miércoles, 7 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 247: Tuvimos que cambiar el carro.


El Honda Accord híbrido que habíamos comprado el 2017 era bastante bueno, pero luego de iniciarse la pandemia empezó a presentar problemas en el sistema híbrido. Esos carros son muy fiables, pero su mecánica es mucho mas complicada que la de uno normal con motor de combustión interna.

Estos vehículos tienen un motor eléctrico y otro de gasolina y trabajan con una batería de alto voltaje que alimenta al primero mientras que el combustible del tanque se ocupa de abastecer al segundo; sin embargo, si un componente eléctrico se daña el vehículo se detiene por completo, no es que el motor de explosión trabaja solo, simplemente el sistema debe trabajar con todas sus piezas.

A partir de mediados del 2020 el sistema eléctrico empezó a generar problemas y de hecho el carro me dejó varado dos veces, primero a pocos kilómetros de la casa una noche que regresaba del trabajo y la segunda vez en abril de 2021 cuando estaba haciendo unas diligencias en la población de Sammamish.

Por suerte, en ambos casos estaba solo y Gitty no tuvo que pasar por esas incomodidades, aunque sí me dijo que si el carro estaba empezando a echar vaina era mejor que lo cambiara por otro, porque en algún momento podía dejarnos botados a ambos y si era yendo al hospital a consulta o tratamiento las cosas podían complicarse en grado extremo.

Ciertamente que ella tenía razón y debía buscar alguna solución al problema; afortunadamente como el seguro contaba con auxilio vial y Graciela estaba afiliada a la Triple A las dos grúas me salieron gratis, o mejor dicho, las tres, porque la segunda vez lo tuve que mandar de la casa a la concesionaria Honda donde lo había comprado, en Everett.

El sábado ocho de mayo, cuando fuimos a Walmart a comprar las cosas para la fiesta de cumpleaños de Gitty, se paró al lado de nosotros un Chevy Bolt eléctrico y le comenté que ese modelo de carro había sido rediseñado y que los concesionarios Chevrolet estaban rematando los que tenían en inventario para abrir espacio a los nuevos que estaban por llegar. Cuando ella me escuchó decir eso volteó a verlo con mas detalle y me preguntó:

- ¿Y si es así por qué no te averiguas cómo es la cosa a ver si vale la pena?, así sales de este carro que dices que ya no le tienes confianza y haces negocio por el otro.

- Bueno, voy a explorar la cosa a ver que tal.


Algo bueno de EEUU es que comprar carro no es un proceso complicado ni problemático; de hecho el lunes 10, luego de llegar del trabajo me metí en la página web de un concesionario Chevrolet donde había ido un tiempo atrás por una oferta que me habían enviado por correo y me puse a buscar el inventario disponible de Chevy Bolts que estaban realmente muy por debajo del precio de venta sugerido, en el caso del que finalmente escogí la diferencia era de casi 16.000 dólares, y de paso no pagaba impuesto a las ventas por la política de incentivos del estado de Washington para quienes compraran carros eléctricos por debajo de 45.000 dólares.

Esa noche hice casi todo el negocio y lo que faltaba era ir al concesionario, Chuck Olson en Seattle, para que evaluaran el Honda, firmar los papeles, dejar el Honda como cuota inicial y recoger el Bolt. El día siguiente teníamos que ir al Centro de cáncer Fred Hutchinson porque era la última cita con el equipo de investigación dirigido por el Dr. Banda respecto al fallido tratamiento experimental.

Gitty se sentía mal debido al hecho de que no hubo suerte con esos tratamientos pero seguía con esperanzas, y el hecho de pasar buscando un carro nuevo ayudaba a que se le disiparan un poco las malas vibraciones que causaba el fracaso del estudio de investigación.


Así salimos del Fred Hutchinson al concesionario y en menos de una hora todo quedó listo. Gitty se admiró por la rapidez del proceso y se encantó con el nuevo carro, especialmente porque era silencioso y para nosotros que sufríamos con la cintura y la espalda, los asientos rígidos nos caían bien, porque con los mullidos y bajos del Accord siempre teníamos problemas.

Empezamos el día con una mala noticia y lo terminábamos con un carro nuevo. Lo primero que me preguntó cuando salimos de la Chevrolet fue:

- ¿Y cómo vas a cargar el carro? Porque no usa gasolina, así que tienes que enchufarlo en algún sitio.  

- Mientras me llegan los cables y el aparato para enchufarlo en el edificio voy a cargarlo en unos aparatos públicos que hay en el estacionamiento del Target que está en Southcenter y otros que son de la empresa eléctrica que están por el Jack in the Box cerca del centro comunitario.

- Bueno, entonces tenemos carro nuevo, tenemos que hacer un viaje para estrenarlo.

- Sí, está bien, pero estos no son como los de gasolina, que uno se metió en la bomba y en menos de diez minutos tiene el tanque lleno y se fue, con estos uno tiene que cargarlos por una hora cuando tienen poca energía, hay que ser paciente.

- Bueno, eso no importa, no vamos a andar apurados, ya esos tiempos pasaron.

- Si no tienes problema entonces podemos pasear por la costa de Oregon y California este año si hay un chance.

- ¡Sí, que bueno! voy a ver cuándo tengo días libres y hacemos el viaje.

- Busca y me dices para yo pedir días de vacaciones en el trabajo y nos vamos, así también coges otros aires y despejas un poco la mente, como siempre quisiste conocer esa zona, pues aprovechamos y lo hacemos.

Y de esa manera hicimos el plan para pasear por la costa del Océano Pacífico, cosa que haríamos a finales del mes de junio.


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