Como no se podía hacer mas nada hasta mayo, lo que nos quedaba era seguir nuestra vida de la manera mas cercana posible a la normalidad. Como en febrero el hermano Putin invadió Ucrania, una de las distracciones de Gitty era preguntarme diariamente acerca del progreso de la guerra y si los ucranianos tendrían oportunidad de rechazar a los invasores; de esa manera, entre el trabajo, las tareas domésticas y ver los mapas que tenía en el cuarto, podía distraer la mente para no concentrarse en su enfermedad que parecía estar en un callejón sin salida con apenas un par de medicinas restantes en el arsenal médico disponible.
A pesar de tener esperanzas, empezábamos a sentirnos un poco desesperanzados, y esa era una sensación muy dura e imposible de ocultar.
Ahora que veo todo en retrospectiva, el primero de marzo fue el día en que se inició la cuenta atrás de Gitty, seis meses y medio le restaban de vida aunque para ese entonces no lo sabíamos porque manteníamos las esperanzas de un cáncer crónico, que al final resultó ser una esperanza fútil.
El primero de marzo de 2022 el destino de Gitty había sido escrito y nada lo cambiaría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario