Existen algunos lugares a los que se llama playa, pero en realidad no lo son porque uno no se puede bañar allí, el agua es extremadamente fría y eso no va a cambiar porque las corrientes marinas se mueven en sentido norte-sur y eso causa que el agua venga del Océano Ártico y regrese a él, así que se vuelve a enfriar y regresa fría; aun cuando hace mucho calor no se debe meter uno en el agua porque el golpe de temperatura puede causar calambres y la persona corre el riesgo de ahogarse.
Gitty se preparó a conciencia y teníamos todo lo necesario, un gorro para que ella se cubriera la cabeza, chalecos salvavidas, remos y un flotador para dos personas, lo único que faltaba era lanzarse al agua.
Durante esos tres meses fuimos nueve veces al lago; Gitty disfrutó un montón y se rió hasta que le dolió el estómago gracias a mí, porque cada vez que me montaba en el flotador decía que yo parecía una morsa tratando de subir a una piedra, que estaba tan gordo que la iba a mandar volando y otras cosas similares. Cada vez que me hablaba se echaba a reír, y cuando me disponía a coger impulso para subirme al flotador ella se privaba de la risa; si hubiese adivinado el futuro me habría comprado una cámara GoPro para filmarla mientras se carcajeaba a mandíbula batiente.
Fue buena cosa que disfrutáramos el lago tantas veces el 2021 porque apenas fuimos una vez el 2022 y no tuvimos oportunidad de regresar a bañarnos en otra ocasión.
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