Trabajar solo y lejos de la casa es algo muy difícil de hacer, por eso los empleos que tienen tales características tienden a ser bien pagados porque poca gente tiene el aguante necesario para desempeñarlos. Yo tenía capacidad para ese tipo de trabajos y por eso me especialicé en ellos, porque pagaban mas y tenía ese aguante.
Gitty no era el tipo de persona adecuada para ese tipo de empleos porque era muy pegada a su hogar y le gustaba siempre estar cerca de él, así pasara varios días sin ir a casa; pero sabía que podía tomar un autobús o un taxi y en unos pocos minutos llegaría a su vivienda. A cuatro horas de distancia eso era imposible y tal cosa le afectaba mucho, mas cuando tomó el empleo durante un arrebato de rabia y no luego de un proceso racional de reflexión respecto a la conveniencia o no de aceptarlo.
El día de su cumpleaños 47 al menos lo pasó en casa y así le pudimos cantar el cumpleaños feliz, darle algunos regalos y hasta picar una torta; luego la fueron a buscar para regresar a Amanda Park y la semana siguiente prepararon una excursión para llevar a los niños de la tribu al resort Great Wolf Lodge que está en las afueras de Centralia.
Así que Gitty cortó por lo sano y renunció al regresar a Amanda Park; un mexicano que trabajaba para la tribu le dio el empujón hasta el apartamento y allí terminó su aventura.
Algún tiempo después le diría que eso fue muy loco y que tenía que ser un poco menos impulsiva al hacer las cosas, porque no era bueno estar cometiendo errores así y como cosa extraña ella estuvo de acuerdo; esa conversación fue antes del diagnóstico de cáncer.
Lo cierto del caso fue que regresó y le tocaría buscar otro empleo luego de este tropiezo, por suerte no le pusieron una mala evaluación en el portal y así no tuvo deméritos. Mientras se recomponía y regresaba a contactar potenciales clientes, fuimos a hacer mercado y ella decidió comprar un tubo de algo llamado "lubricante personal" para demostrarme que el dolor que había sentido se debía a problemas de lubricación y nada mas.
Unos días después del mercado me dijo que era tiempo de reanudar nuestra vida sexual y le dije que el problema se presentaba por el dolor que ella sentía, a lo que me respondió que para eso había comprado ese producto, así no sufriría de resequedad y no sentiría dolor.
Al final me convenció y procedimos a hacer la prueba; el líquido ese pareció hacer efecto y ella se sintió de lo mejor. Al recuperarnos de la actividad me comentó:
- ¿Viste que el problema venía porque no estaba lubricando bien y por eso sentía dolor?
- Bueno, parece que eso era, pero igual siempre es bueno que te controle un médico por si acaso.
- La menopausia dura varios años, para mi próxima tanda de exámenes ya explicaré todo y me pondrán en control.
- Mientras mas pronto mejor, porque uno nunca sabe.
- Lo principal es que ya no tengo dolor y puedes cumplir tus obligaciones conmigo.
- Sí, y eso no es ninguna obligación, ojalá fueran todas así.
- Entonces ya se acabó la controversia.
- Sí, así es.
De alguna manera el lubricante vaginal sirvió como una máscara para el problema hasta febrero de 2015 cuando ya no se pudo tapar mas el monstruo que estaba oculto y latente hasta ese momento, catástrofe de la que no teníamos ni la mas mínima idea.
Mientras tanto, ese 22 de mayo le celebramos el cumpleaños a Lucy, celebración que le empezamos a hacer anualmente desde entonces.