domingo, 12 de febrero de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 138: Primera navidad en Seattle.

 Gitty se esmeró en adornar el apartamento para las fiestas, estaba tan contenta que usó todos los ornamentos que teníamos en Miami y compró otros, además de los que ya había adquirido en los remates de finales de diciembre de 2011 y que no usó. Hizo, como ya se había vuelto un hábito en ella, videos POV mostrando el apartamento emperifollado.

El 25 de diciembre se pronosticaban lluvias en todo lo que se conoce como el Puget Sound, zona metereológica que abarca todo el territorio desde Portland, OR en el sur hasta Vancouver en Canadá al norte; sin embargo, en las montañas la precipitación sería de nieve. Johana se iba el 26 sin haber visto nada de esta cosa blanca que no conocía, así que decidimos llevarla lo mas cerca posible del paso Snoqualmie para que pudiera tener ese recuerdo.

Había que alquilar un carro, algo que hacía a través de un servicio de alquiler llamado Zipcar que permitía hacerlo por periodos cortos, no superiores a 24 horas; de esa manera podía usar Zipcar para hacer mercado o diligencias que ameritaran el uso de un vehículo. Claro que había un problema, para el momento en que lo necesitaba ya casi todos estaban comprometidos y vine a encontrar uno disponible en Bellevue, lo que me presentaba ciertos retos logísticos de importancia, mas que nada en lo que se refería a llegar hasta el lugar donde el carro estaba estacionado.

25 de diciembre en la mañana es el día de asueto de todos los días de asueto, donde hasta el transporte público es casi inexistente; recuerdo que puse la hora de inicio a mediodía con la finalidad de no tener que levantarme tan temprano y a pesar de salir del apartamento antes de las 10 de la mañana apenas llegué a la hora establecida al lugar donde estaba el carro, y como estaba dentro de un edificio fue toda una odisea que el guachimán me dejara entrar al estacionamiento, cosa que logré después de una larga explicación.

Con todo listo, pasé recogiendo a la familia y nos fuimos de una vez por la I-90 dirección este hasta que empezamos a ver los primeros rastros de nieve mas allá de la milla 40; el paso como tal estaba cerrado porque había caído una tormenta de nieve navideña y era muy peligroso circular aun en vehículos 4x4 o de tracción integral.

Si bien podía sonar decepcionante porque no podríamos ir a la estación de esquí, por lo menos íbamos a llegar lo mas lejos que se pudiera. Un poco mas allá de la milla 50 estaban las barreras puestas y no se podía subir mas, pero en ese lugar ya había nieve de sobra y estaba lleno de gente, por lo que busqué un lugar para estacionar el carro en una rampa y nos bajamos para disfrutar del paisaje invernal.


Luego de un par de horas disfrutando la nieve tomamos el camino de regreso no sin antes detenernos en las cataratas de Snoqualmie para que Johana las viera.

 

Luego, al anochecer, llegamos al apartamento porque a nuestra sobrina le tocaba el trabajo de preparar su equipaje para el día siguiente, que era el de su regreso a Venezuela.

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