viernes, 30 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 268: Julio y agosto 2022.

 Julio fue un mes de varias últimas veces, al igual que lo fue junio. La última vez que Gitty disfrutó de una obra de teatro, la última vez que fuimos a un espectáculo nocturno, la última vez que fuimos al Lago Tapps y la última vez que hicimos el amor. A partir de la segunda quincena de ese mes empezaría un lento pero progresivo deterioro de la salud de Gitty hasta que fue hospitalizada.


Graciela logró comprar unas entradas para el teatro musical "Pretty Woman" que se presentaba en el Teatro Paramount y el 11 de junio, sábado, la llevó. A Gitty siempre le había gustado el teatro, cuando vivíamos en Venezuela fuimos en muchas ocasiones; en Miami no tuvimos muchas posibilidades y solamente asistimos dos veces, mientras que en Seattle ella retomó su afición porque Graciela siempre encontraba entradas para diversas obras, bien sea porque las compraba o porque recibía algunas de cortesía por parte de la fundación que la había becado durante los últimos años de la carrera. 

El sábado 16 de julio fuimos al Dimitriou's Jazz Alley para ver a la Spanish Harlem Orchestra, la presentación fue a las 9:30 de la noche, disfrutamos mucho el concierto y regresamos al apartamento. No hicimos mayor cosa después de llegar porque se sentía incómoda luego de salir y nos dedicamos a ver televisión.

Desde mayo de ese año no hicimos mas fiestas sabatinas porque no podía estar mucho tiempo sentada; así que lo que hacíamos era irnos a la sala a ver televisión, yo me echaba en el bean bag y ella se acostaba en el sofá, con mucha frecuencia estiraba el brazo derecho y le acariciaba las piernas, otras veces ella me tomaba la mano cuando se la pasaba por las piernas y nos quedábamos así por un rato. 

El martes 19, fue nuestra última salida al lago, si bien inflamos la balsa y nos montamos en ella no duramos mucho tiempo porque el día estaba ventoso y el viento nos empujaba a la orilla del lago una y otra vez, así que decidimos dejarla en la orilla y nos metimos directo al agua, donde Gitty no duró mucho, porque el malestar no la dejaba tranquila. A pesar de todo, no la pasamos tan mal y hasta jugamos un rato con una pelota que ella había comprado para usarla cuando fuéramos al lago.

El sábado 9 fue nuestro último encuentro. A partir de entonces, debido a su situación, no hicimos mas nada, excepto abrazarnos y hacernos cariños como el acariciarle las piernas cuando se acostaba en el sofá; varias veces se lamentó conmigo a ese respecto:

- Disculpa que no puedo cumplir con mis deberes de esposa.

A lo que le respondía:

- No le pares a eso, ya vendrán tiempos mejores, ahora de lo que hay que ocuparse es de que te sientas bien y que se te mejore la salud. Luego habrá tiempo para esas cosas.

- Sí, pero acuérdate que yo también siento y padezco, y eso a mí me hace falta, no sé si a ti, pero a mí sí.

- Bueno, ya veremos, por ahora no hay otra solución, tenemos que esperar.

Y así nos fue en julio. No salimos a ningún lugar para que no se incomodara estando mucho tiempo sentada en el carro, porque los dolores y las molestias se le empeoraban al sentarse.


El nuevo tratamiento se había iniciado el 11 de julio y aparentemente logró ralentizar el crecimiento de los tumores, aunque no lo detuvo del todo. Para entonces Gitty empezó a decirme:

- La doctora no de pie con bola conmigo.

En todo caso, para ese entonces estaba claro que esas pastillas o funcionaban o funcionaban, no existían términos medios aunque estaba empezando a verse claramente que lo que estaban haciendo no era suficiente, simplemente el cáncer había progresado de tal manera que no había forma de contenerlo, especialmente en el hígado, que era donde se había hecho mas fuerte y nada lograba destruirlo.

Julio es el mes en que se disputa el Tour de Francia, la carrera ciclística mas importante del mundo, que es transmitida por televisión y que desde hace varios años me acostumbré a ver, y ese año 2022 también transmitieron el Tour de Francia femenino y la Vuelta a España; de esa manera, durante esos dos meses todas las noches veía las etapas recorridas en diferido y Gitty se asomaba después de medianoche a ver de que iba la cosa mientras nos poníamos a conversar acerca de los paisajes y los y las ciclistas. Al menos eso nos servía de distracción para escapar un poco de la terrible realidad de su cáncer.

También me enviaba por WhatsApp los collages de fotos que Google le mandaba periódicamente como recuerdos de determinados días, y todo ese mes de agosto nos la pasamos en el apartamento durante los fines de semana para que ella recuperara fuerzas luego de toda la semana de trabajo.

Aunque hubo una excepción y fue durante la lluvia de las Perseidas, cuando me pidió que la llevara a verlas. En zonas urbanas es difícil observar eventos astronómicos porque la contaminación lumínica es muy alta, lo que hace que muchos cuerpos celestes no sean visibles o se dificulte apreciarlos en toda su magnitud; sin embargo, en los higlands de Issaquah se encuentra un parque relativamente oscuro, el Grand View Park, y que está ubicado en una zona bastante elevada, lo que permite una mejor visibilidad, así que la madrugada del seis de agosto nos fuimos para allá y en el lapso de dos horas logramos ver 14 estrellas fugaces mientras ambos pedíamos el mismo deseo, que desgraciadamente no se cumplió.

Ese agosto también compré mi primer telescopio, con el que al menos Gitty pudo hacer un par de observaciones, cosa que comentaré con mas detalle en un próximo capítulo.

