La mejor forma de celebrar la llegada de 2013, o al menos en lo que a nuestro caso correspondía, era haciéndolo en La Aguja, así que para allá fuimos.
Aproximadamente a las nueve de la noche del 31 de diciembre nos montamos en un autobús de la ruta 150 que nos llevó al centro de Seattle, de allí tomamos otro al Seattle Center y llegamos antes de las 10. La Aguja es la edificación mas emblemática de ese lugar, mas no la única, por lo que tuvimos que caminar un poco para así tener una buena ubicación desde donde ver la ceremonia.
Pero ver el espectáculo de fuegos artificiales no era lo único que se podía hacer, en el edificio de usos múltiples había una exposición de diversos adornos navideños, la cual fuimos a ver antes de buscar puesto en la explanada cercana a La Aguja para así tener un lugar privilegiado desde el cual ver el arribo de 2013.
No nos defraudó las expectativas, al contrario. Luego nos tocó regresar al apartamento, aunque ese viaje tuvo la ventaja de que fue gratis porque no se cobraron pasajes en ninguno de los autobuses para así desalojar el lugar lo mas rápido posible y que los asistentes regresaran a sus hogares sin retrasos.
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