miércoles, 12 de julio de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 278: Domingo 11 de septiembre.


 Ese día se conmemoraba el vigésimo primer aniversario del atentado terrorista contra Estados Unidos, y al mismo tiempo era el último domingo que Gitty pasaría en el apartamento que tanto le gustaba, también sería la última noche que ella pasaría en su cama, de la que se sentía tan orgullosa.

Adicionalmente era día de limpieza, pero se sentía muy cansada como para limpiar. Nuestra rutina era bastante sencilla, mientras ella se hacía cargo de la cocina, yo me iba para el baño; como el resto del apartamento es alfombrado, se aspiraba cada dos semanas, mientras que baño y cocina se limpiaban semanalmente, al igual que las suelas de los zapatos.

Le dije que no se preocupara por eso que me encargaría de todo; lo primero era limpiar las suelas de los zapatos usados durante la semana, así que me los llevé a todos para el balcón junto con los bártulos de limpieza y procedí a ocuparme de ellos mientras Gitty me veía trabajar sentada en el sofá de la sala; luego me fui al baño a lavarlo y terminé en la cocina. Finalmente ella preparó el almuerzo dominical: un par de hamburguesas imposibles para cada uno, con lechuga, tomate, cebolla, queso, mostaza, mayonesa y salsa de tomate, acompañadas con papas fritas; para tomar nos bebimos unas cervezas Beck's sin alcohol.

Luego de comer nos bañamos, ella primero y yo después y nos pusimos a ver televisión, ella en el cuarto y yo en la sala. Gitty se fue a ver los programas dominicales de Univisión que se había acostumbrado a mirar mientras que yo me puse a ver la grabación del gran Premio de Monza de Fórmula 1 que tenía grabado para luego reproducir la última etapa de la Vuelta a España.

Al terminar de ver los programas, se acostó a dormir mientras yo seguía viendo la Vuelta a España. Se levantó cerca de las ocho de la noche para comerse unas galletas y luego se recostó en el sofá a ver un rato la prueba ciclística junto conmigo justamente cuando los competidores entraban a los suburbios de Madrid y aparecía una tienda de Costco.

- No sabía que en España había Costco, me dijo.

- Yo tampoco, que interesante. Quiere decir que para cuando vayamos a España en el futuro si algo nos falta nos vamos a Costco a buscarlo.

- Pues tienes razón, pasa uno por el Costco, compra su cosa y se regresa al hotel.

- Bueno, ya sabemos entonces, hay un Costco en Madrid, para cuando vayamos.

Después de un rato se levantó del sofá y se fue a dormir para levantarse en la mañana e ir al SCCA.

No volvería a usar su sofá.

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