Y así llegamos a septiembre, su último mes de vida.    

miércoles, 28 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 267: Junio 2022.


 Al llegar el mes de junio se hizo patente, al ser hecha la tomografía, que el tratamiento con Doxil no estaba funcionando, hubo un retroceso inicial, pero luego los tumores siguieron creciendo. Como era necesario detener tal crecimiento se llegó básicamente a lo que se podría denominar como las últimas armas disponibles en el arsenal, si ellas no daban resultado el juego habría terminado.

Es de hacer notar que el cáncer había llegado a un estado de avance tal que el objetivo ya no era de curar ni tampoco de mantenerlo a raya por tiempo indefinido; como se lee era "Treatment goal: Palliative." Es decir, lo que se buscaba era mantener calidad de vida y alargarla un poco hasta que el cáncer terminara su trabajo, pero se esperaba que al ser frenada la progresión con este tratamiento se obtuviesen entre 12 y 18 meses adicionales.

Debido a que se hacía necesario que el cuerpo de Gitty descansara y desalojara el Doxil, el nuevo tratamiento de Everolimus-Letrozole que además era administrado vía oral, debía iniciarse el 11 de julio. Estas pastillas habían salido al mercado en una fecha relativamente reciente y sería la medicina mas cara que Gitty iba a tomar, un mes de suministro del primer medicamento costaba US$ 22.000,00; mientras que el segundo era mucho mas económico, alrededor de US$ 350,00.

Al final el costo era lo de menos, lo vital era que los tumores frenaran su crecimiento, era lo único que importaba. El 28 de junio el seguro dio luz verde y Gitty pasó por la farmacia del SCCA (ahora Fred Hutchinson Cancer Center) para buscar su primer mes de tratamiento.

Si bien tratábamos de no pensar constantemente en el cáncer era inevitable que sintiéramos que las cosas no se veían bien y que ya no había mas cartas bajo la manga ni conejos dentro de la chistera, que este tratamiento tenía que dar resultado sí o sí, porque era la última esperanza.

No podíamos imaginar para el 30 de junio que Gitty viviría apenas 77 días mas. 

martes, 27 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 266: Mayo 2022.

 El tratamiento con Doxil se había iniciado, en principio los efectos secundarios no eran muy graves para Gitty y por lo tanto no presentaba problemas para seguir con las dosis. Sin embargo, tenía dolores y malestares en el lado derecho del cuerpo, que si bien no resultaban incapacitantes, se convertían en un problema para sus actividades diarias; para contrarrestarlos la doctora le recetó morfina, tanto de acción rápida como prolongada, dependiendo de como sintiera el dolor y pudiera aliviarlo de manera inmediata o que ese alivio se le mantuviese en el tiempo.

Gitty, que no quería crear hábito ni volverse adicta, decidió usar la morfina solamente cuando lo estimara necesario, y si sentía que el malestar era soportable, pues prefería tenerlo a usar una dosis, aunque otras veces cuando le resultaba muy incómodo estar sin tomarla, pues ingería su pastilla.

Este año, a diferencia del anterior, no hubo una fiesta de cumpleaños, los muchachos le brindaron un almuerzo el día de las madres para así celebrar las dos fechas al mismo tiempo y eso fue todo, porque ella dejó bien claro que no deseaba ningún sarao ni bonche el 2022.

Pero este mayo Graciela tuvo dos actos a los que Gitty sí asistió, el primero fue la presentación que hizo la profesora de canto de nuestra hija para mostrar los progresos de sus alumnos durante el primer nivel de sus respectivos cursos. Esta presentación fue un concierto que se efectuó el domingo 22 de mayo en Seattle y formamos parte de la barra que armó el engendro para que así su participación no pasara desapercibida.


Este día nos tomamos muchas fotos, estas fueron:

Y esta fue la final en la que estuvimos Gitty y yo juntos.


Sin embargo, el mes de mayo no había terminado y Graciela fue nombrada oradora de orden en el acto de reconocimiento a los estudiantes indocumentados de la Universidad de Washington que se iban a graduar en la promoción del 2022. Como ella es una destacada defensora de los derechos de los inmigrantes, pues la honraron con esa distinción, y la muy orgullosa madre filmó el discurso de su hija.


El mes terminaba de manera muy alegre para Gitty gracias a los logros de Graciela, fue como una brisa fresca de primavera que recibió para dejar de lado por algún tiempo las angustias de su enfermedad que estaba entrando en fase terminal.

lunes, 26 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 265: Abril 2022.


 El 5 de abril se inició el tratamiento de Doxil con la esperanza de que pudiese atajar los tumores y hacerlos disminuir de tamaño, era lo que se conoce en fútbol americano como una jugada hail Mary, es decir, una última esperanza para ganar o empatar el juego. Si este medicamento fracasaba, básicamente entrábamos en el territorio de los milagros, que son iguales a las hadas madrinas.

Pero no quedaba otro remedio sino mantener la esperanza, después de todo fue lo único que se mantuvo dentro del ánfora de Pandora y es a lo que nos aferramos cuando las cosas van mal y buscamos que cambien en el futuro.


El sábado siete, luego de dos años de pandemia, por fin se le pudo celebrar un cumpleaños en forma a Forrest, el nieto de la señora Isabel; así que fuimos invitados a la celebración para ver al niño por primera vez, ya que el distanciamiento social necesario por el COVID-19 nos impidió verlo con anterioridad, conllevaba un gran riesgo tanto para Gitty como para el bebé. Cuando llegamos a su casa nos alegramos al verlo grande, hermoso y fuerte, además de muy avispado; como me dijo Gitty:

- Si sigue como va cuando llegue a grande va a ser un hombre muy inteligente y buenmozo.

