domingo, 19 de febrero de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 144: UW Seattle.

 


Pasó la graduación de bachiller, pasaron las celebraciones, vuelta a la realidad. ¿Cómo asegurar el cupo para el año lectivo que empieza en septiembre?

Una ventaja reside en que los residentes del estado de Washington tienen tarifa preferencial que en 2013 era de poco mas de 12.000 dólares al año y quedaba fija por todo el resto de la carrera mientras el estudiante se mantuviese de manera continua, es decir, que se inscribiera cada semestre hasta terminar el ciclo académico. Esto también hacía que la cuota inicial para matricularse fuera de apenas 1.000 dólares.

Graciela había recibido un premio de 500 dólares debido a sus logros estudiantiles y Gitty tenía ahorrados otros 500 con lo que al menos ya podía matricularse, respecto a los otros 11.000 de ese año Gitty dijo:

- Al estilo Eudomar Santos, como vaya viniendo vamos viendo.

Y le recomendó a Graciela algo similar a lo que me había recomendado cuando vine a Seattle en 2011:

- Busca ayuda y hazlo público, que alguien siempre te va a contestar.

Nuestra hija siguió el consejo materno, empezó una campaña masiva de correos electrónicos además de contactar a personas de la comunidad hispana e inmigrante y así logró construir una red que le permitió tener resultados positivos.

En la misma escuela de Ciencias Políticas, que era la carrera que iba a cursar, encontró profesores que le ofrecieron consejería y buscaron contactos que le podrían conseguir alternativas financieras aceptables. Así las cosas, descubrimos que con voluntad se puede estudiar en una universidad de EEUU sin necesidad de ser ricos ni meterse en planes de préstamos para estudiantes, que pueden arruinar la vida del profesional recién graduado y son una forma moderna de esclavitud con una deuda que mientras mas se paga mas crece e impide la consolidación profesional, financiera y familiar del desventurado.

Graciela se convirtió por sí sola en una agente de cambio dentro de la universidad y pasó a ser alguien con una agenda sumamente compleja debido a los múltiples compromisos que tenía sin descuidar sus obligaciones académicas, porque cosa interesante es que, a diferencia de las universidades venezolanas, donde el pregrado es basado casi exclusivamente en clases magistrales, aquí tiene mucho componente investigativo, lo que lo hace mas fácil de llevar para estudiantes con una gran curiosidad intelectual, como es el caso de nuestra hija.

En cierta forma se había resuelto el problema económico del pago de matrícula y de hecho Graciela hizo todos los tres años del pregrado con auxilios económicos y becas, algo en lo que profundizaremos en capítulos posteriores.

En algún momento Gitty me dijo:

- Es que tu hija salió como tu mamá, que se mete en todo y siempre encuentra una salida, es bien avispada mi bebé y sabe vivir, como dice tu mamá: "Graciela sabe vivir."

- Vaya que sí sabe vivir, si sigue así va a perderse de vista.

- Ella es la propia política, esa era la carrera perfecta para ella. Pobrecita mi bebé, que tiene que hacer tantas cosas.

- Eso que está haciendo ahora la va a ayudar en su futuro, vas a ver. Además, son apenas tres años de universidad por todos los cursos AP que hizo en bachillerato y le dieron créditos equivalentes a un año.

- Sí, nuestra hija va a ser también graduada universitaria como sus padres.

- Y tiene que llegar mucho mas lejos que nosotros, que para eso la trajimos para acá.

Graciela estaba en su universidad, una de las mas prestigiosas del mundo, y eso ya era algo positivo luego de nuestros sacrificios, que se verían plenamente recompensados cuando ella se graduara.    

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