domingo, 26 de febrero de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 151: La primera bandera roja.

 El viernes 21 de febrero regresé a Tukwila por 15 días como un permiso especial debido al fallecimiento de mi madre, comuniqué la mala nueva a la alta gerencia y accedieron a darme un descanso de dos semanas por duelo. Gitty me esperaba en el apartamento y me abrazó, Fue la primera vez desde la enfermedad de mi madre que pude expresar mis sentimientos y simplemente me derrumbé en sus brazos; fue tan fuerte el momento que ella también se puso a llorar al verme así.

Luego de un largo rato sentados en el sofá pude recomponerme lo suficiente como para preguntar por todo lo acontecido durante mi ausencia y una de las primeras cosas que me dijo fue que estaba teniendo los primeros síntomas de la menopausia porque ya no tenía periodos como tales sino sangrados irregulares. Le respondí que igual sería buena idea que fuera al médico para que empezaran a controlarle la menopausia en caso de que esa fuera la causa de tal cambio.

Me dijo que lo iba a considerar porque igualmente en un par de meses tenía que hacerse la mamografía y el papanicolau. Desgraciadamente ninguno de esos exámenes detectaba irregularidades en el endometrio pero para ese entonces no había sospecha alguna acerca de lo que estaba por venir.

Esa noche Graciela al llegar me comentó que al día siguiente habría una manifestación de venezolanos en La Aguja y que deberíamos ir; como no había nada mejor que hacer le dije que estaba bien y que podíamos ir todos, eso serviría de distracción para no estar en el apartamento pensando acerca del fallecimiento de mi mamá. El acto era en respuesta y apoyo a las protestas que ocurrían en Venezuela durante aquellos tiempos, fenómeno conocido como "la salida," el cual fue brutalmente reprimido por las fuerzas de la dictadura con el resultado de múltiples muertos, heridos y presos políticos.

También mi hermano me hizo llegar una foto para mostrarme donde había puesto las cenizas de mamá y como había preparado el lugar.

Ese sábado 22 fuimos a la aguja y nos encontramos conque la comunidad de venezolanos en Washington era mucho mas grande de lo que creíamos; Graciela se puso a declarar a la filial de Univisión en Seattle y se puede decir que fue su primera vez frente a las cámaras, porque luego, al convertirse en activista por los derechos de migrantes y minorías aparecería muchas otras veces en prensa y TV.

Luego de la manifestación seguimos en contacto con algunas personas que conocimos allí, porque como dato curioso lo de Venezuela coincidió con el levantamiento de los ucranianos conocido como el "movimiento Maidán" y ambas comunidades en Seattle se apoyaron mutuamente durante las protestas en sus respectivos países. La gente de Ucrania pudo salir victoriosa, pero no sucedió lo mismo con los venezolanos; lo bueno de todo esto fue que un muchacho del estado Táchira conoció a una joven de Kyiv, se enamoraron y casaron, así que en nuestra ciudad se produjo de cierta manera la unión de ambos países a través de esa bonita pareja.

Cuando terminó el permiso y tuve que regresar a Hawaii le dije a Gitty que tenía que controlarse la menopausia y que al yo volver la primera semana de abril ya debería haberse hecho los exámenes de rutina según el calendario que ella tenía, que me mantuviera informado y que se cuidara. Así nos despedimos, sin saber lo que estaba cocinándose dentro de su cuerpo.    

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