Por suerte no fue la última vez que pudo verlo, porque le tenía mucho cariño y desgraciadamente Gitty se fue antes de tener la oportunidad de conocer nietos, algo que ella deseaba fervientemente pero el tiempo no le alcanzó.

Luego de la fiesta de cumpleaños llegó uno de los momentos mas esperados por Gitty; su hermana mayor, Sigrid, quien estaba viviendo en Argentina, se iba a mudar a Canadá, donde sus dos hijas mayores estaban viviendo y así podría reunirse con ellas después de varios años. Para lograr tal cosa, viajó de Buenos Aires a Fort Lauderdale en Florida donde vive uno de sus cuñados y de allí iría a Richland en el estado de Washington, a casa de la tía Grace.

Como Richland queda a menos de cuatro horas de Tukwila, existía la oportunidad de que pudiesen reunirse y así compartieran un tiempo juntas las dos hermanas que no se veían desde hacía casi veinte años. Luego de un proceso de coordinación de fechas, logramos encontrar el momento propicio el fin de semana del 24 de abril.

Ese día salimos a las diez de la mañana de Tukwila, así llegaríamos al hotel después de la una de la tarde, que era la hora de ingreso, para así bañarnos, arreglarnos y salir para casa de la tía Grace. En el camino nos detuvimos en un mirador de la autopista vía Yakima y nos tomamos algunas fotos estilo Hermanos Caradura o Blues Brothers.

Por fin, alrededor de las tres de la tarde se reencontraron las hermanas, luego de 19 años y 9 meses.


Ese sábado nos quedamos hasta tarde en la noche compartiendo con Sigrid, la tía Grace y su esposo, comimos pizza y regresamos al hotel al filo de la medianoche. Si bien Gitty en la tarde tenía la idea de "estrenar" el hotel, y hasta le mandó a su hermana una foto bastante picante acerca de lo que pensaba hacer en la noche, estábamos tan cansados del viaje y de las emociones del día que nos fuimos directo a dormir, como le dije mientras nos acostábamos:

- Mañana será otro día.

Y así fue, el domingo fue otro día, ya descansados y con las energías recuperadas. Luego de ocuparnos del asunto pendiente, bañarnos y desayunar, regresamos a casa de tía Grace para que las dos hermanas pasaran un tiempo a solas mientras me iba a enchufar el carro, proceso que duró casi cuatro horas, no porque tardara mucho en cargarse sino debido a la escasez de cargadores de alta velocidad y la gente abusadora que se pega y se queda pegada hasta mucho después de haber completado el proceso de carga.

Sin embargo ese tiempo adicional servía para que se contaran todo lo que tuviesen que contarse y a la vez esperaba que Gitty le hablara a su hermana acerca de su enfermedad, cosa que no sucedió.

Luego de finalizar la carga, casi a las cinco de la tarde, las pasé buscando para ir a comer y terminamos en el hotel, además de pasear por el boulevard adyacente a éste.

Y ese domingo, 25 de abril de 2022, a las siete de la noche, fue cuando nos tomamos nuestra última foto juntos.

Luego habría otra sesión en un acto de Graciela, pero esas fotografías fueron en grupo, no en pareja. Ésta fue la última de nosotros como pareja.

Llevamos a Sigrid a casa de tía Grace esa noche y quedamos en volver al día siguiente en nuestra vía de regreso a Tukwila; así lo hicimos y permanecimos poco mas de una hora, cuando nos despedimos con la esperanza de que Gitty fuese a Montreal en una fecha futura a visitar a su hermana y sobrinas. 

Cuando nos fuimos, no hablamos nada hasta llegar a Yakima, donde me detuve para enchufar el carro. Gitty estaba ensimismada en sus pensamientos y no quise interrumpirla. ¿Sabía ella que su hora estaba cerca y que nunca volvería a ver a su hermana? ¿estaba pensando en que al despedirse de Sigrid ese día sería la última vez que la iba a ver? No sé, porque no quise preguntarle, pero ahora estoy casi convencido que ella estaba pensando esas cosas durante ese tiempo que se mantuvo en silencio.

Luego todo volvió a la normalidad y la segunda parte del viaje nos la pasamos conversando de todo un poco hasta llegar a casa, para ese entonces ya le había regresado la jovialidad y parecían haberse disipado las nubes oscuras que nos acompañaron al salir de Richland.

Había que conservar la esperanza.


domingo, 25 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 264: A veces recordábamos nuestra infancia.

 - Como van las cosas vamos a terminar tomando agua de manzanilla, esas prohibiciones de beber alcohol son una cosa seria, con todo y que no soy bebedora de vez en cuando me gusta tomarme una copa de Cabernet Sauvignon o aunque sea una cervecita.

- Vendrán tiempos mejores, además, al menos tenemos cerveza sin alcohol que sabe casi igual a la que lo tiene, y lo bueno es que no da ratón; las primeras que sacaron en los 90 esas sí sabían a sopa, eran horribles. 

- Sí, algo es algo. ¿Y qué vas a poner hoy, discjockey?

- No sé, ¿quieres baladas?

- Es que después de una hora se ponen fastidiosas, prefiero algo mas movido, no sé.

- ¿Quieres oír a la Billo's?

- Bueno, sí, así recordamos nuestra infancia.

- Ok, ahí va: ¡Alexa, canciones de Billo's Caracas Boys!

- De esos tiempos cuando éramos niños, que me la pasaba jodiendo a mis hermanas con los concursos de belleza de las muñecas.

- ¿Se ponían a hacer un Miss Venezuela de muñecas?

- Sí, y la mía siempre ganaba porque yo era la jueza, era la que estaba mas fea y esguañangá pero era la que ganaba.

