lunes, 6 de febrero de 2023

Nuestra historia de amor: Capítulo 132: El almuerzo.

 Después de casi seis meses por fin se alinearon todos los factores para poder invitar a nuestros amigos a comer al apartamento. Gitty quería que la comida fuera íntegramente venezolana, pero había que escoger los platos para obviar los mas pesados y laboriosos; la última discusión preparatoria donde nos pusimos de acuerdo la tuvimos en el viaje de regreso de JBLM el atardecer del domingo 22 de julio.

- Bueno Ramón, ¿ya todos saben que la cosa es el domingo que viene?

- Sí, ya están invitados y confirmados para la una de la tarde.

-¿Y qué les vamos a dar de comer?

- Bueno, puede ser un pabellón criollo con arepas, cachapas, ensalada de gallina y quesillo.

- ¿Y si hacemos un mondongo?

- Ese plato es una bomba atómica, a un pelotero americano que se lo dieron hace años cuando jugaba en Venezuela y le preguntaron dijo que era un plato imposible de describir. Imagínate, ¿qué pasa si se comen el mondongo que es tan difícil de digerir y les cae pesado? Solo tenemos un baño. Mejor es que nos vayamos por lo seguro.

- Pero las caraotas negras también les pueden caer pesadas.

- Eso puede pasar, el año que te conocí mi mamá celebró su cumpleaños y preparó pabellón criollo y yo al día siguiente me estaba muriendo, tuve que ir al edificio de los tribunales en Pajaritos y me dio una diarrea que de vaina logré llegar a los baños de las torres del Silencio, pero creo que el pabellón es mas seguro que el mondongo.

- Pero la gente aquí come platos mexicanos como el pozole y los burritos que tienen caraotas.

- Sí, pero comparar al pozole con el mondongo es como comparar una granada de mano con una bomba atómica, y lo de las caraotas sí es cierto, por eso creo que pueden aguantar el pabellón sin mayor problema.

- ¿Y no podemos preparar otra cosa?

- Los demás platos son muy laboriosos o los ingredientes no se van a conseguir. Descartemos las hallacas y el asado negro porque llevan mucho tiempo y trabajo al igual que el pernil, y el pastel de chucho no se puede hacer porque aquí no hay chucho, tampoco la arepa pelá.

- ¿Entonces pabellón con arepas, cachapas, ensalada de gallina y quesillo?

- Creo que es lo mas práctico, además los ingredientes se pueden conseguir sin tanto esfuerzo, y las probabilidades de terremotos gástricos disminuyen considerablemente.

- Bueno, será eso entonces, pero me hubiese gustado hacer un mondongo. 

- Lo podemos hacer en un futuro a ver que tal.

Alerta de spoiler: Nunca lo hicimos.

Esa semana nos la pasamos comprando los ingredientes y el sábado 28 preparamos la carne mechada junto con la ensalada para así tener adelantado el trabajo el domingo, día en el que nos levantamos temprano para que todo estuviera listo. Como tratábamos con personas decentes y bien nacidas, a la una de la tarde habían llegado todos, incluido el perro del señor Dan, Riley, que veía a Lucy como a un bicho raro y se la pasaba dándole con la cola porque la otra siempre se paraba detrás de él.

Pasamos mas de tres horas comiendo y compartiendo, Gitty y Graciela se divirtieron de lo lindo y todos nos reímos hasta que nos dolió la barriga, por la risa, no por la comida; de todas maneras teníamos un equipo de emergencia listo en caso de algún trastorno gástrico.

Como es natural, nos tomamos fotos en un terreno del conjunto residencial donde se puede pasear a los perros sin correa, además de hacerlo en el apartamento.

La amistad es una relación que uno escoge, no es impuesta como la familia. Por eso los verdaderos amigos son la familia que decidimos seleccionar y debemos agradecer siempre tenerlos y sentirnos orgullosos de esa amistad. 

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