer había llegado a un estado de avance tal que el objetivo ya no era de curar ni tampoco de mantenerlo a raya por tiempo indefinido; como se lee era "Treatment goal: Palliative." Es decir, lo que se buscaba era mantener calidad de vida y alargarla un poco hasta que el cáncer terminara su trabajo, pero se esperaba que al ser frenada la progresión con este tratamiento se obtuviesen entre 12 y 18 meses adicionales.
Debido a que se hacía necesario que el cuerpo de Gitty descansara y desalojara el Doxil, el nuevo tratamiento de Everolimus-Letrozole que además era administrado vía oral, debía iniciarse el 11 de julio. Estas pastillas habían salido al mercado en una fecha relativamente reciente y sería la medicina mas cara que Gitty iba a tomar, un mes de suministro del primer medicamento costaba US$ 22.000,00; mientras que el segundo era mucho mas económico, alrededor de US$ 350,00.
Al final el costo era lo de menos, lo vital era que los tumores frenaran su crecimiento, era lo único que importaba. El 28 de junio el seguro dio luz verde y Gitty pasó por la farmacia del SCCA (ahora Fred Hutchinson Cancer Center) para buscar su primer mes de tratamiento.
Si bien tratábamos de no pensar constantemente en el cáncer era inevitable que sintiéramos que las cosas no se veían bien y que ya no había mas cartas bajo la manga ni conejos dentro de la chistera, que este tratamiento tenía que dar resultado sí o sí, porque era la última esperanza.
No podíamos imaginar para el 30 de junio que Gitty viviría apenas 77 días mas.
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