- Eso me huele a trampa, cobrabas y te dabas los vueltos, ¿y no te reclamaban?

- Claro, se arrechaban porque decían que les estaba haciendo trampa, pero entonces les decía que estaba bien, que íbamos a repetir el concurso y ahora sí iba a ganar una de las suyas.

- ¿Y qué pasaba entonces con la repetición?

- Que volvía a ganar la mía.

- ¿Y nunca te entraron a coñazos por tramposa?

- No, lo que hacían era que se arrechaban y se iban.

- Que milagro, eran bien pacientes tus hermanas, con todo y lo que te quejas, en otro caso te habrían madurado a coñazos por tramposa.

- No, pero yo sí coñacee una vez a Verónica.

- ¿Y cómo fue eso?

- Estábamos jugando con un juego de construcción que tenía un martillo y yo lo estaba usando, en eso apagué la luz y le mandé un martillazo a Verónica por todo el coco que casi que le rompo la cabeza.

- ¡Coño! ¿y fue que no la viste o aplicaste la del Chavo, fue sin querer queriendo?

- Mas lo segundo que lo primero, porque le tenía ganas y me desquité con ese martillazo que le dejó tremendo chichón.

- Y supongo que se armó tremendo peo cuando le clavaste semejante martillazo.

- Pues sí, salió corriendo a decirle a mi mamá y luego mi mamá me agarró y me dijo: ¡Me ibas a matar a mi hija!

- Bueno. pero tú también eras hija de ella, lo que debió haber dicho fue que ibas a matar a tu hermana, eso de las familias numerosas es una vaina seria.


- Y cuando salíamos de vacaciones con mi papá, que nos quería poner a cazar y Sigrid se ponía a correr detrás de los pollos y las gallinas y mi papá le decía: ¡Que muchacha tan pendeja!

- Bueno, razón no le faltaba, pero es que creo que la afición cinegética no se debe dar mucho en las niñas, y creo que tampoco en los niños.

. Es que mi papá quería tener un hijo varón, pero se le vino a dar fue con el último.

- A veces así pasa. Que el hombre quiere tener hijos varones y lo que le vienen son niñas, así como le pasa a tu jefe, que quiere tener un varón y lleva tres chamas, y luego se ponen a echarle la culpa a la mujer siendo que uno el hombre es el que pone el sexo del bebé.

- Pues sí, pero así son los hombres. Y tú casi no cuentas episodios de tu infancia.

- Es que tengo muy pocos, me crié solo, debido a la diferencia de edad con mi hermano y al no ser de familia numerosa casi siempre me la pasaba en casa leyendo o jugando, y de paso tuve una primera infancia muy enfermiza, cosa que no ayuda al anecdotario.

- De todas formas échame algún cuento de esos tiempos.

- Bueno, yo recuerdo que mi mamá trabajaba en una clínica y me quedaba solo con José y el pobre como estaba en pleno inicio de la adolescencia quería ir a fiestas y una noche recuerdo que estaba caminando con él por Quinta Crespo, pero no recuerdo nada mas.

- ¿Y se fueron caminando hasta allá desde la Fuerzas Armadas?

- Supongo, o a lo mejor tomamos un autobús. Otra cosa que recuerdo era cuando íbamos a casa de mi tío, que vivía en uno de los bloques de las Lomas de Urdaneta, en el último piso. Desde la ventana de la cocina se podía ver el mar, porque ese edificio era el último de la loma y el apartamento estaba en la esquina norte que estaba en todo el frente de una apertura entre las montañas de la costa y esa apertura daba hacia Catia La Mar.

- Debía ser bien bonito.

- Claro que sí, además era bastante fresco.


 - ¿Y qué otras anécdotas tienes?

- Bueno, que hacía de niñera cuando a mi mamá le dejaban chamos para que los cuidara; a veces ella tenía que hacer diligencias y yo me quedaba a cargo del simio hasta que ella regresaba. A lo que siempre me negué de forma terminante y definitiva fue a cambiar pañales porque yo no quería estar recogiendo 💩.

- ¿Y cómo ibas a hacer si tenías hijos?

- Bueno, no iba a tener mas remedio, pero no lo iba a hacer con muchachos ajenos. De ahí en resto hacía de todo, ponerlos a dormir, despertarlos, darles comida, etc.

- Por eso cuando nació Graciela tú ya estabas aprendido.

- Claro, mi único noviciado fue el de los pañales, o mas "pior," tener que lavarle el rabo hasta casi la adolescencia, cosa que nunca me hizo la mas mínima gracia.

 - Que se metía en el baño y luego de hacer lo que tenía que hacer gritaba...

- ¡Ya! Y tenía que ir a lavarle el fundillo si no estabas tú. Y la carajita pretendía seguir en eso per secula seculorum.

- ¿Y te acuerdas de la vez que tu mamá cuando Graciela estaba bebé la fue a limpiar después que ella hizo pupú y le fue a enseñar los mojoncitos con mucho orgullo al Nelson?

- Claro, y la cara que el pobre puso, y mi mamá le preguntó que por qué se ponía así y el dijo: "mierda es mierda."

- 😄😄😄😄😄 Esa vaina sí fue cómica.

- 😄😄😄 Y que lo digas.

- Es que tu mamá estaba muy orgullosa de Graciela y todo se lo celebraba, hasta las cagadas.

- Sí fue una abuela muy consentidora, cumplió el papel a plenitud.


- ¿Y qué hora es, por cierto?

- Casi las dos de la mañana.

- No tengo sueño, pero quiero ver la televisión a ver si me da sueño.

- Bueno, vamos al cuarto a ver que vemos.

- Vamos entonces.

