jueves, 13 de julio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 279: Lunes 12 de septiembre.

 Ese lunes Gitty se levantó a las 7:15 de la mañana, se bañó y comió algo, luego me levanté, arreglé la cama y me metí a bañar; debíamos estar en el SCCA a las nueve para que le hicieran los exámenes de laboratorio y de allí subir al consultorio de la doctora Swisher. Habíamos quedado con Graciela que nos veríamos en el consultorio, ellas irían a la consulta y yo me quedaría en la sala de espera.

Al salir del baño, encontré a Gitty acostada a lo ancho de la cama de Graciela, en ropa interior y con las piernas recogidas; recuerdo que le acaricié la pierna izquierda y le dije que todo iba a estar bien y que la hospitalización le resolvería los problemas que se le estaban presentando. Nos vestimos y salimos del apartamento, no comí nada porque pensé que luego de dejarla en el hospital tendría chance de regresar al apartamento y comer.

Como estaba débil, la ayudé a bajar las escaleras y montarse en el carro, no podíamos imaginar que ya no regresaría al hogar, que al alejarse esa mañana del edificio sería la última vez que lo vería.

Cuando llegamos al SCCA la ayudé a subir al laboratorio mientras buscaba una silla de ruedas para ella, porque esas sillas tienden a escasear en el lugar y las de tamaño normal nunca están disponibles; siempre toca usar las extra grandes que ocupan un montón de espacio, especialmente en el laboratorio que siempre está congestionado en las mañanas. Ese lunes estaba tan lleno que tuvimos que esperar el turno en un pasillo, aunque por suerte ella estaba sentada en su silla de ruedas y no pasó trabajo.

Le sacaron la sangre y de allí subimos al tercer piso, donde está el consultorio de la doctora; al rato llegó Graciela y cuando la enfermera llamó a Gitty, se fue con ella; estuvieron aproximadamente media hora en la consulta y cuando salieron Gitty me dijo que la doctora le había aceptado la solicitud de hospitalización y que iríamos directo al UWMC para que la ingresaran.

Llegamos al hospital a las 11 de la mañana y luego del registro en recepción y que yo me encargara de los trámites del seguro quedó todo listo para que a Gitty se le diera ingreso, pero había que buscar habitación y eso llevaría un tiempo, igualmente se le iban a hacer una serie de exámenes y luego de que estuviesen listos podría ser subida al cuarto asignado. Gracias a las restricciones vigentes por el COVID-19 solamente permitían un acompañante por paciente, así que preferí que Graciela entrara con ella y yo me quedaría esperando hasta que le asignaran la habitación.

En esa espera estuve entre la recepción del hospital y el estacionamiento, hasta que Jeff fue para allá y me auxilió con algo de comida y bebida porque estaba en ayunas. Por fin a las cinco de la tarde le asignaron el cuarto a Gitty, pero antes tendría que regresar al apartamento para buscar algunas cosas que ella necesitaba y yo echarme un baño, ya que pasaría la noche con ella.

Fui al apartamento, me bañé, cambié de ropa, busqué algunos útiles de aseo personal de Gitty y me fui al hospital, Graciela me había pasado todos los datos por mensaje de texto.

Habitación 7330, allí estaba lo que sería su lecho de muerte.

Llegué a las 10 de la noche, ella estaba durmiendo y no quise molestarla, le habían puesto otra transfusión de sangre y también suero para hidratarla. Para ese momento ya tenía los resultados de los exámenes que le habían hecho durante el día y eran, por decir lo menos, ominosos; no había forma ni manera de maquillarlos, el estado de Gitty era grave. Teníamos que esperar al martes a ver que nos decían luego de revisar e interpretar todos los datos que habían recabado.

Estábamos a punto de entrar a un túnel oscuro y sin salida, los días finales de Gitty y los mas negros de mi vida.

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