Así que me concentraré en lo que hacíamos un día normal sin citas o procedimientos médicos. Gitty siempre fue tempranera, mientras que yo soy un gato; así que siempre se levantaba primero de la cama, aproximadamente a las 8:30 de la mañana, rezaba un poco y procedía a arreglar su nido, porque se acostumbró a dormir arropada como con cuatro o cinco cobijas y sábanas de diferentes tamaños, mas las almohadas que usaba, cinco en total: dos para la cabeza, una entre las piernas y dos repartidas por el resto del cuerpo.
Luego de organizar el nido se desnudaba en el cuarto, cogía su toalla y se metía en el baño a hacerse el servicio completo, luego se ponía la ropa de diario y se iba a la cocina a hacer el desayuno.
Yo me levantaba poco después de las nueve de la mañana, organizaba el cuarto y vestía la cama, luego me iba al baño a cepillarme los dientes y al terminar me iba a desayunar; ambos nos sentábamos a la mesa y al terminar Gitty recogía todo y yo me ocupaba de lavar los platos, luego me iba a bañar y Gitty entraba y salía del baño mientras estaba bajo la regadera. Al salir del baño ella estaba sentada o recostada en la cama de Graciela esperando a que yo fuera a vestirme para ella ponerse la ropa de trabajo, porque estaba en ropa interior, siempre blanca. Algunos días me decía:
- Una chica en ropa interior te está esperando acostada en la cama.
A lo que le respondía:
- Esa es la mejor manera de empezar el día, con una belleza recostada en la cama con una ropa interior blanca como la nieve.
Entonces me sentaba a su lado y le daba un beso para a continuación vestirme y quedar listo para salir, no sin que ella me dijera a veces:
- A ver si te das una apuraíta.
Encendía el carro a control remoto y normalmente a las 10:30 de la mañana estábamos montándonos en él para irnos, la llevaba a su trabajo en la sinagoga de Capitol Hill en Seattle, siempre en la ruta nos llamaba Graciela y nos poníamos a conversar; al llegar al destino de Gitty nos besábamos y ella me echaba la bendición, de allí me iba a mi empleo que está mucho mas cerca del apartamento. Ella iniciaba su jornada a las 11 am y yo a las 11:30.
La jornada laboral de Gitty finalizaba a las tres o cuatro de la tarde y de allí se iba en autobús al apartamento, donde llegaba a mas tardar a las 5:30 de la tarde; apenas entraba se iba directo a echarse un baño y luego a comer. Luego me llamaba para darme un breve resumen de su día de trabajo y me preguntaba como me iba en el mío, conversábamos un rato y luego me decía que iba a reposar un rato.
Mi hora de salida es a las nueve de la noche, a veces un poco mas tarde dependiendo de como haya estado el día o si la reunión de fin de jornada empieza tarde o dura mas tiempo de lo estimado. De cualquier manera, ella siempre me llamaba a las 9:15 y apenas cogía el teléfono me preguntaba siempre lo mismo:
- ¿Dónde estás?
Y dependiendo de lo que estuviera haciendo le respondía:
- Estoy saliendo del trabajo, que se hizo tarde.
- Estoy en la vía.
- Voy al supermercado a hacer el mandado.
Conversábamos un rato, momento en el que me comentaba los programas de televisión que había visto con todos los spoilers habidos y por haber y según la respuesta que le hubiese dado al principio a veces se asomaba al balcón para verme llegar. Luego se iba a la ventana del cuarto para verme estacionar y me llamaba la atención para que supiera que me estaba viendo. Otras noches, si estaba muy cansada, seguía durmiendo y se levantaba de la cama después para saludarme.
Al final llegaba al apartamento, comía, lavaba los platos, organizaba la cocina y el lavaplatos, me iba a bañar y luego me ponía a leer, navegar por Internet o ver algo de TV para irme a dormir alrededor de las 2 de la mañana. A veces ella me llamaba desde el cuarto o se levantaba de la cama para irme a buscar a la sala para que me fuera a dormir.
Así terminaba un día normal en nuestras vidas durante los últimos 17 meses de vida de Gitty.
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