 

Nuestra historia de amor: Capítulo 263: Gitty la artista.

 


Era excelente con sus manos, capaz de crear hermosas obras, cosa que le venía por los genes y la pila bautismal porque su papá fue muy bueno pintando y hasta esculpiendo, pero no le sacó mayor provecho a sus habilidades artísticas porque las tomaba como un hobby; el caso de su padrino fue diferente porque él sí se dedicó a las bellas artes de manera profesional y logró cierto éxito con su talento.

Como lo he descrito antes, siempre le dije que desarrollara esa extraordinaria habilidad que poseía y Graciela me acompañaba en esa campaña; así le compramos libros de dibujo para que se entrenara soltando la mano y practicando; de la misma forma le regalamos lienzos, paletas, pinceles, un par de caballetes y pinturas de todo tipo para que diera rienda suelta a sus capacidades artísticas.

Durante los períodos de convalecencia se dedicaba a las bellas artes y lograba resultados muy interesantes, quizás con el tiempo, si hubiese tenido mas, habría podido crear obras de nivel superlativo, porque estaba desarrollando sus potencialidades muy rápidamente.

 Hoy me interesa sobre todo mostrar la faceta múltiple, de como ella era capaz de mezclar colores y crear diversos tipos de arte, como figuras tejidas, móviles con figuras de plastilina artística y dibujos preimpresos. La semana que viene me tocará hablar de la Gitty pintora y de como se concentraba mientras creaba su arte. Mientras tanto, aquí están algunos ejemplos de esas manualidades que era capaz de hacer con una facilidad que nunca logré entender, a lo mejor por mi absoluta incapacidad de usar mis manos de la misma forma que ella.


viernes, 23 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 262: Marzo 2022.

 


El mes empezó mal, el primero estaba programada una tomografía y los resultados no fueron buenos; los tumores en el hígado, la glándula suprarrenal derecha y el pulmón derecho habían crecido de tamaño; para ese momento eran manejables, pero a duras penas. La doctora decidió cancelar el Taxol con Avastin porque no estaban trabajando y decidió iniciar el tratamiento con Doxil para atajar los tumores y reducirlos.


Según las características del cáncer de Gitty se esperaba que esta nueva aproximación pudiera ser exitosa, pero eso no se sabría al menos hasta la segunda sesión; mientras tanto no quedaba otra opción sino esperar. También empezó a sentir dolores en el costado derecho y recibió analgésicos para controlarlo, cosa que no le gustaba a Gitty porque no quería crear hábito y hacerse adicta.

Como no se podía hacer mas nada hasta mayo, lo que nos quedaba era seguir nuestra vida de la manera mas cercana posible a la normalidad. Como en febrero el hermano Putin invadió Ucrania, una de las distracciones de Gitty era preguntarme diariamente acerca del progreso de la guerra y si los ucranianos tendrían oportunidad de rechazar a los invasores; de esa manera, entre el trabajo, las tareas domésticas y ver los mapas que tenía en el cuarto, podía distraer la mente para no concentrarse en su enfermedad que parecía estar en un callejón sin salida con apenas un par de medicinas restantes en el arsenal médico disponible.

A pesar de tener esperanzas, empezábamos a sentirnos un poco desesperanzados, y esa era una sensación muy dura e imposible de ocultar.

Ahora que veo todo en retrospectiva, el primero de marzo fue el día en que se inició la cuenta atrás de Gitty, seis meses y medio le restaban de vida aunque para ese entonces no lo sabíamos porque manteníamos las esperanzas de un cáncer crónico, que al final resultó ser una esperanza fútil.

El primero de marzo de 2022 el destino de Gitty había sido escrito y nada lo cambiaría.   

jueves, 22 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 261: Febrero 2022.


 Para febrero el cáncer aun parecía estar bajo control, el marcador CA 125 estaba en valores normales y no había restricciones de ningún tipo, de hecho, siempre que alguien le preguntaba a Gitty como se sentía su respuesta era:

- Bien.

Y no como una figura retórica o para ocultar su verdadero estado de salud sino porque sencillamente se sentía bien.

Bajo esas circunstancias llevábamos una vida normal, tanto que ella quiso comprar unos zarcillos que tuviesen la piedra semipreciosa aguamarina engastada y se los compró, porque pensaba que los usaría por mucho tiempo. Cuando los recibió en el apartamento se los puso, se tomó una foto y me la envió vía mensaje de texto. La llamé, le dije que se veía de lo mejor y que le lucía bastante, que era cosa de encontrar la ocasión adecuada para que los estrenara.

Ese mes empezamos a dormir tomados de la mano, y eso sucedía todas las veces que nos íbamos a acostar, no fue nada planificado ni por ninguna razón en específico, simplemente ocurrió; y esto no quiere decir que no lo hubiésemos hecho antes, al igual que abrazarnos al irnos a dormir, pero la diferencia en este caso era que muchas veces nos despertábamos tomados de la mano, como si no nos hubiésemos movido todo el tiempo que estuvimos dormidos.

Por esos días, Graciela encontró una olla o sartén que parecía haberse quemado y se la llevó a Gitty, que tenía su fama de pepeneadora y restauradora de utensilios de cocina. El cachivache aparentemente era de una marca sumamente costosa y nuestra hija quería ver si era posible salvarlo; su mamá le dijo que iba a hacer el intento y luego de varios procesos de lavado lo dejó como nuevo (en la última de las lavadas fui yo quien remató el trabajo porque había que restregar con mucha fuerza) y cuando todo quedó listo le mandó una foto a Graciela.

