Todo ese sábado lo pasamos juntos, pero a las cinco de la tarde me tuve que ir al estadio a ver el juego de los Marineros contra los Bravos de Atlanta; a decir verdad no quería ir pero Gitty me dijo que llevara a Graciela y le contáramos como iba el juego, así que me fui y me encontré con los muchachos. En el transcurso del partido le mandamos fotos y videos para mantenerla animada, incluido uno que tomó Graciela de un espontáneo que se tiró al terreno de juego y a quien los encargados de seguridad persiguieron hasta que pudieron echarle el guante.
Igualmente me mantenía en contacto con ella vía mensaje de texto para saber como se sentía aunque sus respuestas no eran para nada alentadoras.
Sin embargo, a pesar de su malestar, disfrutó bastante con los videos y fotos que le mandó Graciela por WhatsApp.
Al terminar el juego, que ganaron los Marineros, regresé al apartamento. Gitty se sentía un poco mejor y cerca de medianoche me preguntó si íbamos a salir a usar el telescopio; pero desgraciadamente esa semana había comenzado la temporada de incendios forestales y todo el cielo estaba cubierto de humo, por lo que se hacía imposible ver el cielo nocturno, sin contar lo peligroso que era para su salud respirar ese aire tan insalubre; así que no tuve mas remedio que decirle que las condiciones no estaban dadas y que a lo mejor el fin de semana siguiente, luego que le dieran de alta, podríamos ir a ver el cielo nocturno con el telescopio, cosa que jamás ocurrió.
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