Con Gitty sin malestares y el marcador de cáncer en niveles muy bajos parecía que ese año transcurriría sin novedad, pero eso no iba a ser así, en marzo ocurrirían cambios muy drásticos que presagiaban malos tiempos, pero en febrero no existía el menor rastro de ellos en el horizonte.


miércoles, 21 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 260: Enero 2022.


 El año 2021 no pudimos ir al espectáculo de Las Patonas por el temor al COVID-19; se efectuó con todas las restricciones habidas y por haber pero Gitty prefirió no arriesgarse, así que luego de ese hiato de un año volvimos con máscara doble. Lo importante fue que la diversión estuvo presente y ella disfrutó mucho la competencia, la última que tendría el gusto de ver.

La semana siguiente me pidió que la llevara a una tienda de pelucas en Renton porque deseaba comprarse una para usarla en ocasiones en que sintiera la necesidad de hacerlo, porque si bien tenía la que le había comprado Graciela, la consideraba muy fina por ser hecha a la medida y no quería ponérsela sino en momentos muy especiales como fiestas de gala o cosas así.

La que esperaba comprar sería para salidas a cenar o a ver algún espectáculo y así se sentiría mas cómoda porque si algo le pasaba no tendría que lamentar nada; esa sería la tercera que tendría, porque también estaba otra que le donó el SCCA (ahora Fred Hutchinson Cancer Center) pero que no le gustaba de un todo y quería hacerle modificaciones.

Ahora, ¿por qué necesitaba pelucas? El tratamiento con Taxol y Avastin tendía a causar cierta caída de pelo, no a los extremos del carboplatino, pero sí lo suficiente como para que sintiera que no tenía la suficiente cabellera disponible para hacerse peinados ni salir a la calle; por esa razón prefería usar pelucas para no sentirse mal.

Esa tarde encontró una que le gustaba y le salió muy barata, creo que en menos de 30 dólares, porque además le dieron descuento, así que ya tenía su peluca de uso diario.

Todas permanecen en el mismo lugar donde las dejó, dentro de sus forros protectores y no han sido tocadas por nadie, simplemente están tal y como ella las arregló cuando las usó por última vez.


Asimismo, compró un marco y cuando hubo finalizado la caricatura de Graciela, la enmarcó y colgó en la pared de su cuarto, tomándole la respectiva fotografía para enviársela a nuestro retoño y así supiera que la obra estaba terminada y en exhibición. Huelga decir que Graciela se puso a dar gritos y quejarse cuando su madre le hizo la notificación, reacción habitual en ella.

Para enero el tratamiento parecía marchar bien y el cáncer aparentaba estar bajo control, así que era un buen tiempo para nosotros, no había dolores ni malestares de importancia y el problema gástrico del día de navidad fue visto como un episodio aislado sin relación con un empeoramiento potencial de la enfermedad. No obstante, a partir de la sesión de la segunda semana de enero, se hizo obligatoria la visita de una persona de cuidados paliativos mientras Gitty recibía las medicinas. 

martes, 20 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 259: Así llegamos a lo que sería la última navidad que pasaríamos juntos.


 Esos tickets fueron los de la última vez que fuimos a ver al Cascanueces de Centralia, esa tradición que quedó rota para el año siguiente junto con la visita al Burger King en la que comprábamos las hamburguesas que le gustaban a Gitty. Una semana después fuimos al mismo pueblo a ver los tractores adornados bajo una llovizna pertinaz que terminó casi al final del desfile. 

Ese fin de año, por alguna extraña razón, se instaló en mí el presentimiento de que esas iban a ser mis últimas navidades y me esmeré en dar buenos regalos y hasta darme gustos bajo el razonamiento de que si en verdad tal cosa llegara a suceder al menos que no se me recordara como un viejo rácano, pichirre, lambucio y avaro; por lo tanto compré un montón de obsequios para todos y gasté una cierta cantidad de dinero.

Recuerdo que Gitty quería una ruana y le compré dos, una tejida y otra de tela lisa, pero ambas de lana; yo mismo me compré una chaqueta original de MLB que me salió bien cara pero decidí darme ese gusto, al igual le compré buenos regalos a los muchachos y me sentí bien por haber hecho tal cosa. Además, cuando llegó el momento de abrirlos el día de navidad me bastó ver las caras de felicidad para sentir que había valido la pena haber hecho esa inversión.

Desgraciadamente, bien lejos estaba ni siquiera de imaginar que mi presentimiento era parcialmente cierto, pero que no era yo quien iba a estar ausente para las festividades de 2022.

En la consulta de noviembre, la doctora Swisher le regaló a Gitty dos adornos para colgar en el árbol de navidad, eran unas artesanías que había distribuido entre los médicos el centro de investigación anticanceroso Fred Hutchinson y ella quiso que Gitty tuviese dos de esos adornos especiales.


Adornamos el apartamento como de costumbre aunque en esta ocasión por fin Gitty iba a poder arreglar su cama como ella quisiera y así lo hizo, duró una semana escogiendo la colcha que deseaba para vestirla hasta que la encontró en Amazon.

El día de navidad cayó una nevada enorme, que sería la primera de varias que se produjeron durante la semana entre esa fiesta y la de año nuevo; por suerte no causaron grandes problemas porque esos días transcurren con la ciudad moviéndose a media máquina, ya que prácticamente son considerados como semiferiados y tanto Gitty como yo no estábamos tan exigidos en nuestros respectivos empleos.

El jueves 30 fui a comprar unas cosas en Bellevue, al otro lado del Lago Washington, y le dije a Gitty que iría a buscarla a su trabajo, ya que como estaba nevando un poco así le evitaba la espera e incomodidad de los trasbordos entre autobuses y llegaría mas temprano al apartamento. Durante ese trayecto me dio por grabar un par de videos mientras manejaba y escuchaba gaitas navideñas.


Para el 31 de diciembre decidimos hacer lo de siempre, quedarnos en casa, disfrutar el espectáculo de fin de año por la TV, cumplir con los ritos de las 12 uvas y el brindis, pero como Gitty quería viajar lejos, siquiera hasta Hawaii, pues quiso que el ritual de las maletas lo lleváramos al extremo.

Siempre que ella quería viajar, apenas terminábamos de brindar y comernos las uvas, cogía una maleta vacía y caminaba con ella hasta la Casa Sindical y se regresaba mientras yo la acompañaba. De una manera u otra siempre daba la casualidad que íbamos a algún sitio todos los años, pero esta vez me dijo que montáramos las maletas en el carro y fuéramos al aeropuerto internacional de Seatac para que así se le diera la oportunidad de hacer un viaje bien largo.

No había forma de pensar que en ese año que se iniciaba ella haría el viaje mas largo de todos y que yo no la podría acompañar.

Si bien las cosas no iban viento en popa, el tratamiento de Taxol y Avastin había funcionado y los tumores parecían estar bajo control con el marcador CA 125 en valores muy bajos, pero al final eso no fue suficiente. De cualquier forma, para ese momento parecía que no había nada de que preocuparse; solamente hubo una señal de alarma y fue durante la cena de navidad, en la que ella prefirió tomar ponche de huevo en vez de vino y poco después de la cena se le descompuso el estómago de una manera terrible, tanto así que Graciela y yo tuvimos que ayudarla porque el baño quedó hecho un desastre, aparentemente el exceso de grasa del ponche desbordó las capacidades de su aparato digestivo y eso causó el daño. Muy posiblemente fue la primera señal de alarma del deterioro de su hígado.

Tomamos ese estropicio como un incidente aislado porque fue el único que se presentó durante todo el período festivo; también hubo una diferencia ese año respecto a todos los anteriores: no hice pan de jamón debido a que le costó mucho digerir tanto la tocineta como la masa del pan en 2020, así que decidimos que no lo prepararía el siguiente.

Al despedir el 2021 pensábamos que el 2022 sería mejor y que traería muchas cosas buenas; veíamos el futuro con optimismo, como se puede ver en nuestros rostros al tomarnos la selfie de fin de año la noche del 31 de diciembre, luego de habernos vestido, arreglado y alistarnos para recibir el nuevo año.


Fue nuestra última foto de año nuevo.
 

domingo, 18 de junio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 258: Ahora me vas a echar el cuento completo de qué fue lo que te pasó.

 A final de cuentas, luego de todo el rollo que se armó cuando mi mecanismo falló para incomodidad y molestia de Gitty, en algún momento tenía que darle la explicación completa de qué era lo que me había pasado, cómo se llegó al tratamiento que me pusieron y cuáles eran los parámetros que se usaron para determinar si necesitaba un especialista o no.

La tarde del segundo sábado de octubre Gitty me dijo:

- Esta noche me vas a echar todo el cuento de qué fue lo que te pasó, que todavía estoy cabezona porque eso no me lo esperaba.

- Bueno, pero las cosas ya están mas o menos andando normalmente.

- Sí, pero no sé si eso tiene consecuencias futuras o si las causas pueden ser diferentes a las que te dijeron.

- Bueno, voy a buscar todos los papeles y hablamos con calma mientras escuchamos música. 

Y así lo hicimos. Alrededor de las ocho de la noche lo preparamos todo, incluido el programa de blues que Gitty quería escuchar esa noche y nos pusimos a conversar.

- Bueno, el doctor me hizo las preguntas que ya tú sabes y me dijo que la causa probable podía ser de origen emocional, un estrés intenso disparado por el deceso de Lucy y que eso me había alterado a nivel hormonal.

- ¿Y cómo llegó a esas conclusiones?

- Por como se desarrolló eso en términos temporales, si antes del fallecimiento de Lucy todo estaba bien y luego todo se fue a la porra, es evidente que hay una relación de causalidad.

- Y por eso te mandó a sacar sangre.

- Sí, porque había que descartar diabetes y colesterol alto que puede ser una señal de hipertensión si se combina con las mediciones de presión sanguínea.

- Bueno, sabemos que no fue así porque todos esos valores están normales, ¿y luego?

- Los exámenes de las funciones glandulares encontraron valores anormales de prolactina y testosterona, pero los de la tiroides estaban dentro del rango medio y así descartaron también un posible hipotiroidismo.

- ¿Hipotiroidismo?

- Sí, eso está asociado al aumento de prolactina.

- Eso habría sido el colmo, que padecieras lo mismo que yo.

- Claro, pero entonces ni diabetes, ni hipertensión, ni hipotiroidismo. Entonces quedaban las causas emocionales. Así decidieron que iban a probar con un tratamiento estándar a ver qué pasaba, si los valores de ambas hormonas vuelven a la normalidad la hipótesis que había planteado el doctor es cierta. Si no, entonces me tienen que referir a un especialista endocrino.

- ¿Y eso?

- Porque entonces hay que hacer exámenes mas profundos para descartar tumores en la glándula pituitaria o que la pérdida de testosterona se deba a otros factores de orden desconocido.

- Ellos saben del problema testicular tuyo, ¿no?

- Claro, al médico se le dice todo.

- ¿Y qué puede pasar si vas al especialista?

- Según me explicó el doctor, si me remiten al especialista, dependiendo de lo que encuentre me tendrían que poner inyecciones de testosterona, someterme a una terapia de reemplazo hormonal, o cirugía en la glándula pituitaria; eso como primeros procedimientos potenciales, pero todo dependerá de lo que encuentre el especialista.

- ¿Y si lo que te mandaron da resultado?

- Entonces el problema se debió a un golpe emocional por la pérdida de Lucy y no harían falta nuevas intervenciones a menos que en seis meses, cuando me vuelvan a hacer los exámenes se encuentren con el mismo problema.

- Eso de la prolactina te pasó antes, me acuerdo que allá en Venezuela te subió mucho y te mandaron una medicina bien cara y difícil de encontrar.

- Sí, yo me acuerdo, y muy posiblemente por eso se me presentó la infertilidad. Quizás con un tratamiento como el que tengo ahora se habría levantado la producción de espermatozoides y te hubiese embarazado.

- ¿Y por qué no te pusieron un tratamiento así?

- Porque eso fue entre el 98 y el 2000 y estas medicinas empezaron a estar disponibles en el 2007. De hecho ahora da igual si me pongo fértil, porque estamos fuera de la edad y a ti por el cáncer te sacaron todo.

- Eso es verdad. Que cagada. Entonces hay que esperar.

- El mes que viene me tocan los exámenes y la consulta y ahí sabré qué me dicen, pero por los vientos que soplan parece que el problema era emocional, porque todo parece funcionar bien.

- Sí, pero puede ser por la "ayudaíta" de las otras pepas.

- Pero el otro día se me olvidó tomarlas porque nos pusimos en ambiente muy rápido y no tuve problema, entonces puede ser que los niveles de testosterona se me estabilizaron.

- A lo mejor, pero tienes que estar pendiente. Si todo está bien ahora en noviembre tienes que volver a controlarte el año que viene.

-A finales de mayo, a ver si hay novedades.

- Bueno, espero que todo dé resultado, mira que ya no estoy para estas cosas, y tampoco me voy a poner a buscar otro tipo para que me haga el favor, que ya no soy la misma de antes.

- Yo tampoco soy el mismo negrito de antes, que hacía mucho derroche de energía, como dice la canción "Noche como boca 'e lobo."

- ¡Ay, mi negro! por las cosas que tenemos que pasar. Al principio cuando vi que no respondías pensé que era que ya no te gustaba.

- Dímelo a mí, que esta vida de nosotros es como para hacer una película, y siempre me has gustado y me seguirás gustando, de eso no te tienes que preocupar. Es solo que había un problema con el encendido electrónico del carro. 

Al final resultó que mi médico pegó el diagnóstico y no tuve que ir al especialista, dejé de usar el sildenafil y no hubo variación en la respuesta. Seis meses después los valores seguían normales y luego ya no hizo falta seguir con esos controles por razones mas que obvias.


Nuestra historia de amor: Capítulo 257: Gitty la caricaturista.


 Una de las características principales que debe tener un buen caricaturista es la de encontrar los rasgos distintivos de alguien y ser capaz de manipularlos a través de su arte. Gitty tenía esa capacidad innata, podía ubicarlos al rompe y hacerlos destacar en sus dibujos.

En algún momento le comenté que debíamos contar historias ilustradas; yo me ocupaba de la parte escrita y ella de las animaciones, así fuera simplemente para tener con que matar el tiempo al llegar nuestra etapa de jubilación, hasta tuvimos clara cuál podría ser esa primera historia en la que íbamos a trabajar. Desafortunadamente tales deseos no llegaron a cristalizar porque la muerte se interpuso y nos impidió siquiera empezar a darles forma.

En líneas generales, pensamos que esa primera historia podía ser sobre la adopción de Lucy, de como la encontramos deambulando por las calles de Miami y todo lo que pasó después; teníamos una especie de storyboard que ella había hecho y que luego con mas tiempo disponible podríamos afinar y convertir en algo suficientemente elaborado.

Pero si bien ese proyecto no pudo iniciarse debido a su enfermedad y prematuro fallecimiento, ella dibujó dos caricaturas mas, una de Graciela y otra de Jeff, resaltando los rasgos que los hacían únicos. La primera fue la correspondiente a nuestro engendro, donde usó una fotografía que ella se tomó mientras estaba paseando en Puerto Rico.


Una vez que terminó el retrato, que le llevó casi una semana, lo enmarcó y se lo regaló a Graciela, que como es natural, empezó a quejarse, cosa que le había advertido a Gitty que iba a pasar. Sin embargo, al final accedió a quedarse con él y con el tiempo dejó de refunfuñar.

En cuanto al retrato caricaturesco de Jeff, en lo primero que se fijó la artista fue que su modelo tenía los pies grandes, cosa que lo diferenciaba de nosotros, que a pesar de nuestros tamaños tenemos pies relativamente pequeños; así que decidió ponerlos como uno de los puntos relevantes de la obra junto con su nariz.

Esa caricatura le costó un poco mas y tardó en ella casi 10 días, luego de los cuales la enmarcó y se la regaló a Jeff, con todo y que a Graciela casi le da un desmayo cuando la vio porque decía que eso era horrible y que no podía ser además de un largo etcétera de quejas a ese respecto. Por suerte, como su novio no le para a nada y sabe que lo mejor que puede hacer una persona es tener la capacidad de reírse de sí misma y que además Gitty lo que hacía era una caricatura y no un retrato fidedigno, pues se llevó su cuadro de lo mas contento (o resignado).

Si hubiese empezado un poco mas temprano a explotar ese talento natural, creo que Gitty habría llegado a ser alguien conocido, pero como eso no llegó a suceder todo quedó como parte de las anécdotas familiares, como un talento que no fue lo suficientemente explotado.

Gitty era una artista muy buena que desconocía sus enormes capacidades y apenas pudo desarrollar una pequeña parte de ellas.